Ejecutados cuatro presos en Jap¨®n en plena pol¨¦mica sobre la pena capital
La Justicia japonesa ejecut¨® a cuatro personas condenadas por delitos de sangre, entre ellas un conocido escritor de novelas y poemas que era menor de edad en el momento del crimen, lo que ha reavivado la pol¨¦mica sobre la pena de muerte y el tratamiento jur¨ªdico de los menores. Como es habitual en Jap¨®n, las ejecuciones se realizaron sin previo aviso a los condenados ni a sus familias, que en algunos casos han vivido la angustiosa incertidumbre sobre su destino durante cerca de 30 a?os.
Despu¨¦s de que las salas de ejecuci¨®n japonesas hubieran estado ocho meses inactivas, esta noticia se produce en un momento en que diversas detenciones y juicios por brutales asesinatos, especialmente los cometidos por un joven de 15 a?os, han reactivado un agitado debate social en el que parece que las autoridades niponas han deseado dejar clara su postura de seguir manteniendo una dura pol¨ªtica jur¨ªdica contra los criminales.
El Centro de Detenci¨®n de Tokio fue escenario el viernes de dos ejecuciones por ahorcamiento, de las que se hicieron eco ayer todos los medios de comunicaci¨®n locales. Hideki Kanda, de 54 a?os, fue condenado por haber asesinado a su padre y otras dos personas con una espada en 1985, al tiempo que Norio Nagayama, de 48 a?os, fue ajusticiado por una serie de cuatro asesinatos cometidos en 1968, cuando ten¨ªa 19 a?os de edad. En Sapporo, la capital de la norte?a isla de Hokkaido, fueron ejecutados Yasurnasa Hidaka, un ex jefe de la yakuza -la mafia japonesa-, junto con su esposa Nobuko Hidaka, de 51 a?os, condenados por provocar un incendio que caus¨® la muerte a seis empleados en 1984 para intentar cobrar una p¨®liza de seguros valorada en 135 millones de yenes (cerca de 170 millones de pesetas).
Detenido en 1968
El caso de Nagayama no ha dejado de atraer la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica desde que fue detenido en 1968 debido a que, pese a ser entonces menor de edad (la mayor¨ªa de edad legal japonesa est¨¢ fijada en los 20 a?os), se le impuso una condena que suele aplicarse a adultos. La insistencia de su letrado en que la pena capital viola la Constituci¨®n -cuyo art¨ªculo 36 proh¨ªbe la imposici¨®n de penas crueles- no prosper¨® ante los tribunales de Tokio.Nagayarna, que hab¨ªa vivido una infancia dif¨ªcil durante la que no tuvo acceso a la educaci¨®n, se gan¨® la popularidad al iniciar en la c¨¢rcel una carrera literaria que comenz¨® con un best seller autobiogr¨¢fico en 1971, y prosigui¨® con otras novelas y poemarios que recibieron no s¨®lo una c¨¢lida acogida entre los lectores, sino tambi¨¦n un premio literario, el Yibashi, en 1983. A principios de esta d¨¦cada, la pol¨¦mica judicial se torn¨® en literaria, cuando su petici¨®n de ingresar en la Asociaci¨®n Japonesa de Escritores fue denegada, lo que desencaden¨® la baja de vanos escritores de prestigio como Kenji Nakagami.
Se espera que esta ejecuci¨®n var¨ªe el rumbo de las discusiones sobre el caso de un adolescente de Kobe, acusado de dos homicidios y otros tres frustrados cometidos entre febrero y mayo pasados. Numerosos sectores de la poblaci¨®n han criticado la incongruencia que supone el hecho de que el protagonista de esta cadena de cr¨ªmenes pueda librarse de penas de prisi¨®n o muerte por tener menos de 16 a?os, y se enfrente a una condena suave de dos a?os de estancia en un reformatorio.
Desde 1945, m¨¢s de 600 personas han sido ejecutadas en Jap¨®n, mientras se estima que otras 50 esperan en las antesalas de la horca. Diversas organizaciones no gubernamentales, como Amnist¨ªa Internacional o el grupo japon¨¦s Foro 90, prosiguen sus campa?as de sensibilizaci¨®n social y presi¨®n pol¨ªtica para conseguir que Jap¨®n se adhiera al Tratado Internacional para la Abolici¨®n de la Pena de Muerte, firmado en 1991, y que todav¨ªa no ha llegado en este pa¨ªs a la fase de debate p¨²blico.
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