Jordan gana la primera batalla a Utah Jazz
Fueron dos jugadas en los ¨²ltimos nueve segundos. A primera vista puede parecer insignificante, sobre todo trat¨¢ndose del primer partido de una serie al mejor de siete, pero no resulta descabellado pensar que este brev¨ªsimo espacio de tiempo va a marcar de forma notable el futuro de la final. Nueve segundos en los que Malone y Jordan, Jordan y Malone, dirimieron un duelo particular en el que estaba en juego la primera victoria y algo m¨¢s, puede que mucho m¨¢s.El destino, a veces, se vuelve caprichoso., Hace unos d¨ªas, Karl Malone se llev¨® la mayor alegr¨ªa de su vida al ser nombrado mejor jugador de la temporada en re?ida competencia con su majestad Jordan. La elecci¨®n ha a?adido un factor m¨¢s de discusi¨®n a la gran final. Malone busca el primer anillo de su vida. Jordan completar su gloriosa mano derecha con el quinto. Por si no fueran suficientes motivaciones, ambos dirimen el preciado honor individual de ser considerado el mejor del a?o. Teniendo en cuenta el enorme peso espec¨ªfico que poseen en sus equipos, una cosa traer¨¢ consigo la otra.
Durante esos postreros nueve segundos, todo qued¨® reducido a un mano a mano entre las dos grandes estellas de la NBA. La ventaja la ten¨ªa Malone. Empate en el marcador (82-82) y dos tiros libres para El Cartero. El equipo de Utah, no pod¨ªa haber so?ado una mejor situaci¨®n para su deb¨² en este acontecimiento. Pero Malone fall¨® por partida doble. El rebote fue fieramente cazado por Jordan que se apresur¨® a pedir tiempo muerto. Se lo concedieron casi dos segundos despu¨¦s (resta ban 7,5 segundos), lo que le moles t¨® profundamente demostr¨¢ndolo con una mirada asesina dirigida a los ¨¢rbitros. En estas situaciones unas d¨¦cimas pueden resultar definitivas. Nadie mejor que Jordan para saberlo.
Phil Jackson, entrenador de los Bulls, no tuvo mucho que contar. Estaba m¨¢s claro que el agua que en las manos de Jordan se encontraba la resoluci¨®n. Lo que faltaba por ver era qu¨¦ decisi¨®n tomaba el mejor jugador de todos los tiempos. ?Buscar¨ªa un tiro de distancia o intentar¨ªa una entrada hacia la canasta? El saque desde el centro de la cancha fue a parar a sus manos. Se escor¨® hacia la izquierda, hizo un peque?o amago y a unos seis metros de distancia, con siete d¨¦cimas de segundo para la bocina y a pesar de la oposici¨®n, de Russell, se levant¨® como una vela y la pelota inici¨® su ¨²ltimo vuelo. A semejanza de unos de sus anuncios, el tiempo se ralentiz¨®. Una eternidad despu¨¦s, el bal¨®n entraba limpiamente. Chicago 1-Utah 0. Jordan 1-Malone 0.
El partido, en l¨ªneas generales fue malo, espeso. Basta con echar un vistazo al resultado para saber que los anotadores no tuvieron su d¨ªa. Los Jazz controlaron el encuentro, que se jugaba al ritmo que m¨¢s les conven¨ªa. Salvo en un par de ocasiones, llevaron siempre el mando en el electr¨®nico. Chicago nunca se pudo mover con comodidad, qued¨¢ndose expuesto a lo que hiciesen individualmente Michael Jordan y Scottie Pippen. Por en¨¦sima vez y aunque fuese al l¨ªmite, result¨® suficiente.
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