Seis veteranos escritores llaman a un replanteamiento de la disidencia
La cuarta jornada de las sesiones Cultura y disidencia, que se celebran hasta el domingo en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, reuni¨® ayer a seis veteranos literatos y luchadores antifranquistas. Era el 20-N, y hubo lleno total, unas 400 personas y mucha menos nostalgia de lo previsible. Francisco Ayala, Carlos Casares, Leopoldo de Luis, Armando L¨®pez Salinas y Angel Lertxundi (junto al organizador Jos¨¦ Vidal-Beneyto) lanzaron un mensaje por la renovaci¨®n de la lucha, por un replanteamiento de la disensi¨®n art¨ªstica que ayuda a extender la confusi¨®n de este presente convulso y trivial y a afrontar "un futuro diverso e imprevisible", seg¨²n lo defini¨® Ayala.Qued¨® en el aire la sensaci¨®n de que faltan voces cr¨ªticas, de que ciertos clich¨¦s de la lucha predemocr¨¢tica no han sido todav¨ªa superados, y de que a la vez que la memoria debe ser reivindicada y reinventada, es necesario sobre todo seguir peleando.
"Los perdedores debemos superar la autocensura", dijo Vidal-Beneyto. "La literatura tiene que ser siempre disidente, sea desde la est¨¦tica para denunciar la vulgaridad o desde el compromiso para buscar un fin social", afirm¨® LeopoIdo de Luis. "Debemos adaptarnos a este tiempo de ajuste, vencer nuestra ingenuidad y no dejarnos devorar por el mercado, que siempre mira para otra parte", sostuvo L¨®pez Salinas. Carlos Casares tambi¨¦n apel¨® a la necesidad de un nuevo pensamiento cr¨ªtico que denuncie las perversiones del lenguaje de los discursos partidarios, "en este tiempo en que el poder de los medios obliga a los disidentes a pactar. Y cuanta m¨¢s sinton¨ªa m¨¢s claudicante es el pacto".
En cuanto al pasado, Ayala, el decano, lo resumi¨® as¨ª: "El pudor y el orgullo de no exhibir m¨¦ritos muertos y heridas, y la transici¨®n, han inducido al olvido, pero s¨®lo hemos fingido que olvid¨¢bamos. Yo, que pens¨¦ que me iba para siempre, fui tenaz y he durado mucho m¨¢s que ellos.
Fanny Rubio moder¨®; la viuda de Celaya, Amparitxu, escuch¨® con emoci¨®n, y otro gran disidente, que a¨²n lo es, Gonzalo Torrente Malvido, se?al¨® lo que el intelectual nunca debe olvidar: "El arte es siempre disidente porque indaga en el drama humano y ese drama casi siempre es culpa del poder". A lo que el escritor y dirigente socialista Joaqu¨ªn Leguina apostill¨®: "Y el poder siempre quiere borrar la historia, pero nosotros no olvidamos los cad¨¢veres exquisitos".
Por otra parte, Jose Luis Abell¨¢n coordin¨® en la jornada inicial la mesa redonda Pensamiento y ciencia.
Esta mesa pretend¨ªa aglutinar esas dos cosas aparentemente dispares en funci¨®n de la fuerte ideologizaci¨®n del r¨¦gimen franquista, "para el cual la ¨²nica filosof¨ªa oficial era la filosof¨ªa escol¨¢stica", seg¨²n Abell¨¢n. "Esa ideologizaci¨®n", dijo, "era tan fuerte que incluso pretender ense?ar l¨®gica matem¨¢tica, como le ocurri¨® a un compa?ero m¨ªo, Manuel Garrido, se consideraba intolerable".
Todo ello oblig¨® a cient¨ªficos y fil¨®sofos a la disidencia, en el intento de recuperar una cierta normalidad que fuese poniendo las bases de una futura recuperaci¨®n democr¨¢tica, lo cual se hizo desde distintos ¨¢ngulos. Algunos de los m¨¢s significativos estuvieron presentes en la primera jornada de debates: Antonio Colodr¨®n (psiquiatra), Carlos D¨ªaz (cristianismo progresista), El¨ªas D¨ªaz (socialdemocracia) Jos¨¦ Blas Vega (arquitectura), Francisco Fern¨¢ndez Buey (marxismo) y Ernesto Garc¨ªa Camarero (Historia de la Ciencia).
Babelia
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