Un d¨ªa triste para el libro y la cultura
Las 14 ediciones anteriores de la Feria Internacional del Libro empezaron y acabaron siempre con la misma pregunta de muchos editores: "?Para qu¨¦ nos sirve el Liber?". Los frecuentes cambios de fecha y de emplazamiento (Madrid-Barcelona) contribuyeron tambi¨¦n a la devaluaci¨®n del encuentro. El 15? sal¨®n, que se inaugur¨® ayer en la capital de Espa?a, mostr¨®, en cambio, un ambiente muy diferente, pues los editores lo han tomado como marco de sus reivindicaciones ante la anunciada liberalizaci¨®n del precio de los libros de texto. Los comentarios sobre la posible compra de un 60% de la prestigiosa firma argentina Sudamericana por Plaza & Jan¨¦s, del grupo Bertelsmann (no confirmada por la editorial) fueron pronto sustituidos por las apasionadas palabras de los editores. Estaban -est¨¢n- en pie de guerra y anunciaron bronca."Hoy es un d¨ªa triste para el libro y la cultura, a pesar de que Liber debiera ser ante todo la fiesta del libro y de la cultura". Las primeras palabras de Juan de Isasa, presidente de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, provocaron un silencio absoluto en el auditorio del recinto ferial Juan Carlos I. Luego estallaron los aplausos. Fue tambi¨¦n un d¨ªa triste para Fernando Rodr¨ªguez Lafuente, pues tuvo que tragarse el marr¨®n de contestar a las dur¨ªsimas palabras de De Isasa.
La decepci¨®n de los editores fue doble: primero por la ausencia de otros representantes del Gobierno. El a?o pasado, en Barcelona, lo abri¨® el vicepresidente primero, Francisco ?lvarez Cascos y asisti¨®, entre otros pol¨ªticos, el alcalde Pasqual Maragall. Y segundo, porque Rodr¨ªguez Lafuente, no respondi¨® abiertamente a las quejas del sector.
A la salida del auditorio el director general del Libro neg¨® que hubiera presentado su dimisi¨®n a la ministra de Educaci¨®n y Cultura y que ¨¦sta no se la hubiera aceptado. Rodr¨ªguez Lafuente prefiri¨® no hacer comentarios y cit¨® como "la v¨ªa m¨¢s razonable" para entenderse unas palabras de su discurso: "Entiendo la cultura como una suma de esfuerzos y no como una resta. Siempre he cre¨ªdo en el di¨¢logo". A la pregunta de si comprend¨ªa el enorme enfado de los editores, respondi¨®: "Me remito a mi intervenci¨®n".
El discurso del director general provoc¨® divisi¨®n de opiniones. Seg¨²n algunos de los presentes, Rodr¨ªguez Lafuente no hab¨ªa tenido m¨¢s remedio que salirse por la tangente. Seg¨²n otros, hab¨ªa perdido una ocasi¨®n hist¨®rica para defender el libro, "pasara lo que pasara".
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