La embajada de EE UU alerta a sus turistas de los peligros que les acechan en Madrid
Los turistas son recibidos con los brazos abiertos en Madrid, incluso por los delincuentes. Pese a los 468 agentes de la Operaci¨®n Verano destacados en las puntos calientes de la capital para frenar los robos, tirones y timos cometidos por bandas especializadas en la caza del extranjero, este tipo de delitos persiste en las calles del centro hasta el punto de que algunos servicios consulares han adoptado medidas para prevenir a sus nacionales. Este es el caso de la Embajada de Estados Unidos que, a ra¨ªz del "aumento de delitos callejeros en Madrid" (el a?o pasado sufrieron 761) , reparte entre sus turistas una hoja de "seguridad personal". Se trata de un manual, conciso y ¨²til, que advierte al turista reci¨¦n llegado de los peligros que le acechan en su paseo por la capital del Manzanares.El escrito, que describe Madrid como una bella ciudad cosmopolita y recomienda su vista, detalla la forma de soslayar a los p¨ªcaros (estar alerta cuando alguien se acerca para preguntar algo, no llevar demasiado dinero ... ), pero tambi¨¦n ofrece un resumen de sus a?agazas m¨¢s comunes, de las que destaca los cl¨¢sicos tirones y el ¨²ltimo grito en estafas: el timo de la mancha. La Embajada, adem¨¢s, a?ade en otra nota, esta de orden nacional, el timo de buen samaritano que, en su opini¨®n, prolifera en el aeropuerto de Barajas.
Pero es el caso del timo de la mancha el que m¨¢s preocupa a los diplom¨¢ticos: "En el timo que con m¨¢s frecuencia se comete contra los americanos en Madrid participan dos ladrones. Uno mancha la parte trasera de la chaqueta u otra prenda de la v¨ªctima, entonces llega el c¨®mplice con intenci¨®n de ayudar a limpiar la mostaza, el chocolate o la sustancia empleada. Entretanto, localizan los objetos de valor de los bolsillos, los agarran y echan a correr".
No menos descriptivo es el p¨¢rrafo dedicado a los tironeros: "Estos ladrones suelen trabajar en parejas. Quitan los bolsas a peatones, ciclistas e incluso de veh¨ªculos. El tironero agarra el bolso, la maleta o el equipaje y sale corriendo, a menudo hacia una motocicleta en la que le aguarda un c¨®mplice. En otros casos, la bolsa es robada desde una moto en marcha. El ladr¨®n buscar¨¢ refugio en calles estrechas y populosas. Si se trata de un coche parado, puede intentar abrir la puerta o romper la ventana para coger el equipaje".
El c¨®nsul de Jap¨®n afirma que han aumentado los robos con violencia contra sus compatriotas
Menci¨®n aparte merece otra de las especialidades que Madrid reserva a los turistas: el timo del buen samaritano. En este caso, su descripci¨®n figura en la hoja de informaci¨®n que se facilita sobre Espa?a: "Los ladrones tratan habitualmente de desviar la atenci¨®n del conductor se?al¨¢ndole un problema mec¨¢nico. Luego le roban objetos del coche mientras el conductor mira hacia, otro sitio. Este problema es particularmente grave con los coches alquilados en el aeropuerto madrile?o de Barajas".Para el c¨®nsul general de EE UU en Espa?a, Philip French, este tipo de delitos contra turistas no suele venir acompa?ado de violencia, pero su persistencia es motivo de preocupaci¨®n. "El a?o pasado 761 ciudadanos americanos sufrieron hurtos en Madrid. Y este a?o, aunque a¨²n no tenemos las estad¨ªsticas, no se ha registrado una disminuci¨®n. Cada d¨ªa vemos en las ventanillas de la Embajada a turistas que han sido v¨ªctimas de estos robos, sobre todo en los meses de junio, julio y a principios de agosto. Son pocos en comparaci¨®n con la, cifra total de turistas [1.400.000 al a?o en Espa?a], pero a su regreso sus historias tienen un efecto negativo sobre el turismo", afirm¨® French.
