El historiador John Elliott certifica el final del hispanismo angloamericano

Espa?a ya no es un caso excepcional. La historia de nuestro pa¨ªs ya no es, como se explicaba hace 50 a?os en la Universidad de Cambridge, un nuevo mundo hist¨®rico listo para ser descubierto. Sir John Elliott, presidente del comit¨¦ cient¨ªfico organizador de la primera Conferencia Internacional Hacia un Nuevo Humanismo, que ayer se inaugur¨® en C¨®rdoba con la reina Sof¨ªa como espectadora, declar¨® que este congreso podr¨ªa pasar a la historia como el que marc¨® el final del hispanismo angloamericano. "El futuro", dijo Elliott, "est¨¢ en manos de los historiadores espa?oles".

La milenaria ciudad cordobesa ser¨¢ escenario hasta el pr¨®ximo s¨¢bado, en su palacio de congresos, de los debates entre 30 hispanistas (estadounidenses, ingleses, irlandeses y canadienses) y 24 historiadores y especialistas espa?oles.Estaba previsto que la primera sesi¨®n, dedicada al porqu¨¦ del hispanismo, fuera un homenaje a los profesores extranjeros que han dedicado su vida a bucear con rigor en nuestro pasado. "Los viejos hablar¨¢n de ellos mismos y los j¨®venes hablaremos de los viejos", aseguraba bromeando uno de los ponentes minutos antes del inicio. Pero los hispanistas se encargaron personalmente de dar un vuelco a estos planteamientos. John Elliott y los norteamericanos Jonathan Brown y Richard Kagan destacaron los cambios enormes que se han producido en la historiograf¨ªa espa?ola". "Las investigaciones realizadas por la ¨²ltima generaci¨®n de historiadores espa?oles han influido en los hispanistas", reconoc¨ªa Kagan, profesor de historia espa?ola en The Johns Hopkins University.

Espa?oles y extranjeros parecen caminar por la misma senda. El trato cordial y el respeto mutuo por el trabajo realizado presiden esta conferencia convocada por la Universidad de C¨®rdoba y patrocinada por Caja Sur. El acad¨¦mico Francisco Rico, que ejerci¨® como presidente en la primera sesi¨®n, bas¨® su discurso en la misma idea. "El hispanismo en el sentido m¨¢s lato no ocupa ya la posici¨®n de vanguardia y a la vez de baluarte que anta?o ten¨ªa, porque ni existen terrenos vedados a los estudiosos espa?oles ni los hispanistas extranjeros vienen a abrir los caminos y a colmar las lagunas que las insuficiencias cient¨ªficas o econ¨®micas no permit¨ªan antes llenar con la cantera propia de investigadores: los hispanistas est¨¢n en igualdad de medios, m¨¦todos y posibilidades con los espa?oles".

Equilibrio de prestigio

A los hispanistas que comparten con los estudiosos espa?oles la cofrad¨ªa de la disciplina corresponde, a juicio de Rico, un papel "esencialmente regulador que compense con el equilibrio del prestigio y el apoyo cient¨ªfico las situaciones de desigualdad que los localismos, el esp¨ªritu de cuerpo y los patronazgos tienden a introducir en el mundo acad¨¦mico espa?ol.

Todos los participantes constataron la satisfacci¨®n y el aliento que representaba para su trabajo la presencia de la Reina quien, tras inaugurar brevemente la conferencia tom¨® asiento entre el p¨²blico para asistir a los debates junto a las 200 personas, en su mayor¨ªa profesores de las distintas universidades espa?olas, que se han inscrito.

"La vocaci¨®n de hispanista tiene muchas recompensas pero tambi¨¦n comporta ciertos aislamientos y Espa?a sigue siendo poco conocida y mal entendida por nuestros compatriotas", asegur¨® Elliott. El autor de La Espa?a Imperial, que titul¨® su ponencia La trayectoria de un hispanista, asegur¨® que el Conde Duque de Olivares le permiti¨® adentrarse en un periodo que no hab¨ªa sido estudiado por los historiadores brit¨¢nicos. En nuestro pa¨ªs descubri¨® un mundo nuevo, pero con el tiempo se dio cuenta de que "la pereza, el desempleo y la corrupci¨®n no eran fruto de un marco nacional. El car¨¢cter excepcional de la historia, representado en aquellos carteles tur¨ªsticos que anunciaban en' tiempos del general Franco que Espa?a era diferente, se hab¨ªa exagerado. "Hab¨ªa que repensar la relaci¨®n entre la historia de Espa?a y la de Europa".

El regius profesor de Oxford agradeci¨® las ense?anzas recibidas de los historiadores espa?oles Antonio Dom¨ªnguez Ortiz -"socav¨® con nuevos conocimientos las generalizaciones"- y Vicens Vives "-me ense?¨® que no hab¨ªa que dar nada por sentado de antemano y que la historia de Catalu?a hab¨ªa que replante¨¢rsela".

Jonathan Brown, que ha dedicado sus investigaciones a la Espa?a de los siglos XVI y XVII, propuso tambi¨¦n nuevas v¨ªas para el estudio del arte espa?ol. "No nos restrinjamos a una sola metodolog¨ªa. Hay que mantener vivo el di¨¢logo entre los investigadores, entre el pasado y el presente y entre el investigador y el p¨²blico".

Jos¨¦ Manuel Bernardo Ares, catedr¨¢tico de Historia Moderna de la Universidad de C¨®rdoba y director de estas jornadas, se mostraba euf¨®rico al finalizar la primera jornada. El catedr¨¢tico de Historia resaltaba especialmente la importancia de este congreso por la trascendencia que tienen las ciencias sociales y la historia en el sentido de que contribuir¨¢n a que el futuro sea m¨¢s humano.