El templo de Van Morrison
Van Morrison subi¨® con prisas al escenario del WOMAD canario y desapareci¨® como una exhalaci¨®n pero los 80 minutos que dur¨® su actuaci¨®n permanecer¨¢n en la memoria de cuantos asistieron el s¨¢bado a la segunda velada de este festival de m¨²sica ¨¦tnica. Morrison, cuerpo peque?o y voz de gigante, sali¨® a la arena vestido con traje y sombrero blancos, a juego con su p¨¢lida piel y ocultando los ojos tras unas gafas de sol negras para entonar la canci¨®n Deys like this cuyo verso inicial podr¨ªa sonar a lema tur¨ªstico y que dice: "Cuando no est¨¦ siempre lloviendo habr¨¢ d¨ªas como ¨¦stos".A partir de esta canci¨®n tal vez program¨¢tica el cantante fue hilvanando un repertorio basado sobre todo en el material de sus ¨²ltimos discos aunque no faltaron grandes cl¨¢sicos como Cleaning windons, Vanlose stairway o Summertime in England. Estuvo arropado por un grupo de ocho m¨²sicos en el que brill¨® el saxo del veterano Richie Buckley y en el que Robin Aspland hizo lo posible para suplir la ausencia del teclista Georgie Fame que esa noche tocaba en Granada.
Los m¨²sicos aunaban esfuerzos con el ¨²nico fin de crear las condiciones para que su sensible jefe encontrara el duende que encanta a su obra. Sobraron algunos coros del un tanto amanerado corista Brian Kennedy que adem¨¢s ejerci¨® de animador haciendo que el maestro recibiera los aplausos cuando los necesitaba. Morrison, que cantar¨¢ en enero con Bob Dylan durante cinco noches en Nueva York, no necesit¨® el apoyo del Papa para convertir la playa del Ingl¨¦s en un templo, sobre todo con When God shines his light on me, una alabanza a Jesucristo que grab¨® junto al beato Cliff Richard pero que gusta tambi¨¦n a los ateos.
El mito cant¨® las ¨²ltimas notas de See me through ya huido del escenario, al que no volvi¨® pese a los fren¨¦ticos aplausos que no consiguieron arrancarlo un bis. Seg¨²n la organizaci¨®n, 80.000 espectadores se consolaron con un extraordinario concierto de la cubana Lucrecia, muy popular en las islas y que para muchos fue la aut¨¦ntica estrella de una noche en la que sobraron grupos de calidad.
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