La cumbre de Malmoe apuesta por cumplir los plazos de la moneda ¨²nica
Los socialistas europeos sintieron ayer el v¨¦rtigo de aparecer como responsables ante la historia de frenar la construcci¨®n europea. Jacques Delors, presidente de la Comisi¨®n Europea cuando se firm¨® el Tratado de Maastricht en 1991, dio el grito de aviso para que del congreso del Partido de los Socialistas Europeos (PSE) saliera un mensaje de unidad y respeto a la fecha del 1 de enero de 1999 para poner en marcha el proyecto de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria.
" ?La Comunidad Europea existe, la he visto yo!". As¨ª empezaba su intervenci¨®n Jacques Delors, uno de los padres de Maastricht, para dar la se?al de alarma de que de este congreso del PSE no pod¨ªa salir un mensaje de discordia, de divisi¨®n y, sobre todo, de debilita miento sobre las ganas de llegar a la moneda ¨²nica. "No podemos saltarnos la fecha del 1 de enero de 1999", exclam¨® Delors ya en medio de fuertes aplausos. La ovaci¨®n cerrada en este punto empezaba a indicar que la resoluci¨®n final de este congreso no pod¨ªa ir en un sentido muy diferente. "Estamos a favor del mercado interior y reconocemos que la moneda ¨²nica es un paso importante en el desarrollo de la Uni¨®n Europea", encabezaba la resoluci¨®n bajo el ep¨ªgrafe Trabajar por Europa. "Apoyamos la introducci¨®n del euro en 1999, seg¨²n los criterios contemplados en el art¨ªculo 104 del Tratado de Maastricht". "Queremos que el mayor n¨²mero posible de Estados miembros cumplan los criterios para evitar una divisi¨®n de la Uni¨®n en diferentes ¨¢reas monetarias".La resoluci¨®n a?ade que la Europa que los socialistas quieren tiene m¨¢s alcance. "La estabilidad monetaria debe servir para el desarrollo y el empleo. La coordinaci¨®n econ¨®mica y social en Europa servir¨¢ para alcanzar este objetivo y habr¨¢ que garantizar que la legislaci¨®n referente al mercado interior se aplique correctamente en el ¨¢mbito nacional".
La recomendaci¨®n que llevan los mandatarios socialistas europeos para la Cumbre de Amsterdam es la de mostrarse obsesivos con el empleo.
A la vista de las resoluciones y del entusiasmo final de los congresistas ante las llamadas a cumplir los plazos para la moneda ¨²nica, los temores del comienzo de este congreso no se cumplieron. Los entusiastas de la construcci¨®n europea se llevaron el gato al agua. El desasosiego lo hab¨ªa introducido el primer ministro sueco, G?ran Persson, al anunciar que su pa¨ªs no participar¨¢ en la primera etapa de la uni¨®n monetaria a pesar de cumplir los requisitos y asegurar que mantendr¨ªa las pol¨ªticas que exige Maastricht. Este hecho, unido a la incertidumbre de las intenciones sobre la construcci¨®n europea de Tony Blair y su hom¨®logo franc¨¦s, Lionel Jospin, presentaban un cuadro incierto.
La autoridad moral y pol¨ªtica de Jacques Delors se hizo sentir ayer cuando subiendo ostensiblemente el tono de voz exclam¨®: "No podemos saltamos la fecha del 1 de enero de 1999; tenemos que llegar a la meta en esta carrera". Delors trat¨® de convencer de que si algo faltaba era precisamente "cooperaci¨®n y una moneda ¨²nica".
El secretario general del PDS italiano, Massimo D'Alema, remach¨® el clavo de Delors: "No me gustar¨ªa que hicieran llegar la se?al de que los socialistas echan el freno a la construcci¨®n de Europa". Arreciaron los aplausos.
Estos pol¨ªticos se esforzaron en que saliera una idea de unidad respecto a la moneda ¨²nica y en desdibujar la impresi¨®n de que Tony Blair representaba un socialismo radicalmente alejado de los postulados cl¨¢sicos. Delors dijo: "Los valores socialistas siguen de plena actualidad: libertad, solidaridad y responsabilidad". El italiano D'Alema fue m¨¢s directo: "Tony Blair dec¨ªa ayer que 'modernizarse o morir'; yo prefiero decir que 'modernizarse para no traicionar nuestras ideas, que son las que han tra¨ªdo el cambio en el mundo".
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