Dos islas a 90 millas
"Miami es una isla", escribe Eliseo Alberto en Informe contra m¨ª mismo. "Muy pocos tienen conciencia clara de que viven en una naci¨®n llamada Estados Unidos". Un caso reciente: la emisora de FM WRTO decidi¨® programar a los Van Van; la campa?a de los anticastristas, amenaza de bomba incluida, supuso el final de la heterodoxia.Los cubanos m¨¢s furibundos de Miami se est¨¢n quedando solos. Artistas de Cuba pueden ya actuar en Los Angeles, Nueva York o Chicago: el Departamento de Estado ha concedido visados a Vocal Sampling, Van Van o Chucho Vald¨¦s. Por si no bastara, lssac Delgado graba para Ralph Mercado, representante de Celia Cruz. M¨¢s: Pablo Milan¨¦s acaba de fichar por la Universal (antes MCA). Hasta agosto de 1988, cuando el Congreso de Estados Unidos aprob¨® la importaci¨®n de grabaciones, discos como los Cuba classics recopilados por David Byr?e hubieran ca¨ªdo en la ilegalidad. Todav¨ªa en los primeros noventa la ley prohib¨ªa contratar a m¨²sicos de Cuba: "comerciando con el enemigo", lo llamaban. Hoy, instrumentistas de jazz como Roy Hargrove y Steve Coleman, o incluso Ry Cooder, graban en La Habana o tocan con gente de la isla sin que nadie se rasgue las vestiduras. Salvo en Miami. El pianista Gonzalo Rubalcaba se ha establecido en Fort Lauderdale, pero conserva su pasaporte cubano; al presentarse en Miami, unos energ¨²menos agredieron a quienes entraban en el Gusman Arts Center para escucharle.
Claro que, al otro lado del estrecho de La Florida, 90 millas al sur, resulta poco probable que una radio se atreva a emitir La jinetera, de Willy Chirino. Y han prohibido la ¨²ltima ocurrencia del M¨¦dico de la Salsa, aunque todo el mundo se sabe la canci¨®n: "Mami, hay que vivir para ver, ya tengo una amiga en Miami". El r¨¦gimen de Castro pone el m¨¢ximo celo en impedir los encuentros con intelectuales del exilio. En 1995, los 300 cubanos invitados al Festival de Nantes, vieron c¨®mo se les negaba el visado de salida. Raz¨®n esgrimida: la presencia de disidentes. Uno de los afectados coment¨®: "padecemos el embargo econ¨®mico y comercial de Estados Unidos y el que el L¨ªder M¨¢ximo impone a nuestras libertades". En el disco Cuba Classics 2 - Dancing with the enemy se pregunta: ?Puede una m¨²sica ser comunista?
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