Aunque el n¨²mero de robos violentos es reducido, el c¨®nsul general record¨® que se han registrado casos de especial virulencia: "El s¨¢bado pasado dos mujeres fueron atacadas en pleno centro por cuatro hombres que las cogieron por la espalda y les robaron. Una incluso tuvo que ser atendida en el hospital por una lesi¨®n de garganta. El mismo lunes regresaron a EE UU".
Las zonas destacadas por el c¨®nsul general como las m¨¢s trilladas por los p¨ªcaros coinciden con las se?aladas por otras embajadas y por la propia polic¨ªa: la Puerta del Sol, la plaza de Col¨®n (donde los turistas descienden del autob¨²s que han cogido en el aeropuerto de Barajas), las estaciones ferroviarias de Atocha y Chamart¨ªn, la plaza Mayor y el paseo del Prado.
V¨ªctimas predilectas
Tampoco es menor la preocupaci¨®n en la Embajada del Jap¨®n. Los orientales se han convertido, como reconocen fuentes policiales y los propios comerciantes del centro, en las v¨ªctimas predilectas de los ladrones callejeros. En este sentido, el c¨®nsul del Jap¨®n en Madrid, Ichiro Namiki, en una contestaci¨®n escrita a EL PA?S, se?ala que s¨®lo en robos con p¨¦rdida de pasaporte se registran mensualmente 30 y 40 casos, cifra que se eleva hasta 60 en algunos meses. Esta tendencia, lejos de declinar como ocurri¨® en diciembre, ha vuelto a repuntar este verano. Esta subida ha venido acompa?ada, seg¨²n el escrito del citado c¨®nsul, de un incremento de los delitos con agresi¨®n (robos con violencia).
Ante esta situaci¨®n, las agencias de viajes comunican a los turistas japoneses que tengan cuidado (por ejemplo, que presten atenci¨®n a los art¨ªculos de valor que lleven consigo). Asimismo, la Embajada del Jap¨®n "est¨¢ solicitando a la Delegaci¨®n del Gobierno en Madrid el reforzamiento de las medidas especiales para intentar acabar con el robo a los turistas japoneses". "Tanto por parte de estas autoridades como de la polic¨ªa se est¨¢ realizando un esfuerzo y se ha recibido apoyo para garantizar la seguridad de los turistas", a?ade el c¨®nsul Namiki.
Sin restar importancia a los robos a turistas, el c¨®nsul general de Francia, Gilles Montagnier, niega que Madrid tenga el monopolio de este tipo de delincuencia. "Es un fen¨®meno parasitario del turismo. No hay m¨¢s inseguridad en Madrid que en otras ciudades europeas, pero el flujo de visitantes permite la existencia de peque?os delincuentes que no constituyen peligro para los residentes sino para los turistas". Se trata, en opini¨®n de Montagnier, de un fen¨®meno en el que apenas cabe la violencia y que se plasma en peque?os grupos de delincuentes bien organizados y especializados en timos como el del buen samaritano o el robo al descuido en estaciones.
Tranquilidad europea
"Este a?o no es peor que otros. Yo mismo, cuando tuve noticia de esto, fui a la Puerta del Sol a comprobar si hab¨ªa polic¨ªa' y, efectivamente, la encontr¨¦. Por lo dem¨¢s, cuando un turista franc¨¦s es v¨ªctima de un robo suele reaccionar bien, sabe que est¨¢n muy cerca de Francia y que cuenta con nuestro apoyo. S¨®lo en unos pocos casos, el enfado es grande", a?adi¨® Montagnier.
