Buenas noticias y propaganda pol¨ªtica
LOS DATOS de paro registrado de agosto confirman la tendencia conocida de meses anteriores: una persistente -aunque lenta- disminuci¨®n del n¨²mero de parados inscritos en el Inem. El mes pasado el n¨²mero de desempleados se redujo en 20.226 personas y -como se ha encargado el presidente de Gobierno de repetir hasta la saciedad, y ayer hasta tres responsables del PP en el mismo telediario de TVE- el paro registrado afecta ya a menos de dos millones de personas, una cifra que no se alcanzaba desde el a?o 1981. El crecimiento de las contrataciones confirma la buena noticia de que el paro, el principal problema econ¨®mico del pa¨ªs, sigue una tendencia descendente, coherente con un periodo de bonanza econ¨®mica y en el mes por excelencia del verano, cuando, por razones estacionales, tienden a aumentar los empleos en el sector servicios.El descenso del paro en agosto, y por sexto mes consecutivo, puede y debe ser analizado con satisfacci¨®n, pero en ning¨²n caso ser el pretexto para exacerbar un clima de triunfalismo. Un an¨¢lisis comparativo del paro demuestra que la reducci¨®n registrada durante agosto es inferior a la contabilizada en agosto de 1996, 1994 o 1993, por. mencionar tres a?os pr¨®ximos. Aunque la euforia es cuestionable, el Gobierno ha ca¨ªdo abiertamente en la tentaci¨®n propagand¨ªstica -tan querida por este Ejecutivo en ¨¦ste y en otros asuntos muy delicados- de utilizar pol¨ªticamente unas cifras moderadas, sin entrar en el fondo de la cuesti¨®n.
El n¨²mero de contrataciones mantiene una l¨ªnea ascendente que justifican cierto optimismo, siempre y cuando se tenga en cuenta al mismo tiempo que la generaci¨®n de empleo es muy dependiente de factores estacionales. Aunque la ocupaci¨®n en agosto es un registro r¨¦cord en la serie hist¨®rica del empleo -casi 700.000 ocupados, el 14% m¨¢s que en agosto del a?o pasado-, todav¨ªa es insuficiente para reducir el volumen de paro. Las mismas cautelas deben aplicarse para analizar el crecimiento de las contrataciones indefinidas. Los contratos fijos est¨¢n aumentando a un ritmo de casi el 8%, cuando antes de la firma de la reforma laboral lo hac¨ªan al 3%. Pero debe tenerse en cuenta que todav¨ªa est¨¢ por debajo de las expectativas generadas por la liberalizaci¨®n del mercado de trabajo.
Si la euforia est¨¢ fuera de lugar, m¨¢s lo est¨¢ el truco subliminal de comparar la tasa de paro espa?ola a la europea por el procedimiento de comparar medidas heterog¨¦neas del desempleo. Por m¨¢s que este Gobierno privilegie las cifras del Inem, el paro real en Espa?a se aproxima m¨¢s a las ofrecidas por la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) -que contabiliza 3,364 millones de parados y una tasa de desempleo del 20,914%,- que a las cifras del Inem. Se distorsiona la realidad cuando se esgrime el paro registrado (12,38% en agosto) como prueba de que el nivel de desempleo se aproxima a la media europea, ligeramente superior al 11%; porque la tasa homog¨¦nea con las estad¨ªsticas comunitarias es la del desempleo seg¨²n la EPA. La comparaci¨®n correcta ser¨ªa la del 21% frente al 11%; es decir, seguimos 10 puntos por encima de la media europea.
La tarea de reducir el paro y acrecentar la ocupaci¨®n no se compadece con las prisas y con las trompetas de la propaganda. El ciclo econ¨®mico favorable, la mejora de las expectativas empresariales y, en parte, la reforma laboral permiten asegurar que el paro seguir¨¢ descendiendo lentamente en Espa?a mientras se mantengan las expectativas de beneficios. En este esquema, las reformas en el mercado laboral deben servir para que la ocupaci¨®n crezca a mayor ritmo que la poblaci¨®n activa y se pueda recortar el elevado paro estructural. Ser¨ªa un enga?o transmitir a la opini¨®n p¨²blica la idea de que existe una receta milagrosa contra el paro y que, adem¨¢s, ya est¨¢ surtiendo efecto. El error se pagar¨ªa muy caro cuando el ciclo econ¨®mico cambie y quienes venden hoy el ung¨¹ento milagroso se vean obligados ma?ana a explicar el crecimiento del desempleo.
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