La Catalu?a descolgada del milen¨ªo
Hab¨ªa morbo por saber si Albert Boadella, m¨¢s all¨¢ del ataque a la esquizofre?ia catalana con La incre?ble hist¨°ria del Dr. Floit & Mr. Pla, superar¨ªa el despliegue de fuegos de artificio de Josep Maria Flotats. Hubo bofetadas para conseguir una invitaci¨®n y malabarismos de protocolo en el teatro emblem¨¢tico de la catalanidad conservadora, y muchos figurones de la pol¨ªtica en las mejores filas de platea. Una expectaci¨®n inusual predispuesta a la provocaci¨®n. Pero no pas¨® nada. Boadella se comport¨® como un se?or y el estreno pas¨® como una tranquila velada teatral.Tranquila, porque realmente el personaje desdoblado que proponen Els Joglars, dif¨ªcilmente puede inquietar a nadie m¨¢s que a almas recalcitrantes y sirve apenas para enterrar algunos fantasmas. La vieja Catalu?a nacionalista, con ep¨ªgonos de quita y pon, es pasada por el cedazo de una iron¨ªa escasamente cruel y la figura de Josep Pla sale airosa de su encuentro con los escenarios. S¨ª es cierto que La incre?ble hist¨°ria... pone en la picota los t¨®picos del nacionalismo, pero son los t¨®picos m¨¢s cutres y kitsch del repertorio (botiguer, barretina, Montserrat).
La incre?ble hist¨°ria del Dr
Floit & Mr. PlaDe Els Joglars. Direcci¨®n y dramaturgia: Albert Boadella. Int¨¦rpretes: Jes¨²s Agelet, Xavier Boada, Jordi Costa, Ramon Fontser¨¦, Minnie Marx, Dolors Tuileu, Kevi Vil¨¤. Escenograf¨ªa: A. Boadella y Dino Ib¨¢?ez. Vestuario: Mariel Soria. Iluminaci¨®n: Jordi Planas y Llu¨ªs Quintan. Teatro Romea. Barcelona, 18 de septiembre.
La incre?ble hist¨°ria del Dr. Floit & Mr. Pla cuenta los ¨²ltimos momentos de la vida de Ramon Marull i Tic¨®, ro?oso botiguer-empresario que ha, hecho fortuna rociando el mundo con la loci¨®n Floit. Decr¨¦pito, en moderna silla de ruedas con motot el¨¦ctrico que le permite seguir su fren¨¦tica, actividad empresarial, casado con, una suiza y fervoroso adorador de la Moreneta, Marull i Tic¨® sufre un grave trastorno que le hace asumir la personalidad del odiado Josep Pla cada vez que esnifa la loci¨®n. El conflicto surge de su voluntad testamentaria de legar ¨ªntegra su fortuna a la abad¨ªa de Montserrat, donde construir¨¢ su mausoleo posmoderno, y del enga?o con que su esposa anula el, testamento. Concebida as¨ª, la obra consiente toda clase de jugarretas par¨®dicas en un retrato c¨®mico, aunque realista, del entorno social catal¨¢n. La comedia funciona bien mientras en escena est¨¢ presente Marull i Tic¨®. Pero cuando surge Josep, Pla, la pieza se remansa, surge el universo planiano como trasfondo moral y con una voluntad biogr¨¢fica que rompe el ritmo y el tono. A Boadella le gusta demasiado Pla, lo respeta demasiado para convertirlo en personaje c¨®mico, y ni siquiera, en motor de comicidad.
Otra cosa es excepcional talento de Els Joglars para resolver esc¨¦nicamente y sacar punta a las bromas m¨¢s inocentes. Y el talento para ridiculizar a personajes reconocibles de la actualidad, como Ricardito Bofill o Flotats. Y, sobre todo, el enorme talento de Ramon Fontser¨¦ (Marull-Pla), que vuelve a mostrar aqu¨ª su enorme potencia interpretativa.
Siendo un montaje inteligente y de buena factura, se sale, sin embargo, con la sensaci¨®n de que Boadella se ha mordido la lengua, de que, mirando hacia el pasado, poco hacia el presente, casi nada al futuro, le ha quitado la espoleta a su imagen de Catalu?a.
Babelia
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