"No abrimos un Teatro Real a la baja"
Pregunta. Estar¨¢ de acuerdo en que desde la llegada del PP el proyecto del Teatro Real se ha rebajado notablemente.Respuesta. Al contrario. Me atrevo a decir que desde la llegada del PP se ha resuelto el problema del Real, 11 a?os de turbulencias, hasta el punto de que las obras estuvieron cerca de convertirse en emblem¨¢ticas de la incapacidad de la Admi¨¢straci¨®n de terminar sus propios proyectos. Creo que hoy el Real ha superado sus conflictos y tensiones y tiene garant¨ªa de cumplir no s¨®lo la fecha de la inauguraci¨®n sino la continuidad: hay un equipo conjuntado, unas ideas claras, un compromiso de las dos administraciones p¨²blicas que comparten la responsabilidad de la fundaci¨®n -el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid, y hay, sobre todo, algo muy importante: el ¨¦xito del proyecto en la sociedad.
P. Dice que se han solucionado problemas del Real, pero, a partir de que ustedes echan a St¨¦p Chane Lissner, que tra¨ªa un proyecto ambicioso y reformista, esos se solucionan a la baja.
R. Empiezo por decir que a no se Lissner no se le ech¨®...
P. Se le hizo la vida imposible.
R. No estoy de acuerdo con eso. Lissner ten¨ªa la misma autonom¨ªa de criterio y de funcionamiento que tiene Juan Cambre Cleng ahora. Y a Lissner no s¨®lo no le ech¨®, sino que cuando en el patronato se notific¨® la decisi¨®n de Lissner de abandonar, ped¨ª una interrupci¨®n del patronato y que compareciese y le solicit¨¦ que reconsiderase su decisi¨®n. Luego le reiteramos nuestra voluntad de contar con ¨¦l para sacar adelante el proyecto. Y ¨¦l se sinti¨® sin motivaci¨®n suficiente para poder hacerlo. Creo que quiz¨¢ a Lissner le aconsejaron mal.
P. El proyecto de Lissner era reformarla orquesta para, sustituyendo a una parte de los m¨²sicos, elevar el nivel art¨ªstico.
R. Creo que la Sinf¨®nica de Madrid y con Garc¨ªa Navarro lo demostr¨® el pasado jueves con el R¨¦quiem de Verdi, est¨¢ en condiciones de convertirse en uno de los grandes conjuntos sinf¨®nicos de Europa. Tienen algo fundamental para poder triunfar, que es un modelo de gesti¨®n adecuado. Yo cada d¨ªa creo menos en la forma de gesti¨®n p¨²blica de las orquestas y m¨¢s en el r¨¦gimen de autoexigencia interna que tiene una orquesta como la Sinf¨®nica de Madrid.
P. Muchos aficionados piensan que en la situaci¨®n actual de la orquesta los grandes directores europeos no van a querer dirigirla.
R. Yo creo que la experiencia. nos va a demostrar lo contrario, porque, entre otras cosas, los verdaderos grandes directores lo que: buscan, si son m¨²sicos de verdad y no s¨®lo instrumentos de sus casas discogr¨¢ficas, es el trabajo. El mayor placer para un gran director no es un ¨¦xito en un concierto sino dejar su huella en la orquesta, que haya tenido tiempo para los ensayos y capacidad de comunicaci¨®n con los m¨²sicos. Esos son los que le interesan a la Orquesta Sinf¨®nica de Madrid. Ya s¨¦ que hay otros directores que lo que buscan es llegar en. el avi¨®n de las cinco, tocar a las diez y mecha e irse al d¨ªa siguiente. Pero no es ¨¦se el modelo musical por el que debemos apostar en Espa?a, entre otras cosas porque las orquestas las debemos vincular siempre a la formaci¨®n.
P. Una de las cosas que dec¨ªa Lissner es que nunca hubiera nombrado a Garc¨ªa Navarro, a quien consideraba un director mediocre. ?No han encontrado ustedes a nadie mejor!
R. Es que hemos encontrado al mejor. Hemos encontrado, a un gran director, y el jueves lo demostr¨® con un R¨¦quiem espl¨¦ndido, como hac¨ªa muchos a?os no se o¨ªa en Madrid. Pero es curioso el reflejo que ese ¨¦xito tuvo en los medios de comunicaci¨®n, y ah¨ª s¨ª que me atrevo a decir que la izquierda cultural de Espa?a y de Madrid deber¨ªa tener mayor generosidad intelectual con el proyecto del Teatro Real. No puede darle la espalda, primero porque no se lo merece y segundo porque va a ser un ¨¦xito de todos. Yo en estos momentos veo actitudes reticentes de la cultura de la izquierda frente al Teatro Real, y creo que deber¨ªan superarse.
P. Ustedes tampoco tuvieron esa generosidad al juzgar el resultado del proyecto.
R. No estoy de acuerdo con eso. El proyecto de gesti¨®n lo pusimos en marcha, nosotros conjuntamente con la Administraci¨®n socialista. Constituimos juntos la Fundaci¨®n Teatro L¨ªrico, que gobierna el teatro, y creo que somos un ejemplo claro de c¨®mo entendimos que ¨¦se ten¨ªa que ser un proyecto alejado de cualquier referencia ideol¨®gica. Y esa misma generosidad es la que ahora le pido a la izquierda.
P. Generosidad que no parece sea compartida por la ministra de Educaci¨®n y Cultura, Esperanza Aguirre. Primero echaron ustedes a Elena Salgado y despu¨¦s. se libraron de Lissner.
R. Cuantas veces se incluya en la pregunta estar¨¦ obligado a incluirlo en la respuesta: Lissner se fue de forma voluntaria.
P. Tanto Salgado como. Lissner se quedaron decepcionados con usted porque pensaron que no dio la cara por ellos.
R. Vuelvo a insistir en que a Lissner expresamente le pedimos que continuase con el proyecto, y ¨¦l, al final, quiz¨¢ desconfiando del ¨¦xito que ¨¦ste iba a tener en la sociedad, tom¨® la decisi¨®n de marcharse. El nombramiento como, gerente de Juan que ha sido la clave de ese ¨¦xito. Cambreleng ha sabido recoger una temporada de ¨®pera que, como ¨¦l mismo ha manifestado, probablemente no hubiera hecho igual, porque es verdad que tiene puntos de desequilibrio.
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