La Uni¨®n Europea duda si responder con toda su artiller¨ªa a los desaf¨ªos de Trump
Bruselas acoge en silencio una batalla entre quienes creen que la r¨¦plica a los posibles aranceles de la Casa Blanca debe limitarse al ¨¢mbito comercial y quienes abogan por un choque frontal
![Ursula von der Leyen](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TOGIB2PBWZE7BDWY6HV4B4OK3E.jpg?auth=e00f74bcdb6d38dc7e78666a511a6a8c02bba377f1bafcee587981c90c63d05b&width=414)
![Mar¨ªa R. Sahuquillo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9450e41e-903a-4681-86d5-38a9faa6e758.png?auth=4ce7ed04e46e0bf8618cf91b6c37efb3fa6a988a3a4f250fece6ec07def7ae0e&width=100&height=100&smart=true)
Las instituciones de la Uni¨®n Europea, dicen sus responsables, est¨¢n preparadas para tomar represalias contra Washington y dar una respuesta ¡°firme¡± si el presidente estadounidense, Donald Trump, impone aranceles a los productos europeos, pero guardan en un cofre su libro de jugadas. Entre el secretismo y la duda sobre qu¨¦ har¨¢ el imprevisible republicano en Washington, se libra una batalla subterr¨¢nea dentro del Ejecutivo comunitario, seg¨²n admiten fuentes europeas.
De un lado de la pugna est¨¢n los pragm¨¢ticos, partidarios de contemporizar, como ya se hizo durante el primer mandato de Trump, y ce?ir la respuesta a una guerra comercial al uso, con medidas rec¨ªprocas. De otro est¨¢n quienes creen que Bruselas debe ir al choque frontal con Trump, con todo el arsenal disponible contra industrias y servicios estadounidenses, si la Casa Blanca consuma sus amenazas. Sobre todo si Trump utiliza los aranceles a la UE como arma para lograr otros fines: por ejemplo, el blindaje de los gigantes tecnol¨®gicos ¡ªque apoyan al republicano¡ª ante cualquier investigaci¨®n de Bruselas.
Mientras, la Comisi¨®n Europea va de puntillas a la hora de tratar con Trump y sus constantes andanadas, que sacuden el tablero geopol¨ªtico global. As¨ª ha sucedido esta semana, tras la amenaza del presidente estadounidense de hacerse con el control de la Franja de Gaza y desplazar forzosamente a los palestinos: Bruselas emiti¨® una reacci¨®n suave y de bajo perfil.
La clave, insiste una veterana fuente comunitaria, es ¡°esperar y ver con qu¨¦ va a atacar Trump¡±. Y, en funci¨®n de eso, tejer la respuesta. El republicano ha empleado ya el amago de un aumento de los aranceles como arma de coerci¨®n pol¨ªtica contra Canad¨¢ y M¨¦xico, a quienes ha reclamado reforzar sus fronteras para evitar la entrada de migrantes y el tr¨¢fico de fentanilo; y con Colombia, a quien ha exigido que acepte el regreso de migrantes deportados. En los tres casos, tras la cesi¨®n de los damnificados, Washington ha pausado al menos un mes la aplicaci¨®n de los grav¨¢menes. En cambio, con China est¨¢ siendo m¨¢s suave de lo esperado y se ci?e, por el momento, a lo puramente comercial. A la UE le ha afeado el d¨¦ficit comercial, que se encuentra en niveles r¨¦cord, con 235.571 millones de d¨®lares, por encima de los 218.061 millones de 2022.
El secretismo de cu¨¢l ser¨¢ la respuesta de Bruselas es grande. Esta semana, en una reuni¨®n de ministros de Comercio, el ¨²nico punto del orden del d¨ªa a puerta cerrada fue el de las relaciones con EE UU y la respuesta a una posible guerra comercial. Pese a las preguntas de algunos Estados miembros, los representantes del Ejecutivo comunitario no soltaron prenda, dicen fuentes conocedoras de la reuni¨®n. Pero en la discusi¨®n est¨¢ replicar con medidas rec¨ªprocas sobre bienes estadounidenses y, sobre todo, una serie de ofertas previas para evitar la escalada. La Comisi¨®n Europea apuesta por negociar con Trump y baraja potenciar las compras de Gas Natural Licuado (GNL), algo hacia lo que el republicano ya se ha mostrado interesado y que adem¨¢s puede servir a la UE para reducir las adquisiciones de gas ruso. Tambi¨¦n, recortar los aranceles a las importaciones de veh¨ªculos estadounidenses (aunque tendr¨ªa que aplicarlo a otros pa¨ªses importadores) y trabajar con los Estados miembros para mantener e incluso aumentar las compras de material militar.