Tampoco en la Embajada de Alemania se considera que los robo a turistas revistan especial gravedad en Madrid. "No tenemos estad¨ªsticas, pero en los meses de verano es un fen¨®meno que aumenta, del mismo modo que se incrementan los turistas [en 1996 visitaron Madrid 392.419 alemanes]. En la mayor¨ªa de los casos no hay violencia, sino que los ladrones se aprovechan de los descuidos del visitante o le l¨ªan para quitarle el bolso. De todos modos, Madrid es una ciudad en la que la delincuencia no es muy alta", indic¨® una portavoz alemana.
C¨®mo, d¨®nde y cu¨¢ndo
No son unos desconocidos. Muchos comerciantes y hosteleros de Centro les han visto las caras. Repartidos en grupos de dos a cuatro personas, act¨²an con la primera luz de la ma?ana, a la hora de comer 0 ya de noche. Aprovechan el menor descuido y a veces hasta se hacen pasar por turistas (gafas de sol, gorras, pantalones cortos) para acceder con m¨¢s facilidad a sus v¨ªctimas (preferiblemente japoneses, mujeres solas o parejas de ancianos). Sus zonas de acci¨®n, abarcan el Madrid m¨¢s apreciado por los visitantes: la plaza de Espa?a, Gran V¨ªa, Puerta del Sol, Preciados, la zona del museo del Prado y Atocha, el Palacio Real y la plaza de Oriente, la plaza de Col¨®n y el aeropuerto de Barajas. Los dos ¨²ltimos enclaves les gustan especialmente por ser lugares donde los turistas pisan por primera vez la capital (en Col¨®n paran los autobuses procedentes de Barajas), con lo que el despiste propio de la primera andadura, el movimiento de maletas y la colisi¨®n con el idioma les facilitan el trabajo. Y as¨ª, llegado el momento, agarran el bolso de sus v¨ªctimas y salen corriendo o bien las empujan, las golpean y las arrastran hasta sacarles el bot¨ªn. Son, los tironeros."No paran. Llegan a asaltar hasta tres veces por d¨ªa. Incluso utilizan un aerosol para cegar a los turistas. El s¨¢bado asaltaron a dos japoneses en la calle de Atocha; la mujer, que acababa de llegar de Barajas, no solt¨® el bolso y la arrastraron 50 metros", contaba el jueves pasado Aniceto Fern¨¢ndez, due?o de una pensi¨®n de Centro y quien anoche mismo result¨® herido de un navajazo en el costado al intentar ayudar a dos turistas que estaban siendo atracadas en la calle de Atocha.
La porra colgante
Nieves, una colega de Aniceto, tampoco ten¨ªa mejor opini¨®n: "El paseo del arte se ha convertido en el paseo del tir¨®n. Est¨¢n en todas partes. En Atocha aguardan a los trenes; en Col¨®n, a los autobuses; en la plaza de Oriente, se mueven junto a los gu¨ªas; en el Reina Sof¨ªa intentan camelar a las turistas... Es una verg¨¹enza, los turistas se asustan, pasan el d¨ªa en la habitaci¨®n".
Francisco Bernardo Serrano, propietario del quiosco situado junto al Reina Sof¨ªa, coincid¨ªa en este an¨¢lisis: "?Que si por aqu¨ª roban? Mire usted". Y se?alaba una rotunda porra de madera que colgaba en su puesto. "?Para qu¨¦ cree que la tengo? Son siempre los mismos, hace media hora estaban aqu¨ª y he tenido que salir porque ya iban a dar un tir¨®n a dos turistas. Esto se est¨¢ poniendo muy mal. Como la polic¨ªa s¨®lo cuenta con un coche, tendremos que acabar saliendo nosotros". Con gafas de espejo, camisa desabrochada y m¨²sculos a punto de estallar, el vigilante del bar Brillante, en la plaza de Atocha, ofrec¨ªa una versi¨®n m¨¢s expeditiva: "Atracan en cualquier sitio, pero aqu¨ª, si vienen, cobran".
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