Brines considera que el lector de poes¨ªa es tambi¨¦n un creador
El escritor reedita "Palabras a la oscuridad" y prepara sus obras completas
Hace 30 a?os que Francisco Brines -Oliva(Valencia), 1932- recibi¨® el Premio de la Cr¨ªtica por Palabras a la oscuridad, que hab¨ªa publicado un a?o antes. Aunque ya no era nuevo en el ruedo po¨¦tico -era autor de Las brasas y El Santo Inocente-, esta tercera entrega supuso su consagraci¨®n entre los grandes de la generaci¨®n de los 50. "Hablo de las palabras que, expresando al hombre que es el poeta, viven apag¨¢ndose, borr¨¢ndose...", declar¨® entonces Brines, consecuente con el compromiso cr¨ªtico de sus coet¨¢neos
"Que pongan 'a la' oscuridad y no 'en la' oscuridad, por favor", ruega amabil¨ªsimo el escritor. Y es que est¨¢ acostumbrado, dice -pero no resignado, por lo que parece-, a que no terminemos de enterarnos de que en su juventud ¨¦l estaba cantando a y no en las tinieblas. Son los peque?os gajes del oficio de poeta, que no siempre utiliza el lenguaje tal como el resto de los mortales esperamos que sea utilizado. Francisco Brines lo sabe y apela a las capacidades del lector: "Yo soy de los que piensan que no hay un buen lector de poes¨ªa si ¨¦l mismo no es poeta. No forzosamente poeta creador, pero poeta. No se puede llegar a la poes¨ªa sin que haya capacidad de creaci¨®n por parte del lector".Adem¨¢s de la reedici¨®n de Palabras a la oscuridad -que corre a cargo del editor Antonio Huerga-, Brines trabaja actualmente en su obra completa. La prepara Tusquets y aparecer¨¢ en septiembre. "Ser¨¢ completa y corregida, pero no modificada, porque aunque algunas cosas las dir¨ªa hoy de distinta manera, no me parece serio cambiarlas ahora, tal como est¨¢ de moda. Aquello obedece a un momento en que yo sent¨ªa as¨ª, y aunque pueda pensar que hay quiz¨¢s un exceso de sentimentalidad en relaci¨®n a como estoy actualmente, lo cierto es que as¨ª era yo cuando era joven...".
Altos valores
Fiel al arte al que ha dedicado su, vida, Brines reconoce a la poes¨ªa valores alt¨ªsimos. Sus efectos, dice, s¨®lo son comparables a los efectos del amor: "Una persona, a la edad que sea, se enamora y resucita. Se renueva por completo. Se le renueva la mirada, la ilusi¨®n. Vuelve a sus mejores momentos porque todo lo vive con intensidad y capacidad de sorpresa".Pero ¨¦sta no es la ¨²nica virtud de la poes¨ªa, que es tambi¨¦n, en opini¨®n del escritor, "un aprendizaje de la vida. El lector acumula experiencia porque asume y hace suyas unas miradas que en principio no le pertenecen. De la poes¨ªa aprehende algo que para m¨ª es lo m¨¢s importante de la vida: intensidad. La vida s¨®lo vale la pena vivirla cuando es intensa".
Y quien es capaz de extraerle a la vida todo su meollo ?no es acaso un fil¨®sof¨®? Francisco Brines lo admite "en el sentido de que la filosof¨ªa ha evolucionado hacia un abrazo a la vida, se ha ido haciendo cada vez menos abstracta y m¨¢s encarnada en la existencia". No en vano, recuerda, grandes fil¨®sofos como Nietzsche y Schopenhauer fueron "maestros de poetas".
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