La obsesion por el tama?o bancario
RAFAEL TERMESEl autor sostiene que no existen razones econ¨®micas para realizar fusiones bancarias, y critica las injerencias pol¨ªticas en unas decisiones que deben tomar las entidades
Leyendo los peri¨®dicos de los ¨²ltimos d¨ªas, tropiezo con titulares de este estilo: Gobierno y Banco de Espa?a creen que la banca espa?ola necesita mayor tama?o. El vicepresidente cree que los bancos espa?oles tienen que alcanzar un tama?o que les d¨¦ capacidad de competencia mundial. El subgobernador del Banco de Espa?a estima que el sector est¨¢ poco concentrado.Es una salmodia que ya sacudi¨® nuestros o¨ªdos en alguna fase del Gobierno socialista. Lo que no deja de sorprenderme es que los populares, reci¨¦n llegados al poder, repitan la misma cantinela. Aunque ahora lo hagan, seg¨²n dicen, ante la perspectiva de la inminente llegada de la uni¨®n monetaria.
Mi opini¨®n en esta materia, invariablemente mantenida y publicada por lo menos desde 1966, es bien conocida. Cualquiera puede f¨¢cilmente hallarla, junto a su fundamentaci¨®n, en los libros que tengo editados para recoger mis anteriores y dispersos trabajos. En 1980, cuando la costumbre era publicar rankings basados s¨®lo en el tama?o, yo escrib¨ªa que "ninguna clasificaci¨®n descansando en las cifras de balance tiene verdadero significado para evaluar y comparar los bancos. Bas¨¢ndome en cu¨¢l es el objetivo de toda empresa mercantil, entiendo que prestar¨¢n un buen servicio a las instituciones financieras, y al pa¨ªs en general, todos los esfuerzos encaminados a analizar y comparar las cuentas de resultados de los bancos, al lado o independientemente de las consideraciones de tama?o".
En 1991, la prestigiosa revista brit¨¢nica Euromoney cambiaba de criterio y dejaba de publicar el listado de los mayores bancos del mundo para publicar el orden de los mejores, porque, dec¨ªa, "en banca, el tama?o ha dejado de ser relevante".
A la vista de este nuevo listado, en el que, seg¨²n Euromoney, el mejor banco del mundo era el m¨¢s peque?o de los 100 bancos considerados, yo escrib¨ªa que "la pr¨¦dica sobre el tama?o, de nuevo emprendida por alguna de las m¨¢s altas autoridades econ¨®micas espa?olas, carece de fundamento no s¨®lo te¨®rico, sino tambi¨¦n emp¨ªrico. Ignoro las razones pol¨ªticas que puedan aconsejar que el Gobierno recomiende la fusi¨®n. a los bancos espa?oles. Lo que si s¨¦ es que razones econ¨®mico-financieras no las hay, o que, en cualquier caso, debe dejarse tranquilos a los bancos para que, si las hubiere, sean ellos quienes las descubran". Mi opini¨®n no ha cambiado, y esto es lo mismo que escribir¨ªa hoy ante el nuevo embate gubernamental. Y, desde luego, tambi¨¦n en relaci¨®n con las cajas que est¨¢n sufriendo, cada d¨ªa m¨¢s, una fuerte injerencia pol¨ªtica en su gesti¨®n. Lo de Castilla y Le¨®n, restableciendo los coeficientes de inversi¨®n obligatoria, clama al cielo. Si los pol¨ªticos que hoy est¨¢n en el Gobierno quieren comportarse como partidarios de la econom¨ªa de mercado, que dejen a las empresas para que. puedan tomar, sin presiones ni recomendaciones, las decisiones que estimen m¨¢s convenientes para ellas y sus accionistas.
Lo curioso es que una de las razones para mantenerme en mi opini¨®n la hallo en el detalle de las declaraciones del subgobernador del Banco de Espa?a, entidad por la que siempre he sentido gran respeto y que, estoy convencido, no se mueve por razones pol¨ªticas, sino t¨¦cnicas. Seg¨²n la prensa, el subgobernador, en la misma ocasi¨®n que dio pie a los titulares a que me estoy refiriendo, "llam¨® la atenci¨®n por el elevado peso de los costes de explotaci¨®n con respecto al margen de intermediaci¨®n", es decir, sobre la poca eficiencia de bancos y cajas; lo cual es cierto, aunque la mejor manera de medir la eficiencia en banca, como en cualquier empresa, es estableciendo la relaci¨®n entre costes y productos totales, lo cual, en el caso de los bancos, obliga a a?adir al margen de intermediaci¨®n los productos de servicios, que, en la actual situaci¨®n, constituyen una importante alternativa de ingresos para compensar la ca¨ªda del margen de intermediaci¨®n.
