Alarma y vacuna
DURANTE EL pasado invierno cundi¨® la alarma en algunas comunidades aut¨®nomas ante lo que parec¨ªa ser el inicio de una epidemia de meningitis. Todav¨ªa est¨¢n presentes las im¨¢genes de colas multitudinarias en los centros que dispensaban vacunas, la confusi¨®n sobre las cifras de afectados y su importancia epidemiol¨®gica, as¨ª como el desconcierto ante actitudes de m¨¦dicos y autoridades, cuyas conductas, a t¨ªtulo individual, parec¨ªan contradecir sus indicaciones p¨²blicas.Debemos, pues, felicitamos por la celebraci¨®n en esta semana de dos jornadas cient¨ªficas en las que se ha debatido sobre la incidencia pasada y previsible de la enfermedad, las medidas preventivas a tomar y el dispositivo de seguimiento para el curso pr¨®ximo.
Los datos disponibles indican que no se sobrepas¨® -considerando el territorio nacional en conjunto- el umbral de 10 casos por 100.000 habitantes fijado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud para poder calificar de epidemia un brote de la enfermedad. Aunque se rozaran esas cifras en las comunidades de Galicia y Cantabria, que junto con La Rio a ya decidieron la vacunaci¨®n masiva en sus respectivos ¨¢mbitos territoriales.
Ahora los expertos y autoridades, teniendo en cuenta otros par¨¢metros epidemiol¨®gicos tambi¨¦n relevantes, han recomendado a?adir a ¨¦stas las comunidades de Madrid, Extremadura y el Pa¨ªs Vasco. Todos sus habitantes comprendidos entre los 18 meses y los 19 a?os de edad, cerca de 1.600.000 ni?os y j¨®venes, ser¨¢n vacunados el pr¨®ximo oto?o contra la cepa de meningococo responsable del brote del a?o pasado.
La programaci¨®n as¨ª decidida contribuye a tranquilizar a la poblaci¨®n, que percibe que se est¨¢n disponiendo medidas preventivas con tiempo, antes de que empiecen a darse casos que, con raz¨®n o sin ella, provoquen inquietud en las familias y un desordenado tr¨¢fico de vacunas. Hay que se?alar, al respecto, que ninguna va cuna es completamente inocua, por lo que no es aconsejable vacunar masivamente sin una motivaci¨®n cient¨ªfica s¨®lida y sin control sanitario suficiente. Por otro lado, crea inevitablemente el llamado s¨ªndrome del veci no, es decir, intranquilidad en los habitantes de zonas no cubiertas por esas medidas, pero pr¨®ximas a aquellas en las que s¨ª han sido tomadas.
Son inquietudes leg¨ªtimas que no deben menospreciarse y que pueden ser causa de episodios de intensa alarma social. Por ello, resulta especialmente acertado que se haya fijado un sistema de seguimiento continuo de los casos de meningitis que se vayan produciendo en el futuro con el fin de intervenir r¨¢pidamente y extender el ¨¢rea de vacunaci¨®n generalizada cuando las circunstancias as¨ª lo aconsejen.
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