88 a?os de c¨¢rcel para un padre que abus¨® de su hija durante 20 a?os

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un total de 88 a?os de c¨¢rcel a Jos¨¦ Luis D. R., un delincuente habitual de 52 a?os, por la violaci¨®n continuada de su hija. La joven, que ahora tiene 28 a?os, tuvo que abortar dos veces a causa de los ataques de su padre. Asimismo, padece un fuerte retraso mental y afectivo por los continuos abusos que sufri¨® desde la temprana edad de seis a?os. En la sentencia, sin embargo, los jueces destacan que no han podido imputar al acusado todos aquellos delitos que cometi¨® contra la v¨ªctima durante su infancia por haber prescrito ¨¦stos.La s¨®rdida historia de estos abusos se remonta a la ¨¦poca en que la familia -padre, madre, dos hijos y la hija- regres¨® a Espa?a tras una corta estancia como emigrantes en Alemania. La peque?a fue alojada en casa de su abuela materna, mientras que el resto de sus parientes pas¨® a vivir con los abuelos paternos. Pese a esta separaci¨®n, la ni?a se reun¨ªa con su familia los fines de semana. Y fue entonces, a la edad de seis a?os, cuando empezaron los ataques del padre.
El apartado de hechos probados de la sentencia establece que durante esos fines de semana el padre, bajo amenazas de muerte e incluso golpes, obligaba a la peque?a a masturbarle, mientras que ¨¦l le tocaba a ella sus ¨®rganos genitales. Esta situaci¨®n se mantuvo cuando la familia se instal¨® en un piso de M¨®stoles.
"La peque?a contaba entonces con nueve a?os. El padre ejerc¨ªa sobre ella un dominio pleno. Para conseguirlo empleaba continuas amenazas y agresiones ps¨ªquicas y f¨ªsicas que imped¨ªan a la ni?a mantener una relaci¨®n estable tanto con los otros miembros del n¨²cleo familiar como con personas ajenas al mismo. Todo ello motiv¨® que la ni?a no alcanzara un adecuado nivel evolutivo, de forma que su personalidad qued¨® deficientemente estructurada, primaria, temerosa, inhibida y con bajo nivel de autoestima", indican los jueces.
Cuando la chica cumpli¨® los 17 a?os, el padre, lejos de abandonar los abusos, prosigui¨® con ellos e incluso empez¨® a mantener acceso carnal con su hija. Lo hac¨ªa bajo amenazas y aprovechando la ausencia de los dem¨¢s integrantes de la familia. As¨ª, la sentencia relata que cuando la madre se marchaba a trabajar a las seis de la ma?ana, el padre irrump¨ªa en la habitaci¨®n de la muchacha y, arrastr¨¢ndola por los pelos y con continuos golpes, la llevaba hasta su dormitorio donde consumaba la violaci¨®n. A causa de estas agresiones, la joven qued¨® embarazada a los 17 a?os y tuvo que viajar a Londres en compa?¨ªa de su madre, aunque sin decirle qui¨¦n era el causante, para abortar.
Esta terrible situaci¨®n de sometimiento pareci¨® llegar a su fin cuando, en enero de 1990, Jos¨¦ Luis ingres¨® en prisi¨®n por tr¨¢fico de drogas. Se abri¨® entonces un periodo de paz para la muchacha, que acabar¨ªa en septiembre de 1993 con la excarcelaci¨®n de su padre. La vuelta al hogar signific¨® un nuevo descenso al infierno. "Al volver al domicilio familiar reinici¨® las agresiones hacia su hija. La obligaba a permanecer en el sal¨®n, donde se hab¨ªa trasladado a dormir por diferencias con su esposa y su hijo, y cuando ¨¦stos dorm¨ªan o abandonaban la vivienda, el padre aprovechaba para doblegar la voluntad de la hija y conseguir as¨ª la c¨®pula", afirma la sentencia. En 1994, fruto de estas agresiones, la joven, ya con 25 a?os, abort¨® por segunda vez. Ese mismo a?o, adem¨¢s, el padre la oblig¨® a viajar con ¨¦l a Castell¨®n, donde alquil¨® una habitaci¨®n y la viol¨®. Posteriormente, adquiri¨® la costumbre de tomar habitaciones en hostales del centro de Madrid para forzar a su hija.
La acusaci¨®n particular destaca el valor "ejemplar" de la sentencia
Esta cadena de violaciones lleg¨® a su fin en agosto de 1995, despu¨¦s de que el padre atacase a su hija en el sal¨®n del domicilio de M¨®stoles. A los dos d¨ªas, y tras una dura disputa familiar, la hija, con 26 a?os, tom¨® la decisi¨®n 4e denunciar a su padre y se refugi¨®, con su madre, en la casa de su hermano mayor. Posteriormente recibi¨® apoyo de la Asociaci¨®n de Asistencia a Mujeres Violadas (calle O'Donnell, 42, tel¨¦fono 574 01 10).Para establecer la condena, que considera probadas seis violaciones e impone 14 a?os, ocho meses y un d¨ªa por cada una de ellas, la Secci¨®n Sexta de la Audiencia Provincial se bas¨® fundamentalmente en la declaraci¨®n "firme y sin fisuras" de la v¨ªctima, un relato que fue avalado por los testimonios de su hermano y de su madre.
"No se aprecia que el testimonio de la joven est¨¦ movido por sentimientos de enemistad, resentimiento, odio o deseos de venganza, sino m¨¢s bien parece responder a un sentimiento de mayor seguridad al haber abandonado el domicilio despu¨¦s de la ¨²ltima agresi¨®n y haberse refugiado con su madre en el domicilio de su hermano mayor, lo que le brind¨® el apoyo moral necesario para dar ese trascendental paso", dicen los jueces.
En este sentido, la sentencia, que recoge la mayor¨ªa de los argumentos de la acusaci¨®n particular, representada por la abogada Carmen Romey, tambi¨¦n pone al descubierto "el cuadro de miedo y desintegraci¨®n" en que estaba sumida la familia a causa de la actitud "desp¨®tica" del padre, quien golpeaba frecuentemente a sus hijos.
Esta brutalidad le. permiti¨® desintegrar la personalidad de su hija hasta el punto no s¨®lo de que ¨¦sta perdiese la capacidad de fantasear, sino de que "reaccionase autom¨¢ticamente ante los deseos del padre por miedo a soportar agresiones f¨ªsicas".
"La sentencia es mod¨¦lica y espero que sirva de ejemplo a otras mujeres, para que sepan que los casos se pueden ganar en los tribunales y se animen a denunciar las violaciones de que son v¨ªctimas", a?adi¨® Carmen
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma

Archivado En
- Prescripci¨®n delitos
- Amenazas
- J¨®venes
- Violencia dom¨¦stica
- Agresiones f¨ªsicas
- Adolescencia
- Violaciones
- AP Madrid
- Audiencias provinciales
- Juventud
- Agresiones sexuales
- Malos tratos
- Violencia
- Integridad personal
- Tribunales
- Delitos sexuales
- Poder judicial
- Problemas sociales
- Delitos
- Sucesos
- Proceso judicial
- Justicia
- Sociedad
- Violencia sexual