Los primeros en la clase
Un colegio de M¨®stoles abrea las siete de la ma?ana para los escolares cuyos padres trabajan
Son los primeros en llegar a clase. Una quincena de escolares del centro p¨²blico Andr¨¦s Segovia, de M¨®stoles (196.500 habitantes), entra al colegio a las siete de la ma?ana para que sus padres puedan llegar a tiempo al trabajo. Este a?o, por primera vez en M¨®stoles, un colegio hace las veces de guarder¨ªa, una experiencia todav¨ªa in¨¦dita en otras localidades del sur como Fuenlabrada o Pinto.La iniciativa parti¨® de Conchi Garc¨ªa, presidenta de la APA del centro. El ayuntamiento se limita a aportar material (juguetes y unas tumbonas que a¨²n no han llegado) y la asociaci¨®n recluta el personal y cobra el servicio.
La necesidad "estaba cantada desde hace varios a?os", seg¨²n Conchi. Pero la falta de un espacio adecuado y la escasez de asesoramiento fueron retrasando el proyecto. Hasta este verano, cuando Garc¨ªa decidi¨® arriesgarse tras encontrar 15 padres dispuestos a dejar a sus hijos en el cole casi de madrugada.
El principal reclamo es el econ¨®mico. "Cuesta 6.000 pesetas mensuales. Si aqu¨ª superamos los 20 ni?os, el precio bajar¨¢ a 5.000, comenta la presidenta de la APA. La otra opci¨®n posible son las escuelas infantiles municipales, pero los chavales deben permanecer de manera obligatoria hasta despu¨¦s de comer.
.El martes por la ma?ana, el aula presentaba el siguiente panorama: una de las cuidadoras, Mercedes Redondo, de 25 a?os, arrullaba en sus brazos a Sheila, de tres, porque tenia un poco de tos. Al fondo de la sala de usos m¨²ltiples, Beatriz (seis a?os) y su hermano Rodrigo (cuatro) apuraban la media hora previa al desayuno durmiendo en colchonetas bajo una manta a rayas. Jos¨¦ Carlos (ocho a?os) prefer¨ªa jugar a las construcciones de madera con Safira (siete) y Sergio. (tres a?os).
En otros centros de Madrid en los que funciona este programa los ni?os practican actividades distintas antes de probar el primer bocado del d¨ªa, pero en el Andr¨¦s Segovia se decreta la anarqu¨ªa total de siete a ocho de la ma?ana. "Estuve estudiando el plan que la Federaci¨®n Giner de los R¨ªos lleva a cabo en colegios del sur de la capital, pero me parece peor para los ni?os tenerles haciendo plastilina, por ejem plo, si realmente les apetece seguir durmiendo", aclara Garc¨ªa. Despu¨¦s, de ocho a nueve, el desa yuno y el aseo.
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