Una vida fuera de lo normal
Rafael S¨¢nchez L¨®pez, presidente de la Asociaci¨®n para la Lucha contra las Enfermedades Renales (Alcer), asegura que los trasplantados "siguen siendo enfermos renales, pero con una mejor calidad de vida". Mientras espera un ¨®rgano, un enfermo renal depende de la di¨¢lisis. Y las circunstancias a las que se enfrenta son como las describe Antonio Rodr¨ªguez, vicepresidente de Alcer: "Est¨¢s limitado en el movimiento por una m¨¢quina. Pero lo m¨¢s grave es el deterioro lento de todo el organismo. Vas perdiendo fuerza. La di¨¢lisis prolonga la vida del enfermo, pero no la hace indefinida".Algunos de los trastornos comunes en los pacientes en di¨¢lisis son calambres, bajadas de tensi¨®n y mareos. "Durante la espera vas acomodando tu vida a tus posibilidades. Te acostumbras a privarte de las bebidas y de algunos alimentos, no tienes la disponibilidad total de tu tiempo y de tu vida", explica Rodr¨ªguez.
La amistad entre los pacientes y familiares crece mientras dura la di¨¢lisis. "Con el m¨¦dico tambi¨¦n se establece una relaci¨®n especial, de atenci¨®n totalmente personalizada", asegura Rodr¨ªguez. Su recomendaci¨®n es no pensar m¨¢s en el trasplante una vez inscrito en la lista de espera. "M¨¢s vale no insistir en ello; si no, te obsesionas y lo pasas mal", argumenta.
Jos¨¦ Luis Arias, actualmente en lista de espera, no las tiene todas consigo: "Es una loter¨ªa". De momento contin¨²a con la di¨¢lisis: ''Lo que m¨¢s a?oro ahora es poder escaparme a la monta?a sin la m¨¢quina. Est¨¢s como preso en vida".
Otra d¨¦ sus quejas es la reducci¨®n en la actividad sexual que provoca la insuficiencia renal. "Algunos matrimonios j¨®venes se han separado por ello", comenta Rodr¨ªguez. Su experiencia como trasplantado desde hace un a?o es positiva. "Aunque no es un estado de completa salud", comenta, "vuelvo a tener plena disponibilidad de mi tiempo".
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