El Gobierno de Aznar no reconoce a Obiang ning¨²n compromiso sobre Moto

Espa?a no ha investigado el intento de golpe de Estado que perpetraron el l¨ªder opositor Severo Moto y dos espa?oles, entre otros, el pasado mayo contra el r¨¦gimen de, Teodoro Obiang. La raz¨®n estriba en que Guinea Ecuatorial no ha recabado por ninguna v¨ªa el auxilio judicial de las autoridades espa?olas. La ¨²nica v¨ªctima hasta ahora es el polic¨ªa, Manuel Hern¨¢ndez Berrocal, suspendido de empleo y sueldo por el expediente abierto en el cuerpo. Pero los tres gozan de total libertad de movimientos y ning¨²n juez ni agente ha recabado su versi¨®n, pese a que suman m¨¢s de 170 a?os de condena a partir del fallo dictado en Malabo.

La situaci¨®n es rocambolesca. Teodoro Obiang, presidente ecuatoguineano, declara en Bruselas que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, jefe del Gobierno espa?ol, tiene que cumplir los compromisos sobre el "delincuente" Severo Moto, l¨ªder opositor. No aclara cu¨¢les. El Ministerio de Asuntos Exteriores asegura desconocer a qu¨¦ compromiso se refiere, y que el ¨²nico pacto establecido por Aznar ante Obiang en una entrevista celebrada antes del verano fue que se informar¨ªa sobre tal intentona golpista para actuar en consecuencia.El pasado septiembre, Abel Matutes, ministro de Asuntos Exteriores, afirm¨® que no se planteaba la retirada del estatuto de refugiado de Moto. La Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica (OID) muestra un total hermetismo sobre la base de tal decisi¨®n, ya que no aclara de qu¨¦ informaci¨®n dispone, sobre. el intento de golpe de Estado ni facilita siquiera un interlocutor oficial para este asunto. Esta actitud arropa a Moto, que se permite el lujo de calificar de farsa la sentencia, aunque admita, entrel¨ªneas, su implicaci¨®n.

En Exteriores se manifiesta que la retirada de tal estatuto ser¨ªa compleja, ya que debe ser debatida en el seno de la comisi¨®n interministerial que regula tal materia, y requerir¨ªa un informe del Consejo de Estado y una audiencia del interesado. Por si fuera poco, Espa?a no tiene convenio de extradici¨®n con Guinea, por lo que, a¨²n sin estatuto de refugiado, la entrega de Moto no ser¨ªa autom¨¢tica, ni f¨¢cil.

Por todo ello, estos tres golpistas, enviados sin cargos a Canarias en avi¨®n Mystere del Gobierno de Angola -en cuyo territorio fueron detenidos, al tiempo que se les intervino un barco cargado de armas-, llevan una pl¨¢cida vida en Espa?a. Moto multiplica sus contactos para recomponer su maltrecha estrategia y econom¨ªa, mientras radicaliza su discurso al sentir el desamparo del Gobierno espa?ol. "Yo encuentro a los espa?oles un poco tarados. Naturalmente, desde la molicie y la lascivia de la democracia, claro que no se entiende que se tenga que quitar a un dictador. En Espa?a, para acabar con el dictador, aunque muriera en la cama, hubo muertos. ?Qu¨¦ pasa ahora, que cuando los guineanos dicen que quieren acabar con la dictadura, cog¨¦is el t¨¦rmino bonito de intentona golpista? Considero que me estoy moviendo en Espa?a entre gazmo?os y puritanos cuando hablan en p¨²blico, aunque en los despachos m¨¢s de uno dice que s¨®lo hay una salida [la fuerza]".

La tesis de que hubo aliento oficial espa?ol a su intentona golpista la deja caer m¨¢s de uno de sus partidarios. No aportan ninguna prueba. El Gobierno espa?ol y el PP lo niegan. Sin embargo, inc¨®gnitas no faltan. El colectivo golpista de Moto asegura que Angola les intervino abundante documentaci¨®n que no entreg¨® al tribunal ecuatoguineano ni, oficialmente, a las autoridades espa?oles. La sentencia ecuatoguineana condena a un espa?ol, Diego Mart¨ªnez Mellado, que los golpistas declaran inexistente, ya. que s¨®lo conocen a dos espa?oles implicados: Manuel Hern¨¢ndez Berrocal y Angel Garc¨ªa Gonz¨¢lez.

La polic¨ªa s¨®lo ha interrogado a Hern¨¢ndez Berrocal (condenado a 36 a?os), y por un asunto de r¨¦gimen interior, mientras que a¨²n no ha visitado a Garc¨ªa (penado con 36 a?os) ni a Moto (sancionado con 101 a?os). Culpan del fracaso de la expedici¨®n al patr¨®n del buque, que, por un impago, les delat¨® a las autoridades angole?as. La misi¨®n golpista preve¨ªa la incorporaci¨®n de medio centenar de mercenarios angole?os. Hubo financiaci¨®n no s¨®lo del italiano Eduardo Cataneo, sino, al menos, de tres empresarios espa?oles, seg¨²n personas pr¨®ximas a Moto.

Todos ellos aseguran que la sentencia es impresentable y que no tuvieron ocasi¨®n de defenderse. El Gobierno espa?ol, que dice no haber recibido el texto oficialmente, dio por buena la versi¨®n difundida del fallo, y . anunci¨® la posible retirada del estatuto de refugiado a Moto. Meses despu¨¦s no ha ocurrido nada. El Ejecutivo, que en la etapa socialista y a comienzos de esta legislatura financi¨® a Moto y su partido con fondos reservados sin mucho control sobre su destino, no ha tomado medidas cautelares sobre los golpistas.

Mientras, Moto se revoluciona. "Me consta", a?ade, "que la, plataforma de apoyo a la democratizaci¨®n de Guinea Ecuatorial le dijo al ministro de Exteriores: la burla que Obiang est¨¢ haciendo a la presi¨®n internacional no tiene m¨¢s que una salida: la ca?onera"."Es falso. Nunca se dijo eso", explica un miembro de esta comisi¨®n. "A partir de ah¨ª", contin¨²a Moto, "yo veo el mensaje de 'o lo aguant¨¢is el tiempo que haga falta u os tir¨¢is al monte".

Lecci¨®n monta?era. "Tirarse al monte significa lo que Obiang viene dici¨¦ndonos: yo no me muevo de aqu¨ª como no sea a bofet¨®n limpio, tal y como ech¨¦ a mi t¨ªo. Espa?a, la comunidad internacional, la propia oposici¨®n, o cualquiera que quiera entrar por otro camino, est¨¢ mintiendo. Hay una sola verdad. La de Obiang".

Califica Moto de "incidente barat¨ªsimo" la ¨²ltima intentona golpista, y pregunta: ?Usted no ha tenido nunca un error? A partir de ah¨ª, censura que se busque tanto detalle sobre su implicaci¨®n, -viajaba a bordo de un barco cargado de armas, seg¨²n la acusaci¨®n-, porque lo considera una mera "faceta" de una insurreci¨®n popular, "d¨¦bil, pobre en medios, pero real".

Moto resume as¨ª la posici¨®n espa?ola: "Antes de las elecciones presidenciales de 1995, de las que me retir¨¦ por estar ama?adas, el PP me dijo "si no gana la oposici¨®n, estaremos con quien est¨¦, y, claro, est¨¢n, est¨¢n con Obiang".