El enemigo principal
La Sala Segunda del Supremo rechaz¨® anteayer el recurso de s¨²plica del PP contra un auto dictado por ese mismo tribunal el pasado mes de julio; la resoluci¨®n impugnada exclu¨ªa de la lista de imputados en el caso Filesa a diez personas (entre otras Guillermo Galeote, ex responsable de finanzas del PSOE) acusadas por los populares de haber participado en las operaciones de financiaci¨®n irregular de los socialistas investigad¨¢s en el sumarlo. El tr¨¢mite de s¨²plica no habr¨ªa tenido mayor importancia de no ser porque los recurrentes esgrimieron el aventurado argumento de que la decisi¨®n del Supremo descansaba sobre la falsificaci¨®n de la cita de una sentencia del Constitucional.Al denegar el recurso, la Sala Segunda afirma rotundamente que su anterior auto "no ha tergiversado, no ha manipulado, ni ha distorsionado" resoluci¨®n alguna del Constitucional. Si bien la cita en cuesti¨®n no qued¨® transcrita fielmente por culpa de un corrimiento de su entrecomillado (una lamentable negligencia del ponente Jos¨¦ Augusto de Vega), el' breve inciso se limitaba a ilustrar los fundamentos jur¨ªdicos del auto y no resultaba incongruente con el motivo gen¨¦rico aducido para rechazar el escrito de acusaci¨®n del PP: la indefensi¨®n de los justiciables no puede ser achacada al tribunal cuando es causada por la pasividad, el desinter¨¦s, la negligencia, el error t¨¦cnico o la impericia de sus defensores. En cualquier caso, las razones de que la pol¨¦mica en torno a la cita del Constitucional incorrectamente transcrita desbordara los espacios de la cr¨®nica ordinaria de tribunales y pasara a ocupar las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos no fueron jur¨ªdicas sino pol¨ªticas. As¨ª lo prueban tanto el papel desempe?ado por el partido del Gobierno en la presentaci¨®n y tramitaci¨®n del recurso de s¨²plica como las acusaciones lanzadas por el secretario general del PCE contra Jos¨¦ Augusto de Vega (tachado de "presunto delincuente") y sus compa?eros de Sala (motejados de "corruptos").Todo empez¨® con el escandaloso despliegue realizado a mediados de agosto por el diario- El Mundo en torno a ese incidente procesal menor, transformado artificiosamente en un esc¨¢ndalo pol¨ªtico de altos vuelos; los objetivos ¨²ltimos de la manipulaci¨®n informativa permiten adivinar la larga mano de Mario Conde, en libertad bajo fianza a la espera de que la Sala Segunda del Supremo resuelva el recurso de casaci¨®n -con el magistrado Jos¨¦ Augusto de Vega como ponente- interpuesto contra la sentencia de la Audiencia Nacional que le conden¨® a seis a?os de prisi¨®n en el caso Argent¨ªa Trust. Pero si el diario El Mundo, utilizado en 1995 por el ex banquero para chantajear a las instituciones del Estado mediante la controlada filtraci¨®n de los papeles del Cesid, sirvi¨® de fulminante para el castillo de fuegos artificiales veraniego de la supuesta cita tergiversada, la pirotecnia posterior corri¨® a cargo de Anguita, colocado siempre en el lugar y el momento oportunos para cumplir las tareas serviles que el Gobierno del PP y su ¨®rgano period¨ªstico le encomiendan.
No s¨®lo el Supremo pinch¨® anteayer el globo de la sentencia del Constitucional imaginariamente manipulada en beneficio de los socialistas; adem¨¢s, la Comisi¨®n Permanente del Consejo General del Poder Judicial dictamin¨® ayer que las acusaciones de Anguita contra la Sala Segunda constituyen imputaciones desmesuradas, "exceden con mucho los l¨ªmites admisibles de la cr¨ªtica" e implican "un grave da?o para la credibilidad" de los tribunales. El monumental embarque de que ha sido objeto el secretario general del PCE a manos de sus aliados y mentores no le producir¨¢, sin embargo, mayores disgustos: su simulado martirio como nuevo San Sebasti¨¢n asaetado por las flechas corporativistas del Poder Judicial cuadra con la airada gesticulaci¨®n antisistema que suele utilizar Anguita para ocultar su connivencia de fondo con el Gobierno en el prop¨®sito com¨²n de transformar al PSOE en su enemigo principal.
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