Yo todav¨ªa tengo fe

Creer en el transporte p¨²blico y vivir hoy en d¨ªa en Madrid son dos cosas pr¨¢cticamente incompatibles.El transporte p¨²blico es la soluci¨®n a muchos de los problemas que padece Madrid, como elemento b¨¢sico de reducci¨®n de ruido, contaminaci¨®n y atascos. Pero s¨®lo creemos en ello los estrafalarios ecologistas. Creer que el transporte p¨²blico no es s¨®lo para los pobres ciudadanos que no pueden ir en coche, sino para gente que no quiere ir en ¨¦ste, parece una visi¨®n trasnochada.

Los usuarios tenemos derecho a no ir aplastados ni a recibir empujones, codazos o pisotones durante los trayectos en que usamos autob¨²s o metro. Exigirlo parece que es exigir m¨¢s de, lo razonable. Pedir que el transporte p¨²blico sea a la vez r¨¢pido y barato, que no est¨¦ subordinado ni a los coches ni a los taxis y que haga que en vez de perder tiempo lo ganemos, es algo tachado de ut¨®pico e irrealista.

Pedir que se ponga un aut¨¦ntico carril-bus, que se luche contra los coches en doble fila, contra las paradas ilegales que crean los taxistas en los carriles-bus, que se baje el precio de los billetes, que haya m¨¢s autobuses y vagones de metro y que se ampl¨ªen los horarios de servicio, es como hablar contra una pared. Yo todav¨ªa tengo fe en el transporte p¨²blico, pero creo que cada vez somos menos.-