Becas

La culpa de mi carta la tiene su art¨ªculo del d¨ªa 20 del presente mes. Tanto en la primera p¨¢gina como en la secci¨®n de Educaci¨®n, con gran rotundidad, se enuncia: ?hay 1.500 cursos de verano en las universidades espa?olas!Para todo ciudadano de a pie es una alegr¨ªa ver los logros en materia de educaci¨®n qu¨¦ el ministerio de la querid¨ªsima Esperanza Aguirre propone para los estudiantes universitarios en vacaciones estivales; pero no lo es tanto para alguien que est¨¦ metido en el ajo y pueda, como siempre, comprobar las lagunas que el ministerio tiene en la adjudicaci¨®n o sistema de becas de las universidades.

Especialmente quiero referirme al caso de la UNED; un fant¨¢stico curso en ?vila dirigido por Antonio Escohotado. Y cu¨¢l es mi sorpresa al saber que para que se conceda una beca primero hay que pagar el curso y luego, si dan las ansiadas becas, te devuelven el dinero; o sea, que, ante la definici¨®n de becario como persona que no tiene recursos para emprender una formaci¨®n acad¨¦mica completa, primero le solicitan el dinero que no posee y luego a saber si se lo reintegran.

Si.la UNED funciona de este modo, no ocurre lo mismo con la Universidad Men¨¦ndez Pelayo o la Complutense en sus cursos de El Escorial, las cuales tienen en cuenta la declaraci¨®n de la renta y el expediente acad¨¦mico, respectivamente, antes de evaluar si se dota o no de beca.

Por ¨²ltimo, agradecer a la UNED mi oportunidad de conocer a Antonio Escohotado en uno de los 1.500 cursos de verano-