Lo malo es leer
El delito parece mal a primera vista, pero cuando uno profundiza en su funci¨®n social no tiene m¨¢s remedio que admitir que crea muchos puestos de trabajo, adem¨¢s de saciar la voracidad impositiva de las instituciones p¨²blicas. Un ejemplo: la gr¨²a municipal s¨®lo es capaz de rebajar sus precios a condici¨®n de capturar m¨¢s coches, porque el Ayuntamiento no puede prescindir de los ingresos que le proporcionan los delitos contra el c¨®digo de la circulaci¨®n. Todo un consuelo para el madrile?o incivil, tan injustamente maltratado en los discursos de las autoridades.-Oiga, que est¨¢ dejando el coche en doble fila.
?Y usted sabe cu¨¢ntas familias comen de autom¨®viles como el m¨ªo, imb¨¦cil? ?De qu¨¦ vivir¨ªan los guardias y los conductores de la gr¨²a si todos cumpli¨¦ramos las normas? ?Y de d¨®nde obtendr¨ªa el municipio los recursos para la construcci¨®n de aparcamientos p¨²blicos? Agradezca que hay sinverg¨¹enzas individualistas, como yo, de los que viven los honrados colectivistas, como usted.
-Los ciudadanos respetuosos con las leyes deber¨ªamos reflexionar sobre nuestra estrechez de miras y besar por donde pisan los canallas que abandonan su BMW en cualquier sitio para comprar tabaco, sobre todo para comprar tabaco, porque gracias a la multa y al c¨¢ncer de estos vecinos ejemplares se acometen obras de infraestructura y se paga la sanidad catalana. Cada vez que usted se fuma, un cigarrillo, se abre un ambulatorio en Barcelona. Y cuando la gr¨²a se lleva su Opel Corsa est¨¢ contribuyendo a la construcci¨®n de un aparcamiento d¨®nde permanecen al abrigo de la intemperie, y debidamente vigilados, los coches que se lleva la gr¨²a, no s¨¦ si me explico.
De manera que si usted es uno de esos rebeldes que deja el Golf encima de la acera por el que est¨¢ en contra del sistema y todo eso, deseng¨¢?ese. Ahora la rebeld¨ªa consiste en obrar bien. Si todos hici¨¦ramos lo que debemos, el paro se disparar¨ªa y la ense?anza o la sanidad se vendr¨ªan abajo, pi¨¦nselo.
0 sea, que fumar es malo para su salud, pero excelente para la de los que reciben las tasas de su bronquitis cr¨®nica. Y abandonar el Laguna en doble fila frente al Mallorca de Vel¨¢zquez, est¨¢ feo, desde luego, pero no tanto como para que no convenga hacerlo una o dos veces al mes si queremos que las cosas sigan como est¨¢n. Esto nos lleva a una contradicci¨®n que hay que tragarse, y es que el anarquismo pasa hoy por el cumplimiento estricto de la norma. Nada para combatir con eficacia este peligro como la doble moral: odiemos al delincuente, pero subvencion¨¦mosle bajo cuerda para que nos siga dando de comer. Eso lo hacen perfectamente los se?ores que ahora nos mandan porque ya sus abuelos, a quienes les daba horror el adulterio, ten¨ªan una mantenida en la calle de Alc¨¢ntara. Y defend¨ªan el ayuno, pero compraban la dispensa al Papa. Por eso se muestran tan ingeniosos a la hora de resolver la prostituci¨®n de la Casa de Campo: opera sobre ellos una tradici¨®n tan rancia como la de sus apellidos. Ahora reniegan de los ciudadanos que no cumplen el c¨®digo, pero van a compensar la bajada de bandera de la gr¨²a incrementando la productividad de los agentes.
Esto es lo que les digo yo a los j¨®venes cuando se dejan ser dichos, si se dice as¨ª: que elijan bien la forma de rebeli¨®n que menos convenga a la estructura, porque algunos creen que no hay nada como tomarse dos cervezas y romper tres marquesinas para cargarse el sistema Y no: el delincuente y el alcoh¨®lico pagan impuestos, tasas, aranceles, sin los que el orden establecido se desplomar¨ªa. Lo demoledor para la realidad no es atracar la Caja de Ahorros con la colilla de un Camel en la comisura, sino permanecer en casa leyendo a Sartre, o a Camus, que son compatibles, por mucho que digan.
Uno conoce a varios sujetos de esta clase y son peligros¨ªsimos, porque cuando van al Crisol de Juan Bravo para comprar m¨¢s libros de Sartre o de Camus tienen, encima, la mala leche de no dejar el coche en doble fila, o sea, que no le dan ni un duro de m¨¢s a Alvarez del Manzano. Y por lo general tampoco fuman, con lo que aminoran ¨¦l apoyo de Pujol a los presupuestos de Aznar. A ver si aprendemos.
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