Guardiola mejora al Bar?a
Los azulgrana ganan al Newcastle en un partido sin calor humano ni color futbol¨ªstico
El marco no invitaba a una noche de f¨²tbol para nada. Llov¨ªa, no hab¨ªa ni un cuarto de entrada y en juego estaba el ¨²ltimo puesto del grupo y 100 millones de pesetas. La contienda se presentaba m¨¢s como una cuesti¨®n de honor y, en este contexto, el Barcelona fue m¨¢s equipo que el Newcastle.El grupo azulgrana recompens¨® a los asistentes al choque con un arranque ins¨®lito por lo fluido. Van Gaal plant¨® un equipo muy ortodoxo, con una l¨ªnea de cuatro atr¨¢s y dos pivotes en la medular, que comenz¨® la noche mandando con autoridad y tambi¨¦n comodidad. El equipo tuvo salida, l¨ªnea de pase y temporizador con el regreso de Guardiola, encontr¨® alivio ofensivo con la movilidad de Anderson y, adem¨¢s, Giovanni se movi¨® sibilinamente entrel¨ªneas, explotando los espacios que gener¨® la defensa en zona del Newcastle.
?nicamente el desacierto de Ciric, tanto en la culminaci¨®n de la jugada como en el sentido colectivo del f¨²tbol, dej¨® manco al colectivo azulgrana. El equipo se inclin¨® de forma descarada por el flanco izquierdo de Rivaldo. El brasile?o carg¨® con muchos balones y ayud¨® a abrir el campo para que maniobraran los volantes. Guardiola tom¨® la pelota, comenz¨® a tocar y a meter su pase en profundidad para las salidas de Anderson y Giovanni, y as¨ª lleg¨® un gol de toque, tan ordenado, aseado y pl¨¢stico como la puesta en escena barcelonista.
Frente a la racionalidad azulgrana, el Newcastle respondi¨® agarr¨¢ndose a la explosividad de Ketsbaia. El equipo ingl¨¦s cay¨® en el des¨¢nimo muy pronto. Las lesiones le dejaron muy debilitado y el gol le despersonaliz¨® todav¨ªa m¨¢s. S¨®lo cuando en el rostro de Guardiola se adivin¨® una mueca de dolor, justo cuando Hamilton le meti¨® la pierna en la cadera, apret¨® el acelerador el equipo de Dalglish. El Bar?ca se resguard¨® con esmero y aguard¨® a que volviera la luz.
La aportaci¨®n de Celades result¨® determinante en los momentos m¨¢s cargantes del juego azulgrana. El interior azulgrana auxili¨® tanto a Guardiola como a la segunda l¨ªnea de ataque y facilit¨® el juego combinativo en ataque y en defensa.
El Newcastle posibilit¨® el despliegue barcelonista. Los ingleses adelantaron la l¨ªnea de presi¨®n en el inicio del segundo tiempo y el equipo de Van Gaal se estir¨® con ganas en las contras. El partido entr¨® en una fase interesante y de debate. Los muchachos de Dalglish comenzaron a. tocar con paciencia en la divisoria en busca de un pase terminal, una mec¨¢nica de juego opuesta al concepto del f¨²tbol ingl¨¦s, por norma mucho m¨¢s directo. El Bar?a estuvo especialmente atento en el robo del bal¨®n. Le falt¨®, sin embargo, pegada. Ciric fue una calamidad y Anderson, un jugador de equipo y de gran din¨¢mica, no tiene percutor.
El brasile?o aguant¨® una hora sobre el campo en su regreso al equipo. La salida de Anderson propici¨® la entrada de Pizzi, un ariete que cuenta con la estima de la hinchada. Poco despu¨¦s se fue tambi¨¦n Guardiola, el otro jugador que reaparec¨ªa en el, Camp Nou, el medio centro que le dio otra pinta mucho m¨¢s futbol¨ªstica al equipo. Los cambios acabaron por fomentar el deca¨ªmiento del partido.
Uno y otro equipo se refugiaron en un f¨²tbol control muy ins¨ªpido. Privado de Gillespie y Asprilla, los dos jugadores que torturaron al Barcelona en el Saint James Park, el Newcastle no tuvo nunca mordiente. Fue un equipo impotente ante un Bar?a m¨¢s compacto que de costumbre. Los azulgrana se despidieron de la Liga de Campeones en el Camp Nou -le queda rendir visita al estadio del PSV Eindhoven- con un buen partido, a tenor del marco: no hab¨ªa ni calor humano ni color futbol¨ªstico. El encuentro ratifica, al fin y al cabo, que el Bar?a con o sin Guardiola tiene un rostro distinto. El medio centro llen¨® el campo.
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