"Debemos abrimos al mundo" dice el nuevo acad¨¦mico
Por la ma?ana, en su casa de Aravaca (Madrid), Ignacio Bosque esperaba tranquilo el acto de la tarde, sentado en su estudio colmado de libros y archivadores. Bosque se define como un "ling¨¹ista preocupado por la estructura formal, m¨¢s escarbador que ecl¨¦ctico, ocupado en unir tendencias y en compilar textos de corrientes diversas, hasta las del presunto enernigo". Lo prueba el monumental proyecto en el que trabaja hace tres a?os, una Nueva gram¨¢tica descriptiva de la Lengua espa?ola que coordina junto a la profesora Violeta Demonte y re¨²ne el esfuerzo de 70 hispanistas de todo el mundo.Su especialidad son "las secuencias peque?as, la combinatoria de las palabras, ese espacio acotado, cerrado, en el que todo es relevante", dice. Y su objetivo como ling¨¹ista es "buscar el sistema a partir de esas unidades peque?as". Bosque lo explica con una comparaci¨®n que tiene que ver con el sintetizador Yamaha que tiene colocado junto al ordenador: "Todas las sinfon¨ªas del mundo est¨¢n hechas con doce notas. En el diccionario hay 130.000 palabras, de las cuales usamos 30.000. As¨ª que resulta mucho m¨¢s reconfortante y menos frustrante poner la mirada en las cosas peque?as que en la literatura, por ejemplo, que es una b¨²squeda igualmente infinita pero adem¨¢s variable. El n¨²mero de preposiciones no cambia de un d¨ªa para otro, y eso ayuda".
Seg¨²n Bosque, el problema de la gram¨¢tica espa?ola de hoy es la falta de comunicaci¨®n entre especialistas divergentes y una especie de localismo cerril: "Tenemos muy poca proyecci¨®n internacional. En las ocho o diez revistas internacionales de prestigio es muy dif¨ªcil ver un art¨ªculo espa?ol, mientras de un holand¨¦s casi seguro hay algo. Y no es que no se hagan trabajos importantes. Es un aislamiento deliberado. Tal vez la tradici¨®n de desatenci¨®n hacia los dem¨¢s supone que muchos se conformen con ense?ar sus trabajos a los amigos".
Bosque est¨¢ convencido de que a pesar de -o a causa de la creciente hiperespecializaci¨®n -"Ya no hay tratadistas, estamos en la monograf¨ªa"-, la apertura es indispensable: "Debemos abrimos al mundo. Hoy ya no hay ninguna ciencia que tenga fronteras".
?Y ser¨¢ Intemet la soluci¨®n? "Ayuda, desde luego, sobre todo el correo electr¨®nico, que permite resolver dudas de manera inmediata. Pero el ordenador no es m¨¢s que un bol¨ªgrafo sofisticado. Lo importante es la actitud, y ¨¦se es el ejemplo de Fem¨¢ndez Ram¨ªrez, que trabaj¨® 55 a?os sin ayuda econ¨®mica, ni becas, ni ordenador ni bases de datos, s¨®lo con sus fichas manuscritas".
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