?El presencialismo ha vuelto para quedarse?
Pese al despliegue del teletrabajo durante la pandemia, cada vez m¨¢s empresas est¨¢n obligando a sus trabajadores a regresar a la oficina. Una tendencia que tambi¨¦n ha llegado al sector p¨²blico
El teletrabajo se despleg¨® por muchas empresas como una v¨ªa de salvaci¨®n durante la pandemia. La imposibilidad de acudir a las oficinas propici¨® que los hogares se transformasen en nuevos centros de trabajo, y que toda la actividad pasase a desarrollarse a trav¨¦s de una pantalla de ordenador. Sin embargo, 2020 queda hoy como un recuerdo lejano, la mayor¨ªa de las grandes compa?¨ªas han dado orden a sus empleados de que regresen a sus puestos, e incluso el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nada m¨¢s tomar posesi¨®n del cargo, ha dado la orden de que todos los trabajadores el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en ingl¨¦s) vuelvan a la oficina.
A gigantes pioneros en este retorno como Tesla (Elon Musk ha llegado a considerar el teletrabajo como ¡°moralmente incorrecto¡±), Amazon, Goldman Sachs o JP Morgan se les ha unido recientemente WPP, la mayor red de agencias publicitarias del mundo; y en Espa?a, la plantilla de la energ¨¦tica Holaluz ha convocado una huelga indefinida por, entre otras decisiones tomadas por la compa?¨ªa, haber alterado el modelo de trabajo a distancia que ven¨ªan disfrutando durante los ¨²ltimos a?os. Tampoco el sector p¨²blico parece a salvo de esta vuelta al pasado. Recientemente, la Generalitat de Catalu?a ha suprimido el teletrabajo a sus altos cargos ¡ªdirecciones generales, secretar¨ªas generales y sectoriales; as¨ª como sus asimilados org¨¢nicamente¡ª apelando a que el desempe?o de sus funciones requiere su ¡°presencia efectiva constante¡±.
¡°A mucha gente se le llen¨® la boca con que gracias al teletrabajo se acabar¨ªa con el presencialismo, y poco a poco se han dado cuenta de que no es as¨ª¡±, reflexiona Jorge Calvi?o, vicepresidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Directores de Recursos Humanos (AEDRH) y CHRO de AllFunds Bank. En su opini¨®n, el teletrabajo ¡°tiene muchas cosas positivas, pero muchas otras que no lo son, lo que hace que entregarse al 100% al ¨¦l no sea lo mejor¡±. La gesti¨®n de grupos, por ejemplo, resulta m¨¢s ¨¢gil cuando todos los integrantes se encuentran f¨ªsicamente en el centro de trabajo, seg¨²n este experto en Recursos Humanos.
Calvi?o defiende tambi¨¦n los modelos h¨ªbridos como soluci¨®n ¡ªen los que se compatibiliza el trabajo a distancia y el presencial¡ª, y reconoce que la tendencia actual sobre el regreso al presencialismo viene marcado por el comportamiento de las grandes empresas, singularmente las de Estados Unidos. ¡°Yo en lo que creo es en la flexibilidad, y en ofrecer las dos posibilidades, quiz¨¢s en un modelo de tres y dos d¨ªas, respectivamente. Pero lo cierto es que la normativa espa?ola condiciona mucho el trabajo a distancia, por eso se est¨¢n empezando a dar aqu¨ª tambi¨¦n estas reacciones¡±, se?ala.
La ley a la que alude Calvi?o se aprob¨® en septiembre de 2020, y se debe aplicar cuando un empleado realiza al menos el 30% de su jornada fuera del centro de trabajo en un per¨ªodo de referencia de tres meses. De ser as¨ª, empresa y trabajador deben firmar un contrato por escrito (voluntario y reversible) en el que la compa?¨ªa tiene que hacer frente obligatoriamente a los gastos derivados de los servicios a distancia (internet, luz o tel¨¦fono, por ejemplo). Algo que, para muchas de ellas ¡ªespecialmente las de menor tama?o y recursos¡ª supone un freno, y de ah¨ª que est¨¦ reduciendo los d¨ªas h¨¢biles para teletrabajar a uno, por debajo del porcentaje que fija la norma.
