Piedras y barro
La arquitectura popular es el gran tesoro de la Ramada 'sierra pobre' rica tambi¨¦n en paisajes y soledades
Hay a quienes no les gusta eso de sierra pobre. Lo juzgan peyorativo. A nosotros, empero, nos suena tan ricamente, casi como decir patatas a lo pobre en ayunas. Hay los que prefieren llamarle Sierra Norte, pero estos cursis parecen ignorar que no existe sierra alguna en el sur de Madrid. Adem¨¢s, hablar de la sierra pobre es constatar un hecho: la. diferencia palmaria que siempre hubo entre el Guadarrama, lugar tradicional de veraneo y segunda residencia de la plutocracia -Madrile?a, y, el macizo de Ayll¨®n, cuyos pueblos no han conocido hasta hace poco otro turismo que el de los vaqueros sendereando sus hatos hacia los pastos de verano. A esta porci¨®n de monta?as, que para comodidad del lector diremos que se extiende desde la carretera de Burgos, por el Oeste, hasta la raya de Guadalajara, por el Este, hace justicia el nombre de sierra pobre. Y si a alguien sigue sin petarle, qu¨¦dese con la novena acepci¨®n que de pobre da la Academia: "Pac¨ªfico, quieto y de buen genio e intenci¨®n".Prueba de la humildad (o si lo prefieren, quietud) de esta sierra es que sus municipios poseen a¨²n varios r¨¦cords estad¨ªsticos de ¨®rdago a la chica: aqu¨ª se hallan los dos m¨¢s exiguos de la regi¨®n (Madarcos y La Hiruela, con unas treinta almas cada cual), el menos densamente poblado (?un habitante por kil¨®metro cuadrado! en Puebla de la Sierra, frente a los 6.000 de la capital) y casi todos los de menor renta per c¨¢pita. Ello, unido a una pir¨¢mide de poblaci¨®n tan invertida que semeja una peonza a punto de desplomarse, es s¨ªntoma inequ¨ªvoco de un dram¨¢tico ¨¦xodo rural.
Fuerza ha sido que los j¨®venes acabaran abandonando estas asperezas, estas vacas magras y de poca teta, estos caminos de cabras, estas inclementes soledades... Que vayan a pregunt¨¢rselo, sin ir m¨¢s lejos, al pastor que en julio pasado le parti¨® un rayo en La Hiruela, pastor que para m¨¢s inri era un temporero magreb¨ª. Aunque, para nublados, los cerebros de la Administraci¨®n central que durante d¨¦cadas sacrificaron cualquier plan de desarrollo de esta serran¨ªa a la construcci¨®n de desaforadas presas en la cuenca baja del Lozoya para aplacar la sed de la insaciable capital. Se anegaron las tierras m¨¢s f¨¦rtiles de los fondos de los valles; se trocaron pastizales por pinares de repoblaci¨®n para evitar la erosi¨®n y el aterramiento de los pantanos; se cerraron las puertas a la industria por temor a los vertidos..., y as¨ª es como la sierra pobre qued¨® estancada y sin medranza: como esas aguas puras y mansas que, siendo todo un capital, no han rentado un ochavo a la comarca.
A la vera de uno de estos embalses, el de Puentes Viejas, se explayan los predios de Paredes de Buitrago. Paredes se titula ha. aldea, porque paredes les llamaban por aqu¨ª a los viejos apriscos de ganado, obrados ¨¦stos con lajas superpuestas de micaesquisto, roca pizarrosa cuyas part¨ªculas de mica relucen. como el oro en estas pobrezas. De esta espl¨¦ndida, aunque modesta roca (nada que ver con el severo, granito del opulento Guadarrama), es la iglesia del lugar -g¨®tica, muy reformada, con restos mud¨¦jares y a?osa pila de. cristianar vasallos-; de esta roca son muchas casas, levantadas a base de mampuestos trabados con barro, y tambi¨¦n los vallados, algunos de los cu¨¢les gastan lastras como menhires a guisa de postes.
De esta roca, molida y refulgente como polvo de estrellas, es la arena del camino que hoy hollaremos, tomando en la parte alta del pueblo -donde anta?o se hallaban las eras- el que deja las ¨²ltimas casas a mano izquierda, para avanzar hacia el Norte entre cercas y prader¨ªos con vistas a la sierra de la Puebla. A poco de rebasar una cancela, toparemos con un robledal, cuya linde habremos de rodear por la derecha siguiendo una ca?ada que va a desembocar en la carretera a tiro de piedra de Pr¨¢dena del Rinc¨®n: otro rinc¨®n de la sierra pobre donde la arquitectura popular a¨²n alienta como un destello de mica en las honduras perpetuas del remansado Lozoya.
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