Cintas, v¨ªdeos y pinchazos al juez

El gui¨®n del caso Calvi¨¢ destila todos los ingredientes de las tramas de delincuencia pol¨ªtica y econ¨®mica del cine negro. Ha habido espionaje furtivo de las v¨ªctimas a los delincuentes, v¨ªdeos de pol¨ªticos en ba?ador en el Caribe, militantes encarcelados, intermediarios con biograf¨ªa criminal, ex futbolistas, oportunistas en apuros, abogados y dirigentes ultraconfesionales, enchufados en la administraci¨®n para evitar delaciones, un charlat¨¢n franquista, ricos y extranjeros en la sombra que ve¨ªan grandes negocios. Tambi¨¦n traiciones, peleas de amigos, parejas rotas o intentos de venta de exclusivas.Enfrente, dos jueces ¨ªntegros -Jos¨¦ Castro y Javier Mu?oz- y una polic¨ªa judicial sigilosa. Mu?oz, como desvel¨® este diario, denunci¨® en el juzgado de guardia que su tel¨¦fono particular estaba pinchado. Una grabaci¨®n de sus conversaciones privadas fue escuchada por otro usuario de la l¨ªnea, horas despu¨¦s. Precisamente por aquellos mismos d¨ªas, este magistrado -un profesional duro, discreto y moderado- hab¨ªa estado registrando la sede del Partido Popular para analizar su contabilidad.