El inevitable y apetecible uso de prism¨¢ticos
No deja de ser curioso el oscilante, af¨¢n de ignorar la realidad gallega. Recuerden, por ejemplo, el caso que de ella hizo la extinta UCD y el batacazo electoral con el que, se inici¨® en estos pagos el comienzo de su fin. En aquellos d¨ªas, Fraga argumentaba que ¨¦l era un gallego como cualquiera de los otros, daba los primeros pasos en la reconstrucci¨®n de lo que hoy es el flamante partido en el Gobierno, algo que se inici¨® aqu¨ª, de eso no duden, y se echaba a andar definitivamente. Desde entonces, todos hemos recorrido sinuosas subidas y bajadas, amplias curvas de autov¨ªas bien peraltadas, pero lluviosas, y realizado retorcidos cambios de sentido muy propios de las corredoiras que a¨²n subsisten, acompa?ando, siempre en ascenso, la voluntad galleguista y nacionalista del pa¨ªs, que aqu¨ª diferenciamos muy bien, aunque en ocasiones pudiese no parecerlo.En esta oportunidad electoral soplan vientos de atenci¨®n, y as¨ª se nos anuncian, durante todos estos d¨ªas del Se?or y de las elecciones, las apariciones fulgurantes de los pol¨ªticos m¨¢s brillantes y los m¨¢s iluminadores intelectuales; tan grande se supone nuestra noche. Sin embargo, est¨¢ muy bien que aqu¨ª acudan preocupados. Aqu¨ª se cuece algo, y el guiso es observable con prism¨¢ticos, puestos del derecho o del rev¨¦s, seg¨²n se escoja.
La izquierda espa?ola inici¨® en Galicia el enjuague de la coalici¨®n electoral, llevando a verdes y rojos de ganchete con las gentes rosas, y todo es expectaci¨®n suma y algo atribulada. Se supone que todo va a ir muy bien y que el experimento podr¨¢ ir a mayores, es decir, que podr¨¢ ser exportado, para su correcta aplicaci¨®n, al resto del conjunto. Sin embargo, por aqu¨ª hay quien se teme que todo se limite a una reproducci¨®n m¨¢s del temido juego de "la izquierda mata a la izquierda" y el inicio de la escisi¨®n del PSOE; algo sobre lo que los lectores estar¨¢n, sin duda, mucho mejor informados que este cronista de provincias.
La verdad es que aqu¨ª se est¨¢ jugando mucho. La izquierda estatal se juega su continuidad como oposici¨®n organizada y aspirante seria a volver a desempe?ar tareas, de gobierno, a la vez que el juicio de la historia. La derecha estatal busca en el envite el refrendo de su pol¨ªtica y su asentamiento en el poder durante un tiempo por el que nadie hubiese apostado hace a?o y medio, mientras que las fuerzas nacionalistas y galleguistas lo hacen por su ubicacion, o su reubicaci¨®n definitiva en el espacio, seg¨²n sean los casos y las circunstancias que devengan del proceso, electoral. Aqu¨¦llas, de la mano de Beiras y del BNG, aspirando a convertirse en la segunda fuerza parlamentaria, algo que empieza a parecer como mucho m¨¢s que posible seg¨²n los d¨ªas avanzan, y ¨¦stas, de la mano de Fraga y de Cui?a, pretendiendo casar sus aspiraciones galleguistas con las de Fraga, galleguista sin dejar de ser espa?ol, y las de.otros de sus seguidores, mucho m¨¢s adictos a un nacionalismo espa?ol que a uno gallego.
As¨ª las cosas, las variables que se ofrecen en principio son dos, y extremadamente simples; a saber: una, que Fraga renueve mayona; dos, que la pierda y, entonces, BNG y PSOE firmen un pacto que les. permita gobernar en coalici¨®n, lo que aterroriza a no pocos de los propios seguidores de uno y otro y hace innecesario advertir lo que pueda pensar al respecto el resto de la sociedad: los que fueron ¨¦mulos de HB, gobernando en la autonom¨ªa de ganchete con los jacobinos esenciales, los mismos que pusieron las piedras sobre las que Arzalluz caminar¨ªa para acabar reconociendo que Aznar hab¨ªa hecho m¨¢s por Euskadi en un a?o que otros en veinte.
La opini¨®n m¨¢s com¨²n es la de que, de manera afortunada, y si bien de forma exigua, Fraga va a renovar su mayor¨ªa. Si esta oportunidad electoral ha de quedar as¨ª sentenciada, lo que quedar¨¢ por esperar ser¨¢, echando mano de los prism¨¢ticos en aras de un mayor entretenimiento, el momento sucesorio y los debates internos que, sin duda, se han de producir en el PP, gracias a esa dial¨¦ctica que permite que se enfrenten en su seno las fuerzas m¨¢s centr¨ªpetas y las moderadamente centr¨ªfugas.
Hay que reconocer que es mucho aventutar el hacerlo por adelantado, m¨¢s cuando la atenci¨®n est¨¢ centrada en el actual proceso electoral y a¨²n se ignoran los resultados, pero es de advertir, ya desde ahora, que es m¨¢s que posible que un BNG a¨²n m¨¢s moderado y una fracci¨®n o un total de un PP m¨¢s galleguizado llegasen a un acuerdo el d¨ªa de ma?ana, cuando se produzca la ausencia electoral de Fraga y el PP no tenga mayor¨ªa.
Realmente, es mucho lo que se juega en estas elecciones, de cara a las siguientes, pero ya se sabe lo dados que somos algunos de nosotros, los gallegos, a poner el carro antes que los bueyes. Cosas del car¨¢cter, sin duda alguna; pero qu¨¦ le quieren, por avisar que no quede. Miren si se juegan cosas en estas elecciones.
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