Desorden africano

LA "SOLUCI?N africana para los problemas africanos" era un principio pol¨ªtico que parec¨ªa razonable ante la ingobernabilidad de las diversas crisis que han venido castigando a ese continente. Sin embargo, las intervenciones de importantes pa¨ªses de la zona en los asuntos internos de sus vecinos le han dado la vuelta a su significado original. El ¨²ltimo episodio ha sido el apoyo abierto prestado por Angola -con aviones, carros de combate y soldados- al antiguo dictador Sassu Nguesso para hacerse con el poder en Congo-Brazzaville.La lucha por el poder en Congo, en parte derivada de la guerra civil en el antiguo Zaire que llev¨® refugiados y armas hacia Brazzaville, empez¨® en junio pasado cuando tropas gubernamentales intentaron arrestar a milicias de Sassu Nguesso, con el que se deb¨ªa enfrentar el presidente legal, Pascal Lisuba, en las elecciones previstas entonces para un mes y medio despu¨¦s. El proceso electoral se frustr¨® y en su lugar, una vez -m¨¢s, han hablado las armas. Sassu Nguesso parece haber logrado una victoria clara tras controlar Brazzaville y la vital zona petrolera de Pointe Noire.

Sassu Nguesso, no habr¨ªa logrado su objetivo sin el pleno apoyo de Angola. Luanda se est¨¢ erigiendo en gendarme regional para imponer a sus candidatos en los pa¨ªses vecinos. Lo hizo con Laurent Kabila en el antiguo Zaire, donde la dictadura de Mobutu dej¨® paso a un nuevo r¨¦gimen dictatorial. Lo ha hecho estos d¨ªas en Congo-Brazzaville. Angola defiende ante todo sus propios intereses, comenzando por el enclave de Cabinda, que se encuentra entre los dos Congos bajo soberan¨ªa angole?a y que constituye el pulm¨®n petrolero para la econom¨ªa de aquel pa¨ªs.

Este tipo de intervenci¨®n abierta, disimulada bajo excusas diversas, no favorece la estabilidad, los procesos democr¨¢ticos y pluralistas o el progreso econ¨®mico y social de los pa¨ªses de la zona. Aunque la victoria de Sassu Nguesso compute en el haber de los intereses petroleros franceses en Congo-Brazzaville frente a los estadounidenses, las m¨²ltiples crisis centroafricanas reflejan la p¨¦rdida de peso de Par¨ªs en la regi¨®n, donde Estados Unidos se abre paso. Francia critic¨® ayer las "intervenciones extranjeras". La de Angola en Congo contraviene claramente las reglas de la ONU y de la OUA (Organizaci¨®n para la Unidad Africana). No es ¨¦sta la forma de crear un nuevo orden en ?frica, sino de garantizar la perpetuaci¨®n o el agravamiento del desorden.