Como recuperar archivos
La noticia de que el Ministerio de Cultura est¨¢ tratando de incorporar a los archivos p¨²blicos espa?oles aquellos, de car¨¢cter privado, que fueron propiedad de personajes del exilio espa?ol a Am¨¦rica no merece otra cosa que elogios. En gran parte sigue siendo cierta aquella frase de Ram¨®n P¨¦rez de Ayala de acuerdo con la cual lo caracter¨ªstico de la vida espa?ola es, precisamente, que se desenvuelve en el secreto. Todav¨ªa lo era m¨¢s en los a?os de la dictadura de Franco por. razones bien obvias, pero incluso en tiempos no muy lejanos parte del archivo Narv¨¢ez ha sido comprado en Chile adonde hab¨ªa ido a parar tras curiosas vicisitudes, muchas de ellas al margen de la legalidad. Imag¨ªnese, por ejemplo, lo interesante que puede llegar a ser un archivo de Indalecio Prieto que, sin duda, existi¨® en alg¨²n momento pero del que hoy no se sabe nada. O el de Negr¨ªn, del que se sabe mucho pero permanece inaccesible a los historiadores.Recientemente han existido varias iniciativas tendentes a salvar esta proporci¨®n de nuestro patrimonio. A veces ha sido el propio Estado quien, mediante compra o donaci¨®n, se ha hecho cargo de esos fondos. As¨ª, por ejemplo, han llegado a estar a disposici¨®n de los historiadores en el Archivo Hist¨®rico Nacional los papeles de Araquistain, el general Rojo o Mart¨ªnez Barrio. Tambi¨¦n los partidos de izquierda han incorporado a los fondos existentes en sus fundaciones respectivas no s¨®lo la documentaci¨®n oficial del partido o el sindicato, sino los papeles privados de muchos de sus dirigentes. Merece la pena alabar la pol¨ªtica que ha venido siendo seguida por el PSOE y la UGT. En cambio, los papeles de los dirigentes pol¨ªticos de la derecha y el centro antifranquista est¨¢n peor conservados siendo una excepci¨®n de los Gim¨¦nez Fern¨¢ndez en la hemeroteca de Sevilla. Una importante iniciativa privada fue la recuperaci¨®n para los investigadores del Archivo de la Rep¨²blica en el exilio lograda por la Fundaci¨®n Universitaria Espa?ola (Madrid). All¨ª, adem¨¢s, conviven estos fondos con los de persona tan relevante en la causa mon¨¢rquica como fue Pedro Sainz Rodr¨ªguez, quien desempe?¨® un papel importante en esa recuperaci¨®n.
Y es en este punto donde la iniciativa de Cultura plantea interrogantes. Hace meses la Junta Superior de Archivos contribuy¨® a solucionar los conflictos existentes con los papeles de Aza?a y con el Archivo de la Guerra Civil en Salamanca. Desde entonces no se ha reunido y nadie sabe por d¨®nde van los prop¨®sitos ministeriales de crear un nuevo y mejor dotado archivo sobre el periodo 1936-1939 en la ciudad castellana. Hay que adelantar que si el ministerio pretende agrupar all¨ª lo que recupere procedente del exilio, cometer¨¢ un error porque no va a conseguir otra cosa que dispersar documentaci¨®n. Hay indicios de que por ah¨ª van las cosas: ha aparecido publicado que a Salamanca ir¨¢n a parar los papeles de Ridruejo y de Jos¨¦ Mario Armero. Eso no tiene sentido, como no sea el de hacer un gui?o al alcalde de Salamanca. Cabe, entonces, preguntarse ?por qu¨¦ las autoridades ministeriales no preguntan antes de, una vez m¨¢s, meterse en un embrollo por motivos de pol¨ªtica min¨²scula?.
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