El noruego Sverre Fehn recibe el Pritzker de Arquitectura en el museo Guggenheim Bilbao

El noruego Sverre Fehn, de 72 a?os, recibi¨® ayer el premio Pritzker de Arquitectura por ser su obra una mezcla fascinante y estimulante de formas modernas tamizadas por la cultura y tradici¨®n' escandinavas. Bilbao concentr¨® las figuras que definen la arquitectura contempor¨¢nea, galardonados con un Nobel oficioso que patrocina la Fundaci¨®n Hyatt, de Chicago, junto a 14 millones de pesetas. El acto sirvi¨® para bautizar el edificio del museo Guggenheim Bilbao, proyectado por Frank Gehry, que se inaugurar¨¢ con una colecci¨®n de 300 obras el pr¨®ximo mes de octubre durante 15 d¨ªas.

"El pueblo en que ustedes se encuentran, el pueblo vasco, es conocido en el mundo, entre otras cosas, por dos rasgos que lo caracterizan de manera muy especial: su antig¨¹edad y el apego a su identidad", dijo el lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza en su discurso de entrega del premio Pritzker de Arquitectura al noruego Sverre Fehn.Ante unos 400 invitados, en su mayor¨ªa extranjeros, con predominio de nombres relacionados con el mundo de los negocios, la banca, la industria, la pol¨ªtica y la arquitectura -Hyatt tiene una cadena de hoteles en todo el mundo- la ceremonia tuvo una organizaci¨®n americana, con las intervenciones de Bill Lacy, director ejecutivo del premio Pritzker; el lehendakari Ardanza, el director de la Fundaci¨®n Guggenheim, Thomas Krens; J. Carter Brown, presidente del jurado; Jay A. Pritzker, fundador del premio, y el galardonado Sverre Fehn.

El lehendakari Arlanza dedic¨® la primera parte de su discurso a presentar el Pa¨ªs Vasco a los invitados: "Somos un pueblo antiguo, quiz¨¢ el pueblo de Europa que durante m¨¢s tiempo ha sabido mantenerse id¨¦ntico a s¨ª mismo, conservando viva su singular lengua originar¨ªa y preservando, actualizadas, sus ancestrales costumbres e instituciones. Somos un pueblo consciente de si mismo y no exento adem¨¢s de una pizca de orgullo y hasta de una cierta dosis de auto complacencia".

A?adi¨® que la perseverancia hist¨®rica hay que encontrarla en nuestra capacidad de renovaci¨®n y a nuestro sentido (le la universalidad. Tras se?alar que sin la capacidad de renovaci¨®n la antig¨¹edad ser¨ªa vejez y sin el sentido de la universalidad habr¨ªa degenerado en aislamiento, Ardanza puso el ejemplo del museo Guggenheim Bilbao para afirmar que un pueblo joven ha decidido renovar su milenaria antig¨¹edad con la m¨¢s rabiosa modernidad, y un pueblo abierto que no ha tenido miedo en exponer al mundo su arraigada identidad para enriquecerla de universalidad: "Lo que ustedes contemplan no es una excepci¨®n en nuestra milenaria historia ni un precipitado salto en el vac¨ªo para no perder el futuro. Constituye la expresi¨®n m¨¢s genuina de lo que siempre hemos hecho para poder sobrevivir en el mundo id¨¦nticos a nosotros mismos".

En el mismo lugar donde Bilbao se plantea una dr¨¢stica renovaci¨®n urbana, con proyectos que tienen ya estructuras, como el palacio de congresos Euskalduna, de los arquitectos Soriano y Palacios "en recuerdo de los antiguos astilleros", inauguraciones, como la reciente pasarela del ingeniero Santiago Calatrava, y la puesta en marcha de las propuestas de Bilbao R¨ªa 2000, se habl¨® del futuro, de la ciudad y la arquitectura, ante los nombres que la programan y la proyectan, como Moneo, Hollein, Portzamparc, Fehn y Gerhy, todos ellos premiados anteriormente con el Pritzker.

Sverre Fehn tuvo palabras de elogio para los arquitectos espa?oles, su trabajo en los ¨²ltimos 20 a?os, y el resurgir de la ciudad de Bilbao, utilizando la met¨¢fora de la lidia, de la lucha entre la naturaleza y la cultura. "Soy un arquitecto que construye en la naturaleza intacta, donde se establece un di¨¢logo con la naturaleza y el paisaje", dijo.

Supervivencia

Sverre ha conocido el entorno y la historia donde se impone el edificio de Gerhy. "Bilbao es una ciudad fant¨¢stica. Se enfrent¨® a la muerte, la muerte de la industria, a lo largo de la r¨ªa, pero tambi¨¦n nacen otras cosas. Cuando algo se muere surge una energ¨ªa nueva para la arquitectura. Estoy cansado de esas ciudades que conservan todo y quieren permanecer, pero creo que se basan en premisas falsas. La muerte en Bilbao es refrescante. Tiene la experiencia de utilizar un viejo edificio, un granero, para adaptarlo como museo moderno. Una construcci¨®n que desaparece ofrece funciones nuevas a la arquitectura".