Empate injusto

El p¨²blico, soberano en la fiesta de los toros, decidi¨® un reparto equitativo de trofeos, pues no debi¨® parecerle cort¨¦s que alg¨²n torero se marchara de la plaza sin cortar orejas en la corrida con que C¨®rdoba conmemoraba el 50 aniversario de su torero, Manolete. Tres toreros, tres orejas. La corrida termin¨® en empate, pero el resultado fue injusto, porque la oreja que se gan¨® a pulso Chiquil¨ªn midi¨¦ndose con un encastado Cebada Gago no es cualitativamente comparable con lo que hicieron sus compa?eros de terna. Pero el p¨²blico es as¨ª de generoso y alegre.Chiquil¨ªn de los tres el que menos ha toreado esta temporada, cuaj¨® una importante faena a su primer enemigo, un toro de Cebada Gago con raza, que en el pit¨®n izquierdo ten¨ªa un cortijo. El torero de C¨®rdoba se percat¨® de la boyant¨ªa del toro cuando entraba por ese pit¨®n y le hizo casi toda la faena con la izquierda. Por el derecho no tragaba e incluso le dio un buen susto al torero al inicio de su trasteo. Si llega a matar a la primera; Chiquil¨ªn hubiese cortado con toda probabilidad las dos orejas, pero marr¨® el primer intento.

Otra oreja fue a parar a manos de Enrique Ponce. La consigui¨® con el victorino, un ejemplar noble que el p¨²blico pidi¨® su devoluci¨®n ante su sospechosa invalidez. El presidente acert¨® en no enviarlo al corral. Ponce estuvo all¨ª y se contagi¨® de esa presunta minusval¨ªa: cuando ca¨ªa el toro ca¨ªa el torero. Con su primero, Ponce estuvo por encima del animal que envi¨® Samuel Flores. Ten¨ªa un pit¨®n izquierdo potable, pero el diestro no consigui¨® aprovecharlo del toro.

El torrestrella corrido en tercer lugar tuvo un extra?o comportamiento durante la lidia. Al llegar al ¨²ltimo tercio tiraba cornadas y med¨ªa a El Cordob¨¦s en cada pase. El torero se desentendi¨® de ¨¦l, y como no hizo nada, el p¨²blico le oblig¨® a saludar desde el tercio. El que cerraba plaza era un ejemplar de casta borrega y singular nobleza que El Cordob¨¦s desafi¨® desarmado en el centro del ruedo. El toro se paraba a mitad del viaje. Tras el recurso del salto de la rana, El Cordob¨¦s gan¨® su oreja para que todo terminara en empate, pero empate injusto, que conste.