El miedo y el caos dominan el fin de la campa?a para los comicios de ma?ana
Aparte de suministrar una excusa para que la fuerza multinacional abandone el pa¨ªs, nadie sabe muy bien para qu¨¦ van a servir las elecciones albanesas de ma?ana, las m¨¢s precarias y desorganizadas desde la ca¨ªda del comunismo y supuestamente destinadas a estabilizar el pa¨ªs balc¨¢nico, sumido en la anarqu¨ªa desde hace cinco meses. La violencia campa a sus anchas, el lenguaje de los adversarios es directamente b¨¦lico y la mayor parte de la poblaci¨®n permanece o atemorizada o armada hasta los dientes.
A 24 horas de la jornada electoral se ignora todav¨ªa a qu¨¦ hora cerrar¨¢n los colegios -la mayor¨ªa de ellos inaccesibles al medio millar de observadores internacionales por falta de protecci¨®n armada- e incluso el criterio de reparto de los 40 esca?os, del total de 155, elegidos con criterio proporcional. Los adversarios del presidente Safi Berisha -ex comunistas, socialdem¨®cratas y centristas- anunciaron ayer en un multitudinario mitin en Tirana que unir¨¢n sus fuerzas en un Gobierno de coalici¨®n si consiguen la victoria. Al anochecer y en el mismo escenario, la plaza Skanderbeg, el aut¨®crata Berisha, tiroteado la v¨ªspera en la ciudad de Lushnje y que asegura que se marchar¨¢ si su partido pierde, anunciaba ante miles de los suyos la aurora de la democracia y el final del comunismo.Hasta la misma hora de los m¨ªtines hubo de ser decidida por el mediador europeo Franz Vranitzky. Tanto el Partido Democr¨¢tico del presidente ("tenernos al menos el 50% de los votos") como los socialistas de Fatos Nano y sus aliados ("sacaremos el 80% o el 85%") se consideran seguros del triunfo. La ausencia de cualquier sondeo o indicio fiable hace de las declaraciones de los jefes pol¨ªticos albaneses un brindis al sol. Pese a que los tres partidos m¨¢s importantes se comprometieron esta semana en Roma a unas elecciones civilizadas, en un documento de cuatro puntos llamado Pacto por el Futuro de Albania, sus dirigentes cuentan a quienes quieren escucharles que denunciar¨¢n el seguro juego sucio de sus rivales y que llamar¨¢n a la movilizaci¨®n general de sus partidarios.
6.000 convidados de piedra
En raz¨®n de su mandato -garantizar las comunicaciones y la distribuci¨®n de una ayuda humanitaria- la fuerza multinacional de 6.000 soldados, espa?oles incluidos, que bajo los auspicios de la ONU y direcci¨®n italiana est¨¢ desplegada en Albania desde abril, se limita a ser convidada de piedra de la espiral de descomposici¨®n de este pa¨ªs balc¨¢nico de las dimensiones de Galicia y tres millones de habitantes. La anarqu¨ªa albanesa, agravada por el arsenal en manos de la gente tras el saqueo de cuarteles y comisar¨ªas, se ha cobrado al menos 1. 500 vidas desde marzo."Esta es con diferencia la misi¨®n m¨¢s dif¨ªcil de observaci¨®n de las que hemos realizado", declaraba ayer Mark Smith, portavoz para Albania de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa, que ha presionado por medio de su desganado bombero, el ex canciller austr¨ªaco Vranitzky, para llevar adelante los comicios y que ser¨¢ la encargada de supervisarlos y certificarlos ante el mundo. Nadie espera unas elecciones medianamente homologables, ni siquiera con los relajados baremos de Europa oriental. Algo por otra parte imposible en un pa¨ªs en el que el Estado se ha evaporado, donde pugnan por el poder un desacreditado presidente y un Gobierno provisional capitaneado por sus enemigos, con los medios de comunicaci¨®n atenazados por el miedo o las consignas y que no cuenta con Ej¨¦rcito, polic¨ªa y sistema judicial. "Las bandas armadas que dictan su ley en muchas zonas, sobre todo del sur, pero no s¨®lo all¨ª, har¨¢n saber anticipadamente a quienes se atrevan a ir a votar ma?ana sus preferencias", resum¨ªa ayer con desmayo un observador cualificado en Tirana.
Las elecciones anticipadas de ma?ana, que tendr¨¢n una segunda vuelta el 6 de julio para la adjudicaci¨®n de algunos esca?os y en las que te¨®ricamente debe decidirse tambi¨¦n sobre la restauraci¨®n de la monarqu¨ªa, son las segundas parlamentarias que se celebran en Albania en poco m¨¢s de un a?o. En mayo de 1996, a trav¨¦s de la intimidaci¨®n y el fraude, el Partido Democr¨¢tico de Berisha se hizo con el 90% de los esca?os en la primera vuelta.
Europa y Estados Unidos
Europa mir¨® entonces a otro lado y Estados Unidos pidi¨® su repetici¨®n. La espoleta del derrumbe de los bancos piramidales aplicada a un clima pol¨ªtico envenenado provoc¨® la explosi¨®n popular y un acuerdo in extremis, en marzo pasado, por el que Sali Berisha, que se hizo reelegir presidente por otros cinco a?os, entregaba provisionalmente el Gobierno a una coalici¨®n de nueve partidos y convocaba nuevos comicios.La campa?a, marcada por la violencia y una insuperable demagogia, ha estado reservada en la pr¨¢ctica a aquellos escasos dirigentes que han podido pagar la escolta suficiente como para arriesgar su presencia en lugares donde no son queridos. Y si a Fatos Nano, el jefe socialista encarcelado hasta marzo pasado y principal adversario de Berisha, se le imped¨ªa llegar, la semana pasada a la ciudad norte?a de Shkoder, el propio Berisha, pese a su formidable aparato de seguridad, no se ha atrevido a viajar al sur, mayoritariamente socialista y donde se concentran quienes le consideran responsable de la conversi¨®n en humo de m¨¢s de ciento cincuenta mil millones de pesetas, los ahorros de la mitad de los albaneses.
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