Astutas mujeres

Desde los Juegos de Barcelona, momento en el que se produjo el despegue general del deporte espa?ol frente al raquitismo individualista anterior, el peso de la parcela femenina se ha convertido en una baza muy importante. No ha sido un mero comparsa en el avance global. M¨¢s de un tercio de las medallas del deporte espa?ol en las dos ¨²ltimas citas ol¨ªmpicas han sido conseguidas por mujeres. Antes, aun dentro de la penuria masculina, s¨®lo Blanca Fern¨¢ndez Ochoa hab¨ªa logrado una de bronce, y en los menores Juegos de Invierno de Albertville 92. Contando la otra solitaria medalla invernal -el oro de su hermano Francisco 20 a?os antes- una sola medalla femenina frente a 27 masculinas. Apenas una gota en el peque?o vaso de agua.El balance era una simple consecuencia del menor nivel y del aislamiento a¨²n mayor del deporte femenino. El cambio producido, sin embargo, no ha sido casualidad. La dedicaci¨®n concienzuda a la categor¨ªa y en determinadas modalidades no s¨®lo ha dado frutos, sino que tiene todos los visos de seguir d¨¢ndolos. La astucia tambi¨¦n sirve en la planificaci¨®n, incluso mucho m¨¢s que en la propia competici¨®n. Parece evidente que las posibilidades de alcanzar la ¨¦lite no son las mismas en modalidades nuevas, que en las ya consolidadas y donde el nivel, por tiempo y calidad, es m¨¢s alto. En el deporte femenino, donde el retraso general respecto al hombre ha sido mayor, resulta a¨²n m¨¢s f¨¢cil. Y ese es el camino que se ha seguido.

Ocho de las 22 medallas que alcanz¨® Espa?a en unos solo s Juegos Ol¨ªmpicos, los de 1992, fueron logradas por mujeres, el 36,36%, una, sensible mejor¨ªa frente al m¨ªsero 3,57% en 21 ediciones (1, la de Blanca, de 28), entre 1900 y 1988.

Cuatro de las 13 medallas de oro de Barcelona fueron femeninas: el equipo de hockey, Theresa Zabell y Patricia Guerra en vela, Miriam Blasco y Almudena Mu?oz en yudo; 3 de las 7 de plata: Carolina Pascual en gimnasia r¨ªtmica, Natalia Via-Dufresne en vela y Arantxa-Conchita en el doble de tenis, y 1 de las 2 de bronce: Arantxa en individual.

La inercia, s¨®lo con un leve retroceso, se mantuvo el a?o pasado en Atlanta, donde las mujeres lograron 6 de las 17 totales, es decir, el 35,29%: 2 de las 5 de oro: de nuevo Theresa Zabell, esta vez con Bego?a Via-Dufresne, y el conjunto de gimnasia r¨ªtmica; 1 de las 6 de plata,: Arantxa, y 3 de las 6 de bronce: Isabel Fern¨¢ndez y Yolanda Soler en yudo, y Arantxa-Conchita. Precisamente las tenistas han bajado. Pero otras suben.

Para Sydney 2000 siguen abiertas las esperanzas.