Durante el primer mandato de Trump (2017-2021), EE UU impuso aranceles al acero y al aluminio, y la UE respondi¨® con un aumento de las tarifas por valor de unos 2.800 millones de d¨®lares a productos estadounidenses y con un acuerdo para potenciar las compras de GNL (aunque esto compete a las empresas y, en algunos casos, a los Estados miembros) y reducir los impuestos de soja y langostas. Lo que podr¨ªa haber sido una guerra comercial no pas¨® de escaramuza.
Ahora el plan es similar, seg¨²n una fuente conocedora de este debate. Se trata de poner bajo el foco a productos y sectores sensibles para EE UU y de Estados republicanos (desde las Harley Davidson al zumo de naranja o el burbon), para que sus senadores y congresistas presionen al presidente.
Sin embargo, la reacci¨®n depender¨¢ del gravamen que finalmente impusiese Trump, del margen de maniobra negociador y de los productos elegidos (y si hay excepciones). La Comisi¨®n Europea dise?ar¨¢ un plan que luego los Estados miembros deben aprobar en una votaci¨®n por mayor¨ªa.
El Trump del segundo mandato se ha mostrado distinto del que ocup¨® la Casa Blanca la primera vez, dice una fuente de Bruselas. Y eso puede hacer pensar que esta vez puede perseguir cuestiones pol¨ªticas y no solamente comerciales. Adem¨¢s, la sinton¨ªa que tuvo con el entonces presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, puede no repetirse con la actual jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, que ten¨ªa muy buena relaci¨®n con la Administraci¨®n de Joe Biden. De hecho, ella a¨²n no ha logrado cerrar una reuni¨®n concreta con el equipo de Trump.
Cuando se barajan las herramientas comerciales disponibles para las represalias, bulle de fondo una pugna dentro del Ejecutivo comunitario sobre las armas a usar. Hay una corriente que cree que la represalia debe ser puramente comercial, medidas m¨¢s bien sim¨¦tricas, como sucedi¨® la primera vez. Otros consideran que Bruselas deber¨ªa desplegar herramientas distintas, como su reglamento anticoerci¨®n, que puede incluir f¨®rmulas para cerrar el mercado europeo a ciertos bienes o servicios y hasta impedir que empresas de otro pa¨ªs concursen en licitaciones p¨²blicas o participen en proyectos financiados con el presupuesto comunitario. Un arma de seguridad econ¨®mica que entr¨® en vigor en 2023 y que estaba pensada m¨¢s bien para China o Rusia, pero que ahora tambi¨¦n podr¨ªa aplicarse a Estados Unidos.
Algunas voces reclaman que el mecanismo anticoerci¨®n se emplee contra el potente sector tecnol¨®gico estadounidense, que adem¨¢s ha apoyado mayoritariamente a Trump. Esta v¨ªa tiene sus contrapartidas, replican los contrarios a ponerla sobre la mesa. No solo se corre el riesgo de que el republicano doble su amenaza contra la UE, sino que, si esa herramienta se activa, deber¨ªa aplicarse tambi¨¦n a China. Adem¨¢s, actuar contar las grandes empresas tecnol¨®gicas, que tienen en su poder pr¨¢cticamente todo el sector, podr¨ªa dar como resultado el encarecimiento de los servicios para los consumidores, advierten algunas fuentes.
La prueba de la unidad
Con la pelea todav¨ªa subterr¨¢nea dentro de las instituciones comunitarias, se adelanta ya que la reacci¨®n europea a las medidas de Trump ¡ªque tiene aliados en el Consejo Europeo y m¨¢s relaci¨®n con algunos jefes de Gobierno, como el h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n o la italiana Giorgia Meloni¡ª ser¨¢ la gran prueba para la unidad europea. ¡°Y el presidente estadounidense claramente jugar¨¢ la carta de dividir, a la hora de elegir los aranceles y tambi¨¦n cuando tenga que negociar con el bloque europeo¡±, dice una alta fuente europea.
A la vez que afila sus armas comerciales, la UE avanza para encontrar y afianzar nuevos aliados comerciales, presentando al club comunitario como un bloque muy deseable y fiable para hacer negocios. En los ¨²ltimos tiempos ha firmado o renovado acuerdos como el de Mercosur, con M¨¦xico o Malasia. Baraja acercarse a China y observa con atenci¨®n a India: a finales de febrero, el equipo de comisarios europeos y Von der Leyen viajar¨¢n al subcontinente asi¨¢tico.
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