El director del Ermitage cree que el deterioro del museo es una cat¨¢strofe para Rusia
Mija¨ªl Piotrovski busca patrocinadores para la restauraci¨®n de la pinacoteca
EVA LARRAURI El director del museo Ermitage de San Petersburgo, Mija¨ªl Piotrovski, busca nuevas fuentes de financiaci¨®n para mantener en condiciones una joya cultural amenazada por los recortes presupuestarios sufridos desde el fin de la etapa sovi¨¦tica. Piotrovski quiere encontrar patrocinadores privados dentro y fuera de su pa¨ªs para financiar la urgente necesidad de restaurar y modernizar el museo. "Si no conseguimos los recursos para resolver los problemas del museo ser¨¢ una cat¨¢strofe nacional", asegur¨® ayer en Bilbao. "El Ermitage no es s¨®lo el museo m¨¢s grande de Rusia, es el s¨ªmbolo de la cultura rusa".
El Ermitage se encuadra en el selecto grupo de las primeras pinacotecas del mundo en el que se codea con el Louvre de Par¨ªs, el Prado de Madrid, la National Gallery de Londres y el Metropolitan de Nueva York. El museo ocupa 10 edificios hist¨®ricos, de estilo palaciego, con una superficie expositiva impresionante. En total, dispone de unos 50.000 metros cuadrados de espacio destinado a mostrar sus colecciones, repartidas en 350 salas de exposici¨®n. "Los edificios son por s¨ª mismos piezas maestras de la arquitectura", presume el director. Su colecci¨®n abarca desde restos prehist¨®ricos hasta un interesant¨ªsimo recorrido por la historia del arte de todo el mundo, que llega a sumar unos fondos propios de cerca de tres millones de obras. En los primeros a?os de esta d¨¦cada salt¨® la alarma por la falta de medidas de seguridad y las precarias condiciones de conservaci¨®n de los edificios.Piotrovski, un historiador especializado en arte isl¨¢mico, ocupa el cargo de director del Ermitage desde hace cinco a?os, en los que ha visto fluctuar los recursos disponibles por el museo al ritmo de la inestabilidad pol¨ªtica que ha sufrido Rusia. Su padre, director de la pinacoteca durante 26 a?os, conoci¨® mejores tiempos. En el periodo comunista, el presupuesto anual se situaba en tomo a los 20 millones de d¨®lares (cerca de 3.000 millones de pesetas).
Piotrovski se encuentra esta semana en Bilbao, invitado por el director de la Fundaci¨®n Guggenheim de Nueva York, Thomas Krens, para presentarle el edificio que albergar¨¢ el Museo Guggenheim de Bilbao. "Es un museo que conectar¨¢ el siglo XX y el XXI", afirm¨® tras visitar el edificio dise?ado por el arquitecto Frank O. Gehry. "Al igual que en el Ermitage, la arquitectura es tan importante como las colecciones que contiene y ambos aspectos est¨¢n en perpetuo di¨¢logo".
Carga simb¨®lica
Los cambios pol¨ªticos y econ¨®micos vividos por Rusia desde la ca¨ªda del sistema comunista no han alterado el car¨¢cter p¨²blico del Ermitage. Como lo fue en los 70 a?os de etapa sovi¨¦tica, el museo es un centro dependiente del Gobierno de Mosc¨² que no ha perdido un gramo de su carga simb¨®lica. El a?o pasado qued¨® bajo el control directo del presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin. "Despu¨¦s de luchar mucho, en 1996 conseguimos parar los dr¨¢sticos recortes presupuestarios que el Gobierno ten¨ªa previstos", record¨® Piotrovsk?. Finalmente, el Ermitage cont¨® en el pasado ejercicio con 15 millones de d¨®lares (unos 2.200 millones de pesetas), de los que s¨®lo 12 procedieron de las arcas p¨²blicas y tres de recursos generados por el propio centro.
"El presupuesto es menor que el de 1995, pero mucho mayor que el de hace siete a?os. Entonces s¨®lo lleg¨® a los tres millones de d¨®lares [alrededor de 435 millones de pesetas]", se?ala el director. ?Cu¨¢nto dinero necesita el Ermitage para seguir adelante con dignidad? Seg¨²n los c¨¢lculos de Piotrovski, el museo necesita m¨¢s de 4.000 millones de pesetas para invertir en la reconstrucci¨®n y otro tanto para los gastos de funcionamiento.
No obstante, el director del Ermitage intenta quitar importancia a la crisis que amenaza la supervivencia del museo, que fue un orgullo tanto para el r¨¦gimen de los zares como para el r¨¦gimen comunista. "El dinero es un problema para todos los museos, y en mayor medida los centros situados en edificios como los nuestros, que necesitan ingentes cantidades de dinero", explic¨®. "El museo no tiene riesgo de ruina, pero si no encontramos recursos para restaurarlo, en 10 a?os estaremos en una situaci¨®n catastr¨®fica".
Mija¨ªl Piotrovski necesita dinero para modernizar las instalaciones del museo. "Necesitamos espacios m¨¢s grandes y, sobre todo, readaptar lo que ya tenemos con tecnolog¨ªa modema", a?ade. "El Ermitage es el ¨²nico museo de Europa que mantiene el esp¨ªritu del siglo XIX, y nuestro gran problema es reconstruir todo el museo y conseguir conservar este estilo propio".
En la b¨²squeda de nuevas fuentes de financiaci¨®n, el Ermitage ha empezado a cobrar por servicios que anteriormente eran gratuitos. Pero, sobre todo, el museo intenta captar patrocinadores entre las empresas occidentales establecidas en Rusia. Recientemente, IBM ha destinado m¨¢s de 230 millones de pesetas al desarrollo del sistema inform¨¢tico del museo. "Intentamos encontrar un patrocinador para cada proyecto que ponemos en marcha", a?adi¨® Piotrovski. "Contamos, adem¨¢s, con ¨¦l apoyo de las asociaciones de amigos del museo repartidas por todo el mundo. Cuando el Gobierno ruso compruebe que somos capaces de conseguir recursos por nosotros mismos, nos prestar¨¢n mas apoyo".
Piotrovski se opone a la venta de los fondos del museo para obtener dinero, y no s¨®lo porque lo proh¨ªben sus estatutos: "Cada obra, simb¨®licamente, es una pieza que constituye el museo", concluy¨®. "Mantener un museo es tan caro que acabar¨ªamos vendiendo toda la colecci¨®n y seguir¨ªamos sin tener dinero suficiente para afrontar los gastos".
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