Noche de leyenda con Eric Clapton en Vitoria

Noche de leyenda en el Festival de Jazz de Vitoria. Leyendas que, adem¨¢s, llegaron a la capital vasca dispuestas a ejercer como tales y conseguir que todos los focos apuntaran en su direcci¨®n. Entradas agotadas, polideportivo abarrotado, reventa por las nubes y el nombre de Eric Clapton en todas las bocas. El concierto m¨¢s esperado del certamen no lleg¨® a decepcionar, pero tampoco aport¨® nada ni nuevo ni especialmente interesante.

El guitarrista brit¨¢nico acapar¨® toda la atenci¨®n de la jornada, mientras sus cuatro compa?eros, agrupados bajo el nombre de Leyendas, pasaban bastante desapercibidos, tal vez porque, visto objetivamente y con independencia de su calidad musical, Marcus Miller, David Sanbom, Joe Sample y Steve Gadd todav¨ªa no han alcanzado en el ¨¢nimo del p¨²blico ese apreciado estatuto de leyenda en vida.Las leyendas ofrecieron un producto superprofesional, t¨®pico y comercial, estudiado al mil¨ªmetro para gustar a cualquier tipo de p¨²blico y con el espacio suficiente para que cada uno pudiera exteriorizar su virtuosismo. Blues y rhythm and blues muy bien interpretados pero terriblemente descafeinados, sin el alma. el entusiasmo y la sinceridad qu¨¦: reclama este tipo de m¨²sica para llegar directa al coraz¨®n, una. m¨²sica en la que la visceralidad y el sentimiento tienen que estar por encima de la t¨¦cnica.

En Mendizorrotza la t¨¦cnica y la profesionalidad se impusieron al sentimiento y ni siquiera el magn¨ªfico trabajo del bater¨ªa Steve Gadd o del pianista Joe Sample consiguieron romper la rutina de un concierto bonito pero carente de todo contenido y servido, adem¨¢s, a tal volumen que imposibilitaba la permanencia en las primeras filas.

Blondie

Como contraste, Debbie Harry (o Blondie, que con ese nombre seguir¨¢ en el recuerdo y el ¨¢nimo de muchos), otra leyenda del pop con bastante m¨¢s calado en la historia de la m¨²sica que algunos de los autodenominados leyendas, ofrec¨ªa una soberbia actuaci¨®n junto a sus c¨®legas neoyorquinos de los Jazz Passengers, un concierto repleto de creatividad y alejado de los c¨¢nones comerciales al uso.La nueva reuni¨®n de Blondie con la rompedora banda de Roy Nathanson es un encadenado constante de sorpresas. Nada es igual a s¨ª mismo, ni siquiera en un mismo tema. Ritmos cambiantes que van del cabar¨¦ berlin¨¦s de entreguerras a las mezclas latinas del Bronx, pasando por una l¨²cida revisi¨®n defreejazz, del country, del rhythm andblues, de la m¨²sica vocal contempor¨¢nea y de un sinfin m¨¢s de estilos. Una propuesta verdaderamente reconfortante de las que reconcilian a cualquiera con el panorama actual de la m¨²sica.

Ha sido lo mejor o¨ªdo hasta el momento en esta edici¨®n del festival alav¨¦s, pese a que a los vitorianos no ha parecido interesarles mucho y una noche tras otra el grupo ha actuado cada madrugada al finalizar los conciertos importantes. Han llenado el local para mostrar su mala educaci¨®n y desprecio hacia la m¨²sica que se ofrec¨ªa, charlando a voz en grito como si la presencia de Debbie Harry y los Jazz Passengers les molestara para tomar copas con tranquilidad. Por suerte, la banda ha grabado disco durante estas actuaciones alavesas y dentro de algunos meses se podr¨¢ saborear esta ducha de creatividad sin tener que soportar a la gente gritando alrededor.

Como complemento de un d¨ªa tan denso, como casi todos en este festival, por la tarde el int¨¦rprete de banjo B¨¦la Fleck ofreci¨® un concierto sumamente agradable en la secci¨®n Jazz del siglo XXI M¨²sica a caballo de muchos estilos pero con un toque inconfundiblemente country y una energ¨ªa vital contagiosa que puso en pie una y otra vez al p¨²blico que abarrotaba el Teatro Principal.

Fleck ha conseguido convertir el banjo, bastante denostado en los ¨²ltimos tiempos, en un instrumento de total actualidad tan apto para las melod¨ªas m¨¢s intimistas como para la fusi¨®n m¨¢s danzante.

Por la noche, el pianista donostiarra I?aqui Salvador, teloneando a Clapton y sus leyendas, present¨® en directo su ¨²ltimo trabajo discogr¨¢fico: una interesante mezcla de m¨²sica tradicional vasca y jazz contempor¨¢neo, interpretada por una banda en la que, adem¨¢s del l¨ªder, destac¨® la voz de Amaia Zubiria y la mezcla poco habitual de instrumentos populares como la txalaparta con la potencia electr¨®nica y percusiva.