Una inmigrante de 16 a?os, obligada a alternar semidesnuda en un club
La conoc¨ªan como Daniela y noche tras noche mostraba sus pechos a los clientes del c¨¦ntrico pub Papill¨®n. Era inmigrante, menor de edad y, siempre seg¨²n la polic¨ªa, alternaba bajo la amenaza de ser entregada a dos proxenetas que la obligar¨ªan a prostituirse en la calle. Su pesadilla, iniciada en Colombia con la falsa promesa de un trabajo en Espa?a, acab¨® la noche del pasado s¨¢bado cuando dos agentes de Centro acudieron al citado pub. La visita no era casual. Poco antes, una llamada an¨®nima al 091 hab¨ªa alertado de que una muchacha colombiana era obligada a alternar con los clientes.Al entrar en el club, los polic¨ªas pudieron ver c¨®mo Damela, de 16 a?os, andaba con los pechos al aire. A preguntas de los agentes, la muchacha cont¨® que se encontraba all¨ª en contra de su voluntad y que dos personas, Mar¨ªa J. G., quien tambi¨¦n trabajaba en el pub, y el supuesto relaciones p¨²blicas del club, Francisco H. D., la estaban coaccionando.
El propietario del establecimiento declar¨®, siempre seg¨²n la versi¨®n de la polic¨ªa, que estas dos personas hab¨ªan tra¨ªdo a Daniela y le hab¨ªan asegurado que ten¨ªa 19 a?os, extremo que corrobor¨® la propia v¨ªctima. El hombre qued¨® en libertad. Francisco y Mar¨ªa pasaron a los calabozos.
Ya libre de presiones, la muchacha relat¨® c¨®mo hab¨ªa llegado all¨ª. La adolescente viv¨ªa en Armenia (Colombia) con sus padres. ?stos, acuciados por las deudas, conocieron en agosto pasado a unas personas que les propusieron que dejaran viajar a su hija hasta Espa?a, donde le conseguir¨ªan trabajo en una cafeter¨ªa. Los visitantes aseguraron que se encargar¨ªan de gestionar todos los tr¨¢mites y que le facilitar¨ªan el dinero para el viaje. Aceptada la id¨ªlica propuesta, la joven recibi¨® en casa un pasaporte, un billete de avi¨®n con destino a Madrid para el 1 de octubre, 712 d¨®lares y 200.000 pesos colombianos. En Barajas, la recogi¨® Francisco H. D., quien, en la misma terminal, le retir¨® los d¨®lares (los pesos se los hab¨ªa gastado en el viaje de Armenia a Cali). Al d¨ªa siguiente, le quitaron el pasaporte. La muchacha fue trasladada a la vivienda de Francisco H. D., junto a otras tres compatriotas; entre ellas, Mar¨ªa J. G.
El peaje de una promesa
El 3 de octubre, tras entrevistarse con el due?o del Papill¨®n, conoci¨® su verdadero cometido. La polic¨ªa lo cuenta as¨ª: "Su tarea era alternar con los clientes, vestida s¨®lo con ropa interior. Ten¨ªa derecho a 10.000 pesetas diarias y el 50% de las consumiciones. Ahora bien, Francisco le hab¨ªa anunciado que de ese dinero deb¨ªa entregarle todos los d¨ªas 15.000 pesetas para pagar el alojamiento y el coste del pasaje". A los dos d¨ªas, la muchacha le dijo a Francisco que quer¨ªa volver a Colombia. El hombre le contest¨® que eso le costar¨ªa tres millones y medio de pesos (unas 450.000 pesetas). Ni ella ni sus padres dispon¨ªan de ese dinero.El domingo 5 de octubre, sola en el piso, la chica hizo su maleta y busc¨® refugio en la vivienda de una pareja a la que hab¨ªa contado su situaci¨®n. Francisco, sin embargo, la localiz¨® y, seg¨²n la polic¨ªa, la oblig¨® a regresar al club. All¨ª, su viaje por la infamia culmin¨® en la oscuridad del, reservado al que una noche tuvo que entrar con un cliente y otra compa?era. S¨®lo la intervenci¨®n de ¨¦sta la libr¨® de mantener relaciones sexuales.
Tras este relato, la muchacha expres¨® a la polic¨ªa su deseo de regresar a casa. Entretanto, ha quedado alojada en un centro de acogida de la Comunidad.
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