Rold¨¢n, en el banquillo
EL JUICIO contra Luis Rold¨¢n, el hombre que protagoniz¨® el mayor esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de los 13 a?os de gobierno socialista, empieza ma?ana. A la postre, no le han servido de nada ni su espectacular fuga ni la estrategia obstruccionista de sus abogados, que hasta el ¨²ltimo momento han tratado de ganar tiempo con su fallida recusaci¨®n del tribunal que va a juzgarle en la Audiencia Provincial de Madrid. La justicia es lenta, pero tiene el paso firme y contundente de un elefante. Rold¨¢n se sentar¨¢ en el banquillo para responder de nueve delitos: malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, estafa, cohecho, falsedad y cinco contra la Hacienda p¨²blica.Se equivocaron de plano quienes restaron importancia a la rocambolesca detenci¨®n de Rold¨¢n y auguraron que finalmente ser¨ªa juzgado por s¨®lo dos delitos menores, tal como pretendi¨® el pr¨®fugo ampar¨¢ndose en los falsos papeles de Laos. Destacados dirigentes del PP alentaron, con el apoyo de su peri¨®dico consorte El Mundo, una gran pol¨¦mica en tomo al caso Laos, que hoy mueve a la hilaridad.
Sobre la cabeza del procesado pesa una petici¨®n del fiscal de 32 a?os de c¨¢rcel, 29 a?os de inhabilitaci¨®n y 3.500 millones de pesetas de multa. Las pruebas que sustentan estos presuntos delitos son incontrovertibles, a juicio de los que conocen el sumando. Seg¨²n el ministerio fiscal, Rold¨¢n se apropi¨®, "con la finalidad de enriquecerse il¨ªcitamente durante el ejercicio de su mandato", de fondos p¨²blicos destinados a gastos reservados de los que dispon¨ªa por raz¨®n de su cargo, y exigi¨® importantes sumas de dinero a las constructoras por adjudicarles obras de la Guardia Civil. Estaf¨® a dos empresarios de la construcci¨®n ofreci¨¦ndoles unos inexistentes servicios de seguridad en la autov¨ªa de Leizar¨¢n, amenazada por ETA, y defraud¨® a la Hacienda p¨²blica en los ejercicios del impuesto sobre la renta de 1988 a 1992.
Todo un rosario de delitos, a los que hay que a?adir los 1.605 millones de pesetas que, producto de su bot¨ªn, escond¨ªa en bancos suizos. Un dinero que hasta el momento ha conseguido poner a buen recaudo en lejanos para¨ªsos fiscales, como informa hoy EL PA?S. El acusado ha sugerido que su bot¨ªn suizo estaba destinado a financiar al partido socialista, pero los peritos judiciales desmienten esa tesis. En sus cuentas ginebrinas s¨®lo hubo ingresos, y las ¨²nicas dos salidas de dinero se destinaron a pagar la colecci¨®n de pisos y chal¨¦s que acumul¨® durante su mandato. De cualquier forma, son los jueces los que tienen la ¨²ltima palabra.
En el caso Rold¨¢n fallaron todos los mecanismos de control que un Gobierno debe tener engrasados para vigilar los abusos y desmanes de sus propios funcionarios. Fall¨® el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez por designar para un cargo de tanta responsabilidad a una persona que se invent¨® hasta sus t¨ªtulos universitarios; fallaron los servicios de informaci¨®n de la Guardia Civil, que no percibieron que su propio director general se estaba enriqueciendo a costa de la instituci¨®n, y fall¨® el Congreso de los Diputados, que crey¨® a pie juntillas la declaraci¨®n de bienes que le enviaba.
Los Gobiernos deber¨ªan estar m¨¢s atentos a los gestos de sus funcionarios. Y el anterior Ejecutivo socialista, especialmente en este caso, demostr¨® una ceguera insuperable. David Watkins, director de la oficina de Administraci¨®n de la Casa Blanca y amigo personal del presidente Bill Clinton, fue destituido en 1994 cuando se descubri¨® que hab¨ªa utilizado el helic¨®ptero presidencial para trasladarse a un campo pr¨®ximo a jugar un partido de golf. El gasto en gasolina no superaba las 300.000 pesetas. Rold¨¢n empleaba el helic¨®ptero de la Direcci¨®n General de la Guardia Civil para uso personal de sus hijos y hasta para sus aficiones personales, seg¨²n aseguran algunos testimonios. Pero a nadie del anterior Gobierno pareci¨® extra?arle demasiado. El caso Rold¨¢n, por el que el PSOE ha pagado un alto tributo, deber¨ªa servir al menos para evitar que se repita.
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