La generaci¨®n del doble clic
Tecnhociencia desvela las dudas de unos universitarios marcados por el culto a la inform¨¢tica
El paso por el campus es una edad propicia para las incertidumbres. Lo saben -o lo intuyen- buena parte de los j¨®venes visitantes de Tecnhociencia, una carpa que se instala en la Ciudad Universitaria por und¨¦cimo a?o con un prop¨®sito nada evidente: establecer, como sugiere su nombre, la relaci¨®n entre tecnolog¨ªa, hombre y avances cient¨ªficos. El visitante tipo de estos 2.000 metros cuadrados no est¨¢ para muchas filosof¨ªas y s¨ª para otras cuestiones m¨¢s prosaicas. Al curioso universitario le preocupa su futuro laboral, que barrunta sombr¨ªo, y le fascina el mundo de la inform¨¢tica, con el que gusta de familiarizarse a golpe de doble clic, esa operaci¨®n de rat¨®n ergon¨®mico que abre cualquier universo cuantificable en megabytes.Tecnhociencia plantea cuestiones trascendentes, pero al estudiante medio le atraen otros aspectos m¨¢s tangibles. "La felicidad no est¨¢ en la ciencia, sino en la adquisici¨®n de la ciencia", proclama Allan Poe en un rinc¨®n, cerca de unos v¨ªdeos a los que nadie atiende y que repiten v¨®mitos de humo, met¨¢fora elemental de los descarr¨ªos del progreso.
Pocos metros m¨¢s all¨¢, en cambio, docenas de estudiantes se arremolinan en torno a unos ordenadores conectados a Internet y aguardan su turno para -clic, clic- adentrarse personalmente en el laberinto de la red. Los ¨¢vidos internautas con carn¨¦ universitario frecuentan peri¨®dicos, listas de ¨¦xitos y clasificaciones deportivas, o se suman a esas charlas virtuales que los entendidos llaman chat. En una de ellas, un tal Elvis flirteaba con una tal Carolina ("?qu¨¦ te parece si quedamos?"), a lo que la interpelada respond¨ªa, con ese c¨®modo aplomo que reporta el anonimato: "?Te est¨¢s poniendo caliente?".
Los organizadores, el colectivo juvenil luve, se preocupan por llenar las horas de contenidos, aunque la atenci¨®n, a veces, es s¨®lo difusa. "?La universidad nos hace a todos iguales?", le interroga una reportera de luve a un muchacho de cazadora vaquera. La respuesta se torna desconcertante: "Yo me siento diferente, pero s¨ª". La siguiente consulta, a¨²n m¨¢s te¨®rica ("?La ciencia al servicio del hombre, o el hombre al servicio de la ciencia?"), obtiene contestaciones a¨²n m¨¢s confusas: "Las dos cosas".
Al margen de promociones automovil¨ªsticas o editoriales (sector inform¨¢tica, claro), la base de datos de la Fundaci¨®n Universidad Empresa concita el mayor n¨²mero de visitas, con m¨¢s de 1.500 consultas diarias. El ordenador ofrece las posibilidades laborales del candidato en funci¨®n de su carrera y curr¨ªculo, pero no es cosa de hacerse ilusiones: un licenciado de Humanidades, con servicio militar cumplido, coche propio, experiencia, disponibilidad para viajar y elevados conocimientos de ingl¨¦s, franc¨¦s, alem¨¢n, portugu¨¦s e italiano, tiene un 0% de posibilidades, escupe la m¨¢quina, de encontrar trabajo. "Todo es muy relativo, desde luego", apunta Juan Carlos Hassan, el encargado de la fundaci¨®n que supervisa las consultas. Pero admite: "Es cierto que sin la inform¨¢tica no se va a ninguna parte. El 44% de nuestros demandantes exige alguna titulaci¨®n del ramo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.