Los ¨²ltimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) muestran los vaivenes que ha experimentado el teletrabajo en el sector privado desde 2020, cuando alcanz¨® un m¨¢ximo del 19,1%. Un pico que se redujo hasta el 11,9% en el segundo trimestre de 2022, la cifra m¨¢s baja registrada desde entonces, y que creci¨® levemente hasta el 14% en el primer trimestre de 2024.
Gran acogida
La fotograf¨ªa del teletrabajo en el sector p¨²blico, sin embargo, evidencia una gran (y m¨¢s constante) aceptaci¨®n por parte de sus trabajadores. Dentro de la Administraci¨®n General del Estado (AGE), desde que se permiti¨® trabajar a distancia ¡ªtambi¨¦n con motivo de la irrupci¨®n de la covid¡ª pr¨¢cticamente la mitad de la plantilla, cerca de 300.000 trabajadores, se ha acogido a esta f¨®rmula (el 48% del total el pasado octubre, seg¨²n datos del Ministerio para la Transformaci¨®n Digital y de la Funci¨®n P¨²blica). Sin embargo, su implementaci¨®n no es la misma en los distintos estamentos. ¡°Cada ministerio, por ejemplo, lo ha regulado a su manera, y por eso te encuentras con que hay empleados p¨²blicos que tienen marcado qu¨¦ d¨ªas pueden teletrabajar, y otros que tienen mayor libertad para organizarse¡±, detalla Ver¨®nica Carballo, coordinadora de Organizaci¨®n, Comunicaci¨®n y Formaci¨®n del Sector AGE de UGT-Servicios P¨²blicos.
Esto sucede porque el real decreto que se present¨® en abril de 2021, y que empez¨® a tramitarse en diciembre de ese a?o, donde se recog¨ªan las l¨ªneas maestras a seguir por las distintas administraciones p¨²blicas, sigue sin adelante. ¡°En esta norma se iba a regular el teletrabajo de forma general para todo el sector p¨²blico. Lo que hay ahora es una ley de trabajo a distancia, que no es lo mismo, y que no determina de manera exacta la forma en la que debe llevarse a cabo¡±, explica Carballo, que reconoce que no existe por el momento un horizonte en el que este pueda salir adelante.
La coraza normativa vigente fue aprobada por el Gobierno en un real decreto en mayo de 2022 para tratar de paliar las consecuencias econ¨®micas y energ¨¦ticas derivadas de la guerra en Ucrania. Y en ¨¦l se abordan una serie de directrices (el teletrabajo se presenta como una f¨®rmula para ahorrar costes energ¨¦ticos) que despu¨¦s, cada organismo, aplica seg¨²n estima conveniente. ¡°Por eso hay gente que vive muy bien, y otra que no¡±, lamenta la sindicalista. Por las caracter¨ªsticas propias de su profesi¨®n, hay, sin embargo, muchos trabajadores p¨²blicos que no pueden optar al teletrabajo. Es el caso de m¨¦dicos, enfermeros, profesores, polic¨ªas o de aquellos funcionarios que atienden al p¨²blico.
Pese a la decisi¨®n tomada por la Generalitat, no parece que la vuelta al presencialismo vaya a extenderse por todo el sector p¨²blico. Sin embargo, s¨ª que podr¨ªa acentuarse en aquellos puestos en los que se presta una atenci¨®n directa a la ciudadan¨ªa. En opini¨®n de Carballo, la escena actual de no poder ser atendido sin cita previa (una pr¨¢ctica heredada de la pandemia, y que muchos organismos han interiorizado desde entonces) ha hecho que muchas administraciones se hayan replanteado modificar esta pr¨¢ctica, en favor de un mejor servicio a la ciudadan¨ªa. ¡°Aunque la idea es que se siga manteniendo el teletrabajo, porque se ha hecho una gran inversi¨®n en equipos y herramientas que lo hagan viable, hay que cuidar la atenci¨®n personal¡±, valora Carballo.
En 2023, la Administraci¨®n p¨²blica invirti¨® 12.873 millones de euros en la mejora de herramientas inform¨¢ticas, y en telecomunicaciones, casi un 19% m¨¢s que en 2022 (10.411 millones de euros), con el objetivo de revertir la obsolescencia de muchos equipos y mejorar as¨ª la comunicaci¨®n virtual con los ciudadanos.
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