Joseph Kennedy se retira para evitar el primer rev¨¦s del clan en Massachusetts
La presi¨®n del escrutinio p¨²blico ha obligado a Joseph Kennedy II a abandonar su candidatura para el Gobierno del Estado de Massachusetts. As¨ª lo anunci¨® el jueves en Boston el congresista dem¨®crata, atajando lo que seguramente hubiera sido la primera derrota electoral desde la posguerra de un miembro del clan Kennedy en ese Estado. Denunciado por su ex esposa por haberla forzado a divorciarse y salpicado por los l¨ªos amorosos de su hermano Michael con una canguro, Kennedy declar¨® que no ser¨ªa justo para el electorado que la campa?a se centrara en su vida privada.
El puesto de gobernador en Massachusetts iba a someterse a las urnas el a?o pr¨®ximo. La noticia, hace pocas semanas, de que el republicano William Weld abandonaba ese cargo para concentrarse en su elecci¨®n como embajador de EE UU en M¨¦xico, fue una buena se?al para Kennedy, hijo mayor del senador Robert Kennedy, asesinado en 1968. Pero no tanto como para compensar el deterioro que su imagen viene sufriendo desde abril.Entonces, su ex esposa Sheila Rauch Kennedy public¨® el libro Fe destrozada: la lucha de una mujer para detener a la Iglesia cat¨®lica, en el que explicaba que el congresista la forz¨® a solicitar la anulaci¨®n religiosa de su matrimonio. A finales de ese mes, Joseph Kennedy, de 44 a?os, realiz¨® el extra?o gesto de pedir disculpas p¨²blicamente por las "equivocaciones" que cometi¨® durante ese matrimonio.
Pero al d¨ªa siguiente de esa comparecencia, el diario The Boston Globe desvel¨® que su hermano, Michael (que no ejerce ning¨²n cargo pol¨ªtico), separado de su mujer, hab¨ªa tenido una relaci¨®n amorosa con la canguro que cuidaba a sus hijos. La joven ten¨ªa 14 a?os al comienzo de la relaci¨®n, y hasta la fecha no ha querido presentar ninguna acusaci¨®n formal.
Una vez m¨¢s, Joseph Kennedy opt¨® por coger al toro por los cuernos y referirse p¨²blicamente a los escarceos de su hermano, por los que volvi¨® a pedir disculpas, nada menos que durante la convenci¨®n dem¨®crata de Massachusetts.
En la conferencia de prensa que convoc¨® el jueves, y a la que asisti¨® con su segunda esposa Beth, Joseph Kennedy se mostr¨® confiado e incluso de buen humor. Explic¨® que no pod¨ªa aspirar al Gobierno del Estado porque la carrera electoral no se centrar¨ªa en temas pol¨ªticos o sociales, sino en "cuestiones familiares y personales". "No es justo para mi familia", a?adi¨®, "no ser¨ªa justo para el pueblo de Massachusetts y no es el camino correcto a seguir".
Preguntado acerca de lo que m¨¢s hab¨ªa perjudicado a su candidatura, Kennedy contest¨®: "No s¨¦, ha habido tantas cosas que es dif¨ªcil identificar una sola". Tan mala publicidad hab¨ªa adquirido adem¨¢s un tinte ins¨®lito a comienzos de este mes cuando, por primera vez, otro miembro del clan critic¨® la imagen que estaba dando de la familia.
Fue John Kennedy Jr., hijo del m¨ªtico presidente del mismo nombre asesinado en 1963 y el primo de Joseph y Michael, quien desde las p¨¢ginas de su revista pol¨ªtica George les rega?¨® sin miramientos y les acus¨® de ser "modelos de mal comportamiento". "?Desde cu¨¢ndo alguien necesita pedir perd¨®n por televisi¨®n por haberse divorciado?", se preguntaba John John en George, a?adiendo luego que "quiz¨¢ se lo merec¨ªan. Quiz¨¢ se lo deber¨ªan haber pensado mejor".
Gesto acertado
La retirada de Joseph Kennedy se interpreta como un gesto pol¨ªtico acertado: es preferible seguir volando a baja altura, asegurarse la reelecci¨®n en la C¨¢mara de Representantes de EE UU y dejar las aspiraciones de gobernador para un futuro m¨¢s apacible. Los Kennedy han ganado las 18 elecciones a las que se han presentado por Massachusetts (la cuna del clan) en los ¨²ltimos 50 a?os, y romper el r¨¦cord habr¨ªa sido un desastre.
En un editorial publicado ayer, el diario The Boston Globe respetaba la decisi¨®n y aplaud¨ªa a Kennedy por haber sido "constante en cuestiones y batallas como las de los pobres, los que no tienen hogar, los ni?os marginados y otros ahogados en la actual ola de prosperidad... Ahora est¨¢ en manos de otros hablar de trabajo, educaci¨®n y salud p¨²blica. Si no lo hacen, el Estado habr¨¢ perdido mucho m¨¢s que un candidato", afirm¨® el rotativo.
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