Tres cineastas adictos a la pasi¨®n de fabular
Nuevos libros de una colecci¨®n que acoge trabajos de escritura cinematogr¨¢fica
Estos libros no provocar¨¢n muchas colas en busca de la firma de sus autores. No est¨¢n en listas blancas de lectores fetichistas ni son literatura de moda, sino libros reflejos, ca¨ªdos de las pel¨ªculas a que dieron origen. Pero la publicaci¨®n (Planeta) de los guiones de los, filmes Hola, ?est¨¢s sola?, Tesis y Familia, reanudan el goteo de libros de esta especie, rara en Espa?a y, sin embargo, indispensable para que crezca el n¨²mero de espectadores de cine que no se limitan a consumirlo y desveladora (por ser base de tres pel¨ªculas espa?olas de gran audiencia) de por d¨®nde se mueve hoy aqu¨ª la vieja pasi¨®n de fabular.
Hola, ?est¨¢s sola? procede de un cuento escrito por Ic¨ªair Bolla¨ªn en 1988 y que arranca as¨ª: "Ten¨ªa yo un sujetador de veinte duros y un novio que no sab¨ªa desabroch¨¢rmelo". Y cuenta la cineasta: "Era un relato que recog¨ªa unas veces an¨¦cdotas o¨ªdas aqu¨ª y all¨¢ y se inspiraba otras en experiencias propias". Alude as¨ª al batiburrillo inicial que hay en la madeja de todo buen gui¨®n de pel¨ªcula, antes de que su escritora encontrase un hilo, tirase de ¨¦l y pusiese en orden la disparidad de materias que maneja. Es una antigua pero viva manera que el cine tiene de construir el continuo secuencial que William Goldman considera la aportaci¨®n insustituible del escritor a la pantalla.El gui¨®n a que dio lugar el relato de Bolla¨ªn hace suya la paradoja de que, para lograr una pel¨ªcula viva, es imprescindible la coexistencia de una armaz¨®n cerrada con unas rendijas abiertas en su entramado, que permitan introducir en la construcci¨®n m¨¢s y m¨¢s giros de imagen o de enriquecimiento de la imagen. Un buen gui¨®n est¨¢ siempre inacabado, pues no finaliza m¨¢s que con su fijaci¨®n en pel¨ªcula, es decir, con su muerte como gui¨®n. Y de ah¨ª otro rasgo de estos libros: carece de sentido su lectura sin conocer el filme de que proceden y al que conducen.
Si Bolla¨ªn traza con sutiles pinceladas las vueltas y revueltas de un itinerario ¨ªntimo en un filme de camino, Fernando Le¨®n en Familia y Alejandro Amen¨¢bar en Tesis nos encierran en laberintos trazados con tiral¨ªneas con dos guiones -de signo opuesto: en clave de humor el primero y de horror el segundo- sobre situaciones cerradas, enclaustradas. Dice Le¨®n: "Familia es la historia de un sue?o infantil: inventarse una familia, la que no has tenido o la que tienes y no te gusta. De eso habla: de lo que tienes y de lo que quieres tener, que casi nunca coinciden. Y de c¨®mo eso, que parece terrible, a lo mejor no lo es tanto".
Solvencia
Es Familia un trabajo de construcci¨®n que despide hacia el lector sensaci¨®n de solvencia, pues es un esbozo muy claro de una situaci¨®n muy compleja y de un apuramiento de las variantes con que el escritor la hila en im¨¢genes. La impresi¨®n que causa es que, de una poderosa ocurrencia que permite desarollos opuestos -uno atento a la l¨®gica de la verosimilitud y otro inclinado a acentuar la met¨¢fora Fernando Le¨®n elige el primero y lo encadena con mucho tiento y sentido de la medida. Bordea la frontera de lo imposible, pero nunca la traspasa.Sobre el suelo movedizo de una fabulaci¨®n amenazada por la ca¨ªda en lo excesivo se mueve la escritura de Tesis, que -al contrario que el sutil bordado de Hola, ?estas sola? y el despligue ajedrec¨ªstico de Familia- tiene algo de esa curiosa ingenier¨ªa del olfato que da entramado a muchas pel¨ªculas. Cuenta Amen¨¢bar c¨®mo se desarroll¨® la escritura: "Escrib¨ª Tesis entre junio y agosto de 1994. [Estaba en ello] cuando un d¨ªa un amigo me llam¨® y mepregunt¨® cuanto me faltaba para terminarla. Le dije que dos semanas, pero la termin¨¦ aquella noche".
Los tres nos ponen ante modelos de fabulaci¨®n de estilo y din¨¢mica dispares. Bolla¨ªn afronta el reto de introducir en una sola imagen dos o tres o cuatro estratos de percepci¨®n; Fernando Le¨®n maneja con soltura el desarrollo situacional en c¨ªrculo: una ficci¨®n dentro de otra ficci¨®n; y Amen¨¢bar ofrece un vertiginoso ascenso en espiral de un acorde emocional. Para quienes buscan en el cine m¨¢s que tiempo de ocio y aspiran a escudri?ar dentro de una pantalla c¨®mo funcionan la pasi¨®n de fabular y las leyes que organizan su fijaci¨®n en im¨¢genes, son adquisiciones impagables.
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