Luces y sombra
La Uni¨®n Europea alumbra un esbozo de pol¨ªtica de empleo com¨²n
La rueda de prensa final del Consejo Europeo de Luxemburgo fue protagonizada por el presidente de la Comisi¨®n,Jacques Santer; el del Consejo Europeo, Jean-Claude Juncker, y su ministro de Exteriores, Jacques Poos. Los tres, ciudadanos de Luxemburgo. Los tres, orgullosos por haber patrocinado el parto de un verdadero esbozo de pol¨ªtica de empleo- comunitaria, pese a que su pa¨ªs es el que menor ¨ªndice de paro exhibe de la Uni¨®n Europea. Dirigentes de un pa¨ªs extremadamente desregulado, condujeron una cumbre que, tambi¨¦n por vez primera en muchos a?os, evit¨® condensar todas las recetas en la desregulaci¨®n. Santer cocin¨® la salsa con ideas y presi¨®n pol¨ªtica provenientes de la Francia reci¨¦n socialista, hijastras de su antecesor en Bruselas, Jacques Delors. Juncker fue "el director de orquesta", como destac¨® justamente Poos. Supo reencauzar la reticencia alemana y salv¨® la cumbre. Datos de su importancia pol¨ªtica: por vez primera en 68 ocasiones, un Consejo se dedica monogr¨¢ficamente a un tema; por vez, primera, anticipa la aplicaci¨®n. de un mecanismo incluido en un tratado, el de Anisterdam, a¨²n no ratificado.
La importancia de poner en marcha el m¨¦todo de vigilancia multilateral para vigilar el cumplimiento de los objetivos de empleo es doblemente crucial: equipara, aunque con m¨¢s suavidad, el objetivo-empleo al objetivo-moneda ¨²nica. Si, la uni¨®n monetaria se di seno con el informe Werner de 1970 y no lleg¨® a plasmarse hasta Maastricht, en 1991; la pol¨ªtica de empleo enhebrada por el Libro Blanco de Delors de 1993, aunque menos ambiciosa, va algo m¨¢s de prisa, siempre teniendo en cuenta la din¨¢m¨ªca comunitaria, algo tect¨®nica. Y, sobre todo, ensaya decisiones sobre objetivos, pol¨ªticas e instrumentos financieros a un incipientes, pero que en el futuro podr¨¢n ampliarse y decidirse por mayor¨ªa cualificada, sin vetos posibles.Junto al m¨¦todo, las pol¨ªticas activas para propiciar en cinco a?os la inserci¨®n/reinserci¨®n- laboral de j¨®venes y parados de larga duraci¨®n concentraron el contenido, vinculante y cuantificado de la cumbre. Eran la "prueba de credibilidad" del c¨®nclave.
Parad¨®jicamente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el representante del pa¨ªs con m¨¢s parados Espa?a dobla el promedio de la UE-, se descolg¨® de estas dos pol¨ªticas con una cl¨¢usula de exclusi¨®n, u opting-out para no cumplir los objetivos en los cinco a?os en que todos se le comprometieron a hacerlo. Algo similar a lo que hizo en Maastricht el brit¨¢nico John Major sobre la moneda ¨²nica. La diferencia es, que ¨¦ste defend¨ªa la competitividad de su econom¨ªa navegando en distinto ciclo, y no est¨¢ claro que quien agarra su antorcha favorezca con su decisi¨®n algo parecido en la econom¨ªa espa?ola. Aznar part¨ªa de argumentos s¨®lidos y. sensibles. En ausencia de financiaci¨®n comunitaria, estas pol¨ªticas costar¨ªan comparativamente mucho m¨¢s, a Espa?a que a otros pa¨ªses con menos parados y mayor despliegue de formaci¨®n y reciclaje profesional: en Dinamarca, los parados de larga duraci¨®n alcanzan la cifra de 14.000; en Espa?a, 1,4 millones. Pero el presidente espa?ol no ofreci¨® datos del superior coste; ni concret¨® en que ano podr¨ªa cumplir; ni exploro una reordenaci¨®n de partidas presupuestarias, como ha hecho Francia (en detrimento del gasto militar, apoyo de la inversi¨®n en empleo y respeto del rigor presupuestario), para obtener as¨ª atenuantes de calendario.
Prefiri¨® acogerse a una eximente total, con el coste de descr¨¦dito que supone todo opt-out, traje a medida o rancho aparte. Pero ?es que se ha evaluado en Espa?a la factura exacta? Especialmente, teniendo en cuenta que se repartir¨¢ en bastantes a?os, y en car¨¢cter tambi¨¦n decreciente, si se, cumple la promesa de crear un mill¨®n de empleos, reduci¨¦ndo la tasa de paro del 19% al 15% en el a?o 2000 y las optimistas previsiones de crecimiento econ¨®mico, descenso de la deuda y de los, tipos. Aznar part¨ªa, con razones, perdi¨® la oportunidad, de convencer a los parados espa?oles de que no: ser¨¢n de segunda divisi¨®n, y, de enviar un mensaje de esperanza avalado en la realizaci¨®n de los deberes: los c¨¢lculos de financiaci¨®n y el periodo en que lograr¨ªa el objetivo. Exactamente, el procedimiento que utilizan las familias cuando contratan una hipoteca para pagar su vivienda.
Esta gran sombra de Luxemburgo no se aclara con la escasa contribuci¨®n positiva espa?ola el elogio del di¨¢logo social y la especial atenci¨®n a los discapacitados, sino que se oscurece por el rechazo de la mayor¨ªa de sus enmiendas reticentes al proyecto.
Queda otra inc¨®gnita. Por vez primera, una cumbre consagra que la gran reforma financiera pendiente deber¨¢ reorientar los Fondos Estructurales (de los que Espa?a es principal beneficiaria) hacia el empleo, aunque sin perder su vocaci¨®n de reequilibrar las rentas regionales. El principio parece correcto, pero el Gobierno siempre se ha mesado los cabellos ante su anuncio. ?Hay ahora bastantes garant¨ªas de que en este viaje no se perder¨¢n demasiadas alfoas?
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