El renacer de la foralidad vasca
La historia de los tres ¨²ltimos siglos demuestra que en Espa?a a cada guerra civil ha seguido una calentura centralizadora, caldo de cultivo para nuevos padecimientos colectivos. Las libertades de los Reinos de la Corona de Arag¨®n perecieron a causa de la guerra de sucesi¨®n. Las guerras carlistas fueron el pretexto para acabar con los Fueros vascos y mutilar los de Navarra. Y Franco liquidar¨ªa los Conciertos Econ¨®micos de Guip¨²zcoa y Vizcaya, ¨²ltimo reducto de, la foralidad, como "castigo" a su "traici¨®n" en 1936.La Constituci¨®n de 1978 quiso reparar los viejos agravios. Reconoci¨® el derecho a la autonom¨ªa y puso fin al Estado centralista. En consecuencia, resolver la "cuesti¨®n foral" formaba parte de la naturaleza de las cosas. La disposici¨®n adicional proclam¨® el amparo y respeto a los derechos hist¨®ricos y abri¨® el cauce adecuado para su reintegraci¨®n. Navarra se acogi¨® al pronunciamiento constitucional y pact¨® con el Estado el Amejoramiento del Fuero. En el Pa¨ªs Vasco las cosas fueron m¨¢s complicadas.
Recu¨¦rdese c¨®mo en el proceso constituyente el debate sobre los Fueros se inici¨® a ra¨ªz de una enmienda del PNV que pretend¨ªa la "reintegraci¨®n f¨®ral". Para ello resultaba imprescindible la devoluci¨®n de su antiguo r¨¦gimen foral a cada uno de los territorios vascos. Producida la restauraci¨®n de los Fueros, senan sus instituciones representativas las que decidir¨ªan libremente el establecimiento de un marco pol¨ªtico com¨²n. En suma, la existencia de Euzkadi como proyecto pol¨ªtico quedar¨ªa en manos de la voluntad de cada provincia, no del pueblo vasco en su conjunto. No s¨¦ si sus autores hab¨ªan valorado las consecuencias de su enmienda o pretendieron hacer Un gesto testimonial.
Unas, declaraciones imprudentes o calculadas, afirmando que el reconocimiento de los Fueros llevaba impl¨ªcito el derecho a la autodeterminaci¨®n, obligaron a los constituyentes a establecer ciertas cautelas. Se reconoc¨ªa el derecho a la reintegraci¨®n foral, pero ¨¦sta deber¨ªa hacerse en el marco de la Constituci¨®n y de los Estatutos de autonom¨ªa. Pero aunque no se admitiera la enmienda en su literalidad s¨ª se hac¨ªa en su esp¨ªritu y finalidad al proclamar el amparo y respeto a los derechos hist¨®ricos.
El PNV vacil¨®, pero opt¨® por rechazar la f¨®rmula propuesta. De nada sirvi¨® que la Constituci¨®n derogase las leyes abolitorias ni que, para demostrar que el marco constitucional no era obst¨¢culo para el restablecimiento ¨ªntegro de los Fueros -salvo los obsoletos, anacr¨®nicos o imaginarios-, se aceptara otra. enmienda nacionalista (art¨ªculo 150,2) que permit¨ªa superar el techo competencial establecido en el t¨ªtulo VIII, dando as¨ª cobertura a cualquier derecho foral hist¨®rico, salva la unidad constitucional del nuevo Estado auton¨®mico.
Hab¨ªa otras razones de fondo que imped¨ªan al nacionalismo vasco votar a favor de la Constituci¨®n. En primer lugar, el art¨ªculo 2? representaba un obst¨¢culo dif¨ªcilmente superable. La tradici¨®n "soberanista" del partido era incompatible con la aceptaci¨®n de la unidad indisoluble de la naci¨®n espa?ola. En segundo lugar, la reintegraci¨®n foral y el fortalecimiento de la personalidad de las "provincias" pod¨ªa constituir una barrera para la "recreaci¨®n de la conciencia nacional vasca", expresi¨®n favorita de los dirigentes nacionalistas de la ¨¦poca. Porque si, tras el proceso de reintegraci¨®n foral, las instituciones representativas de cada territorio,no se pon¨ªan de acuerdo para configurar un marco pol¨ªtico com¨²n, la idea nacional de Euzkadi tendr¨ªa que esperar a mejor ocasi¨®n.
