La patronal italiana se levanta contra el recorte de la jornada laboral
El eje del acuerdo Olivo-Refundaci¨®n Comunista, la ley para la reducci¨®n de la jornada laboral a 35 horas semanales, ha destapado la caja de los truenos en la patronal italiana. Los dirigentes de la Confindustria, que ayer, tuvieron reuni¨®n de urgencia en Mil¨¢n, criticaron duramente la decisi¨®n del Ejecutivo de imponer por ley la reducci¨®n del horario laboral. Pero los empresarios optaron por posponer cualquier medida de represalia en espera de reunirse con el primer ministro, Romano Prodi, y con los sindicatos.
El descontento de la patronal -que ha calculado ya en 30 billones de liras (unos 2,5 billones de pesetas) los costes de una legislaci¨®n que no ser¨¢ realidad hasta junio del a?o pr¨®ximo, y no entrar¨¢ en vigor hasta el mismo mes del 2001- corre paralelo al de los sindicatos. S¨®lo el l¨ªder del filocomunista Cgil, Sergio Cofferati, consider¨® aceptable el contenido del acuerdo Gobierno-Refundaci¨®n Comunista. Sus otros dos compa?eros, Sergio D'Antoni de la Cisl y sobre todo Pietro Larizza de la Uil, consideran muy desacertada la ley de las 35 horas. "Primero hay que centrarse en la creaci¨®n (le puestos de trabajo; luego, en recortar el horario", declar¨® Larizza.En un intento de capear el temporal, Romano Prodi, volvi¨® a manifestar ayer en su intervenci¨®n en la C¨¢mara de Diputados que el Gobierno no pretende "descabalgar a las fuerzas sociales ni regular las relaciones industriales por ley". Prodi, que recibi¨® el respaldo de la C¨¢mara para regresar al palacio Chigi, la sede del Gobierno italiano, por 319 votos frente a 285, hubo de defenderse de las cr¨ªticas de la oposici¨®n, de que tras el pacto con el PRC, su Gobierno ha girado a la izquierda.
De hecho, a la moci¨®n de confianza planteada por el primer ministro le faltaron los votos de los dos diputados que optaron por abstenerse, descontentos con la f¨®rmula escogida por el Olivo para resolver la crisis de Gobierno. Renovaci¨®n Italiana, el partido de Lamberto Dini, tampoco ocult¨® su incomodidad ante la nueva situaci¨®n. El ministro de Exteriores ha prometido observar con atenci¨®n la marcha del Ejecutivo para ver si se producen deslizamientos a la izquierda y se manifest¨® bastante cr¨ªtico con la ley. A su juicio, es necesaria una buena discusi¨®n "y que las cosas se hagan con sentido y con raz¨®n". "Algo", a?adi¨®, "de lo que los italianos somos capaces a veces".
Cuatro millones y medio
La ley afectar¨ªa, en todo caso, a una parte menor de la poblaci¨®n laboral italiana. Seg¨²n c¨¢lculos del diario La Repubblica, de los 20 millones de trabajadores italianos, s¨®lo 4'5 est¨¢n dentro del objetivo de la ley. Seis millones son trabajadores aut¨®nomos, cuatro millones desempe?an su labor en empresas de menos de 15 empleados, y otros cuatro millones son funcionarios, que est¨¢n excluidos de la regulaci¨®n. De los seis millones restantes, y habida cuenta de que en varios sectores productivos, como el textil y el autom¨®vil, se trabaja ya en torno a las 36 horas semanales, seis d¨ªas a la semana, hay que descontar casi un mill¨®n y medio de personas.Pese a ello, la medida comporta "demasiados riesgos", en opini¨®n de Cesare Romiti, presidente de la Fiat, que se ha sumado a las cr¨ªticas de la Confindustria. El presidente de la patronal, Giorgio Fossa, reclam¨® ayer la ayuda de los sindicatos para regresar a la pol¨ªtica de concertaci¨®n, "asesinada por el Gobierno". La respuesta de las tres grandes centrales fue muy positiva. Cofferati confirm¨® la "absoluta disponibilidad" de los sindicatos para reunirse cuanto antes con la patronal.
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