Esperanzas en la frontera del Ulster
Los habitantes del 'condado de los bandidos' aguardan con forzoso optimismo las pr¨®ximas negociaciones
Discretos gestos conciliatorios de los protagonistas del viejo conflicto en el Ulster est¨¢n inspirando esperanzas en este remoto conf¨ªn de Irlanda del Norte, donde gente como Jim Hanratty ha crecido a la sombra de un cuartel del Ej¨¦rcito brit¨¢nico y bajo el ruido de helic¨®pteros militares en constante vaiv¨¦n por los techos de Crossmaglen. "No nos queda m¨¢s remedio que ser optimistas", dice Hanratty, un jovial cuarent¨®n que trabaja como conductor de autob¨²s entre el condado de Armagh y la Rep¨²blica de Irlanda, a cuatro kil¨®metros de esta aldea. "Si el proceso de paz fracasa y volvemos a los tiempos de antes, me largar¨¦ con mi familia para siempre. No quiero que mis hijos lleven una vida de tensi¨®n y sobresaltos".Al igual que los aproximadamente 3.000 residentes de Crossmaglen, Hartatty sabe muy bien de tensiones y sobresaltos. Su casa est¨¢ pegada a una de las m¨¢s grandes bases brit¨¢nicas en esta pintoresca regi¨®n agr¨ªcola que la prensa inglesa bautiz¨®, hace tiempo como condado de los bandidos, porque por ella campean libremente decenas de los m¨¢s buscados guerrilleros del Ej¨¦rcito Republicano de Irlanda (IRA) y bandas de contrabandistas. Tal es el temor de los soldados brit¨¢nicos y de sus aliados del Royal Ulster Constabulary (RUC), la predominantemente protestante fuerza policial en Irlanda del Norte, que el ¨²nico contacto entre el fortificado cuartel general de Crossmaglen y el resto de la provincia lo proveen helic¨®pteros militares. La rotaci¨®n de personal, el abastecimiento de vituallas y hasta la recolecci¨®n de basura del cuartel se realiza por aire. Los angostos caminos de Crossmaglen est¨¢n adornados de letreros con las siluetas negras de francotiradores enmascarados del IRA y consignas nacionalistas: "?Fuera las tropas brit¨¢nicas!" y "?Libertad para nuestros prisioneros de guerra!".
Como en toda Irlanda del Norte, la mirada de los habitantes de Crossmaglen est¨¢ puesta en las conversaciones de paz que el Gobierno brit¨¢nico, el de Dubl¨ªn y la diplomacia internacional est¨¢n organizando para el pr¨®ximo 15 de septiembre en Belfast. "Si los palestinos e israel¨ªes terminaron por sentarse a la mesa de negociaciones, ?por qu¨¦ no podemos hacer nosotros lo mismo?", se pregunt¨® Michael Mulligan, un constructor jubilado que merodeaba por el peque?o mercado central del pueblo. "Tenemos que desterrar el pasado y pensar en el futuro de nuestros hijos y nietos", dijo.
El paralelo con Oriente Pr¨®ximo es apto, y no s¨®lo por sus objetivos sino tambi¨¦n por el fuerte escepticismo frente a la posibilidad de un arreglo inmediato y durable. "?Pero, qu¨¦ es lo que han logrado los palestinos?", le espet¨® a Mulligan otro anciano llamado Owen McNully, que todav¨ªa recuerda el d¨ªa de 1970 cuando irrumpieron en su aldea los soldados brit¨¢nicos. "Se nos dijo que su presencia durar¨ªa muy poco", rememora.Argumentos como ¨¦stos cobran intensidad en toda Irlanda del Norte, cuyos antagonistas protestantes y cat¨®licos, fatigados por casi tres d¨¦cadas de violencia y decepci¨®n, apuestan, en el mejor de los casos, por una soluci¨®n temporal, es decir, una tregua firme que permita gradualmente explorar una avenida hacia una paz real.
S¨ªntomas de que existe verdadera voluntad pol¨ªtica para una distensi¨®n emergieron con nitidez esta semana, casi un mes despu¨¦s del nuevo alto el fuego. Quiz¨¢ el m¨¢s visible fue el primer debate p¨²blico entre los enconados enemigos del Sinn Fein, el brazo pol¨ªtico del IRA, y el Partido Unionista del Ulster (UUP). Martin McGuiness, el ex guerrillero cat¨®lico y actual n¨²mero dos del Sinn Fein, y Kenn Maguinis, jefe de los servicios de seguridad del UUP, no lograron cerrar la brecha que los separa, pero el hecho de que discutieran frente a las c¨¢maras de televisi¨®n fue calificada como un hecho hist¨®rico y sin precedentes.
Gestos simb¨®licos
"Espero que ¨¦ste sea un indicador de lo que nos espera el 15 de septiembre", declar¨® Mo Mowlam, la din¨¢mica mimistra del Gobierno laborista de Londres empe?ada en desactivar las tensiones con gestos simb¨®licos como la disminuci¨®n de las misiones de patrullaje del Ej¨¦rcito brit¨¢nico y el novedoso reemplazo de cascos por boinas para los soldados. Mowlam tambi¨¦n ha sugerido que una vez que comiencen las negociaciones multipartidarias dentro de un mes, Londres podr¨ªa considerar una amnist¨ªa limitada y gradual para algunos de los aproximadamente 300 presos del IRA y de los grupos, paramilitares protestantes. Aunque el UUP de David Trimble todav¨ªa no ha anunciado oficialmente su participaci¨®n, portavoces de esa fuerza pronosticaban ayer que habr¨¢ di¨¢logo, aunque no directo, "mientras el IRA no acepte el plan de desarme mutuo y total".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.