Por eso, tras la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n, el PNV opt¨® por negociar un Estatuto constitucional de autonom¨ªa renunciando al cauce de la disposici¨®n adicional. La Constituci¨®n permit¨ªa a las comunidades constituidas al amparo del art¨ªculo 151 dotarse inmediatamente de un Parlamento y un Gobierno unitarios. La directa aplicaci¨®n del t¨ªtulo VIII garantizaba el reconocimiento de Euzkadi como nacionalidad. Por eso, el PNV decidi¨® guardar la reintegraci¨®n foral en el ba¨²l de los recuerdos. Nadie protest¨®.
Y es que la legitimidad democr¨¢tica del Estatuto de Guernica es incuestionable al haber recibido el respaldo mayoritario del pueblo vasco, titular del poder auton¨®mico constitucional. Pero en modo alguno responde, en puridad, a las exigencias de la reintegraci¨®n foral.
Pese a todo, la foralidad logr¨® resistir. Si se quer¨ªa una organizaci¨®n provincial distinta de la de r¨¦gimen com¨²n hab¨ªa que reconocer a las Juntas Generales y Diputaciones Forales -restablecidas en 1978- un ¨¢mbito de poder propio, aunque fuera un p¨¢lido reflejo del que se hubiera derivado de la reintegraci¨®n foral. Por otra parte, la ¨²nica manera de evitar la aplicaci¨®n del sistema general de financiaci¨®n era invocar los Conciertos Econ¨®micos como derecho hist¨®rico amparado por la Constituci¨®n. Ocurre que la titularidad del Concierto no es del Pa¨ªs Vasco, sino de cada provincia. ?sta es la raz¨®n por la que ni el Parlamento ni el Gobierno vascos tengan atribuida la potestad tributaria para la exacic¨®n y gesti¨®n del r¨¦gimen fiscal, ya que aqu¨¦lla se ejerce por cada territorio hist¨®rico.
El Concierto Econ¨®mico de 1981, modificado en 1985 para concertar el IVA, supuso un paso muy importante hacia la reintegraci¨®n en materia fiscal, aunque. todav¨ªa hab¨ªa ciertas limitaciones derivadas del primer Concierto Econ¨®mico de 1977, que no confer¨ªa a las Provincias Vascongadas plena autonom¨ªa fiscal, sino un r¨¦gimen de mera descentralizaci¨®n de la gesti¨®n impositiva.
Por eso el reciente acuerdo alcanzado para la modificaci¨®n del Concierto Econ¨®mico entre el Gobierno Aznar y el Gobierno Ardanza constituye un verdadero hito en el renacer de la foralidad vasca. Por vez primera, el Concierto despliega su eficacia sobre el conjunto del sist¨¦ma tributario por efecto del reconocimiento constitucional de los derechos hist¨®ricos. Si en el IRPF se ha pactado "lo mismo que tiene Navarra" no es para satisfacer una reivindicaci¨®n "provinciana", sino porque la disposici¨®n adicional ha desplegado toda su eficacia reintegradora. Las Provincias Vascongadas hubieran disfrutado probablemente del mismo r¨¦gimen que Navarra de no haber sido por las leyes abolitorias.
Los nacionalistas se han apresurado a destacar la trascendencia pol¨ªtica del acuerdo. Ardanza ha afirmado que el nuevo Concierto convierte a Euzkadi en el " 16? Estado de la UE en materia fiscal" (en rigor debi¨® decir el " 17?", dada la prelaci¨®n de Navarra). Aunque se trata de un exceso verbal, que introduce elementos de discusi¨®n perjudiciales para la pac¨ªfica aceptaci¨®n en otros lares del sistema vasco, el acuerdo contribuye a robustecer la integraci¨®n solidaria del Pa¨ªs Vasco en el conjunto espa?ol. S¨®lo en la foralidad, que es la manera vasca (y la navarra) de ejercer el derecho al autogobierno dentro de esa comunidad de comunidades que es Espa?a, se inserta el fundamento jur¨ªdico-pol¨ªtico de los Conciertos vascos y del Convenio navarro.
Siguiendo el razonamiento de Ardanza, si Euzkadi -gracias al amparo constitucional- se ha convertido en el 16? Estado de la UE en una materia hist¨®ricamente vinculada a la soberan¨ªa como es la fiscalidad, tal vez haya llegado el momento de que el PNV haga una revisi¨®n autocr¨ªtica de la decisi¨®n que adopt¨® en 1978 en relaci¨®n -a la Constituci¨®n de 1978 y llegue a la conclusi¨®n de que se equivoc¨® al negar a la disposici¨®n adicional -y abstenerse por ello- toda virtualidad reintegradora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.