Nervios y resignaci¨®n

Los nervios, en septiembre, se diluyen en un mar de resignaci¨®n. Ayer comenzaron los ex¨¢menes de selectividad para los 9.662 alumnos que fracasaron en la prueba selectiva de junio. Y la tensi¨®n, ante la perspectiva de tres d¨ªas frente a los folios en sesi¨®n matinal y vespertina, era s¨®lo relativa: hay poco que perder en la afrenta, pero el bot¨ªn tampoco resulta suculento. S¨®lo queda hueco en las facultades de filolog¨ªa (en hisp¨¢nicas e inglesa, ni eso), filosof¨ªa y, lo m¨¢s cotizado, casi 200 plazas de derecho en la Ram¨®n Carande de Vic¨¢lvaro.Durante la primera jornada de lucha ante el papel en blanco, el men¨² lo compon¨ªan materias obligatorias (matem¨¢ticas, qu¨ªmica o literatura; f¨ªsica, biolog¨ªa o historia) y dos asignatutas comunes de sabor cl¨¢sico en estas batallas: lengua extranjera y filosof¨ªa. Por las aulas pulularon discursos de lord Salisbury, informes del XIX sobre las manufacturas laneras de Inglaterra, la composici¨®n del nucle¨®tido del ADN, las celdas electrol¨ªticas, el realismo fant¨¢stico del Macondo de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, los romances gitanos de Garc¨ªa Lorca, Pedro P¨¢ramo y unas matrices inversas de aspecto endiablado.

Pero, para enunciados curiosos, ¨¦ste de matem¨¢ticas II: "Un cin¨¦filo dispone de 2.000 pesetas a la semana para ir al cine. Las salas donde puede ver s¨®lo una pel¨ªcula cuestan 400 pesetas, mientras que las que ofrecen dos pel¨ªculas cuestan 300 pesetas". Soluci¨®n acient¨ªfica: acuda, se?or cin¨¦filo, a la segunda; es un chollo.