Pero si es verdad que bancos y cajas deben mejorar su eficiencia operativa, no lo es, a mi juicio, que el camino sea el de aumentar el tama?o. La doctrina acad¨¦mica y la observaci¨®n emp¨ªrica est¨¢n de acuerdo en que, en banca, las pretendidas econom¨ªas de escala se agotan a partir de un tama?o relativamente modesto, para convertirse en deseconom¨ªas al aumentar la talla." Lo cual explica que, por ejemplo, en el ¨²ltimo listado de los 300 mayores bancos publicado por la agencia brit¨¢nica IBCA, los tres primeros bancos por tama?o ocupen los puestos 182, 204 y 259 por real rentabilidad, y los tres primeros bancos por rentabilidad ocupen los puestos 146, 165 y 246 por tama?o. Este an¨¢lisis, que puede extenderse a la totalidad del listado, confirma que los bancos m¨¢s peque?os, dentro de los grandes, son los m¨¢s rentables Para triunfar en un mercado m¨¢s competitivo, como sin duda lo ser¨¢ el de la UEM, no hay que ser m¨¢s grande, hay que ser m¨¢s eficiente; y la eficiencia no est¨¢ en relaci¨®n directa con la talla.
No parece tampoco muy afortunada la invitaci¨®n a la concentraci¨®n bancaria. Dice el subgobernador que el mayor banco espa?ol, si bien representa el 401/6 de nuestro PIB, se queda en el 2,2% del PIB comunitario, frente al 101/1o del PIB comunitario que ostenta el Deutsche Bank, que es el mayor banco europeo. Pues bien, si se sumaran los dos primeros bancos espa?oles no llegar¨ªamos m¨¢s que a la mitad del Deutsche Bank, es decir, a lo sumo, al 5% del PIB comunitario, a cambio de concentrar en una sola entidad el 80% del PIB espa?ol, lo cual significar¨ªa un nivel de concentraci¨®n oligop¨®lica que, si es cierto que podr¨ªa ser el resultado de una decisi¨®n de ambos bancos, no parece que sea la mejor sugerencia del banco de emisi¨®n, en orden al fomento de la competencia en beneficio de los usuarios de la banca.
Para acabar estas reflexiones me gustar¨ªa hacer un ejercicio de simulaci¨®n, aunque no muy alejado de la realidad. Imaginemos un banco que tenga una rentabilidad sobre activos igual a bastante m¨¢s del triple de la media de los cuatro mayores grupos bancarios espa?oles; que tenga una capitalizaci¨®n igual al doble de la media de los cuatro; que, a pesar de ello, su rentabilidad sobre recursos propios sea casi el doble de la media de los cuatro. Supongamos que la eficiencia de este banco, medida por la relaci¨®n entre gastos de explotaci¨®n y productos totales, sea un 60% superior a la eficiencia de los otros cuatro. En estas condiciones, el lector puede hacer el ejercicio de fusionar el banco en cuesti¨®n con cualquiera de los cuatro mayores grupos considerados y observar¨¢ que, en todas las hip¨®tesis, los ratios del banco presuntamente fusionado resultar¨ªan perjudicados, m¨¢s o menos seg¨²n la hip¨®tesis de fusi¨®n, pero siempre perjudicados.
En aras de unas pretendidas pero m¨¢s que discutibles ventajas ante la UEM, ?puede razonablemente aconsejarse a este banco que se fusione? Los analistas de inversiones, las agencias de rating y, sobre todo, los accionistas del banco ?aprobar¨ªan tal operaci¨®n? Pienso que este banco tiene todo el derecho a pensar, como recientemente dec¨ªa Tony Blair, que "no seremos los m¨¢s grandes, y probablemente tampoco los m¨¢s poderosos, pero podemos ser los mejores".
Afortunadamente, en el encuentro donde se dijeron las cosas que me he permitido criticar estaba presente un miembro de la Direcci¨®n General de Asuntos Econ¨®micos de la CE, bien conocido en esta plaza, quien puso los puntos sobre las ¨ªes afirmando que, ante los efectos de la implantaci¨®n del euro, los bancos que sobrevivir¨¢n not biggest but fittest"- ser¨¢n los que mejor se adapten a las circunstancias, no los m¨¢s grandes.
Hace a?os, el presidente de un banco espa?ol public¨® un art¨ªculo titulado Los banqueros espa?oles caminan hacia la 'reserva' que le cost¨® verse amenazado de exclusi¨®n de las invitaciones a las comidas oficiales. Espero que gracias a la libertad de expresi¨®n que, con el avance de la democracia, ha ido afirm¨¢ndose las opiniones expresadas en este art¨ªculo no hayan de ocasionar ning¨²n inconveniente al autor.
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