Tertulias

Un debate en radio o televisi¨®n (ahora se llama tertulia) constituye, en mi opini¨®n, un de las formas m¨¢s amenas de conocer diferentes puntos de vista en torno a un tema, pero entiendo que para que un foro de opini¨®n de este tipo se conduzca razonablemente han de cumplirse ciertas premisas, a saber:A los invitados se les supone una dosis m¨ªnima de conocimientos sobre el asunto en cuesti¨®n, pero, seg¨²n observo, la ausencia de ¨¦ste no es ¨®bice alguno para que la mayor¨ªa de ellos opine sobre todo lo opinable con una seguridad pasmosa (todav¨ªa no conozco a nadie que dijese: oiga, yo de eso, ni idea). Tambi¨¦n ser¨ªan de agradecer unos rudimentos de educaci¨®n, aunque s¨®lo fuera por aquello de no levantar la voz, escuchar al que tiene el turno de palabra, no interrumpir constantemente... Adem¨¢s de esto, un buen ba?o de humildad vendr¨ªa de perlas, sobre todo a los que, m¨¢s que opinar, sentencian arrogant¨ªsimos sin la m¨¢s m¨ªnima fisura ideol¨®gica, dejando bien a las claras que sus posturas son p¨¦treamente inamovibles.

Por ¨²ltimo, el papel del moderador viene a ser crucial: te¨®ricamente, su funci¨®n es la de encauzar el espacio y ceder el turno de palabra. Nada m¨¢s lejos de la realidad, el desmedido af¨¢n de protagonismo en algunas ocasiones y su descarad¨ªsima parcialidad en otras contribuyen, junto a todo lo anterior, a que los debates que oigo / veo resulten completamente desnaturalizados.-