Ventura Pons lleva al cine 'Caricias', de Sergi Belbel
Con r¨ªtmica cadencia y rostro satisfecho, las parejas, ya maduras, van llenando. el vac¨ªo de la amplia sala. Suena un vals, un minuto de baile, un "?corten!" y vuelta a empezar. En el fondo de la estancia, bajo un lujoso ventanal modernista, dos mujeres contemplan la escena. Son Julieta Serrano y Montserrat Salvador,pero al entrar en la habitaci¨®n lo han hecho tambi¨¦n en la piel de la dona gran y la dona vella, respectivamente. Es decir, en dos de las protagonistas de Car¨ªcies (Caricias), la pel¨ªcula basada en la obra teatral hom¨®nima de Sergi Belbel que Ventura Pons rueda estos d¨ªas en Barcelona.Mientras esperan que les llegue la hora de actuar, Serrano y Salvador, que s¨®lo han trabajado juntas una vez, hace ya 10 a?os, charlan como dos viejas amigas. La mujer mayor y la mujer vieja a las que dan vida tambi¨¦n intercambian intimidades: comparten habitaci¨®n en el mismo asilo en el que se celebra el baile. Su relaci¨®n es ambigua: fluct¨²a entre el lesbianismo y la senilidad. En el fondo son dos v¨ªctimas m¨¢s de la imposibilidad de comunicaci¨®n que sirve de columna vertebral a la pel¨ªcula.
Car¨ªcies, una historia coral con Laura Conejero, Sergi L¨®pez, Jordi Dauder, Rosa Maria Sard¨¢, Agust¨ªn Gonz¨¢lez y David Selvas entre los protagonistas, est¨¢ estructurada como una sucesi¨®n de di¨¢logos que van encadenando a los personajes. Todas las relaciones tienen en la frustraci¨®n su denominador com¨²n. "He planteado la pel¨ªcula como un juego sobre la ciudad, es la locura de una c¨¢mara que busca a la gente, busca ser testimonio de una caricia", explica Pons.
Discontinuidad
Narrativamente, la pel¨ªcula es discontinua: se van produciendo saltos hacia adelante y hacia atr¨¢s, " porque no tiene ninguna importancia cu¨¢ndo sucede cada cosa", aclara el director, muy ilusionado porque la pel¨ªcula contar¨¢ con un toque musical de lujo: Maria del Mar Bonet y Llu¨ªs Llach.
Ventura Pons ha querido que todo el rodaje fuera de noche "por aquello de la magia, es cuando suceden cosas m¨¢s interesantes", asegura. La veintena de figurantes, todos de la tercera edad, que mueven sus pies a ritmo del tres por cuatro del vals, no parece acusar las molestias del horario de la jornada, que concluir¨¢ a las siete de la ma?ana.
Serrano y Salvador, la mujer mayor y la mujer vieja, llegan entretanto al momento clave de su actuaci¨®n: un apasionado beso,, aunque de apariencia casto, que todos, figurantes y equipo t¨¦cnico, viven en respetuoso silencio. Tras el beso, cuya primera toma provoc¨® la carcajada de las dos actrices, se prepara una nueva escena. "Yo ten¨ªa muchas ganas de trabajar con Ventura", explica Montserrat Salvador. Julieta Serrano, por su parte, se sinti¨® atra¨ªda de inmediato por su personaje, "una mujer desvalida y necesitada de amor, un tanto irresponsable". Ambas actrices son conscientes d¨¦ que la historia es muy dura: ning¨²n personaje es capaz de ser feliz. Pero eso no las asusta. "La vida tambi¨¦n es dura", asegura Salvador.
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